Es más de las 3 de la mañana, estoy con sueño pero a la vez enérgico, y acabo de regresar del cine de ver X-Men: Días del Futuro Pasado. Sí, me siento enérgico, pero a la vez un poco confundido, ya que inicialmente no sabía exactamente qué pensar de la película. Ha sido una cinta muy difícil de calificar, ya que, a pesar de que tiene muchos elementos que funcionan y que me emocionaron… tiene más fallas de las que me hubiera gustado encontrar. Pero a fin de cuentas creo que sí se trata de una película valiente (si es que es posible calificar a una producción de esa manera); después de todo, ¿cuándo fue la última vez que vieron un blockbuster de súper-héroes que fuera básicamente un gran botón de RESET, un filme que deshace todos los errores que se cometieron (principalmente) en la tercera entrega? Era algo potencialmente catastrófico, pero a pesar (¿o quizás debido a?) sus fallas, funciona.
El concepto es interesante, sin embargo no muy novedoso si es que uno es un ávido fan de los cómics (yo no lo soy, pero ¡hey!, al menos veía la caricatura noventera de niño… ¿eso cuenta, no?). La película comienza en el futuro, en donde se desarrolla una guerra entre los mutantes y los sentinelas, unos robots gigantes caza-mutantes, completamente letales y casi invencibles. Nuestros sobrevivientes a la violencia son el telekinético Profesor X (Patrick Stewart), Magneto (Ian McKellen), quien puede controlar a los metales, Kitty Pride (Ellen Page), quien atraviesa paredes y aparentemente ahora puede mandar mentes al pasado (ya llegaremos a eso), Iceman (Shawn Ashmore), quien tiene poderes de hielo, al gran Wolverine (Hugh Jackman) y mutantes nuevos interpretados por Omar Sy (quien puede… eeehhh… ¿absorber energía para usarla con su arma? no lo entendí muy bien), Fan BingBing (¡puede crear portales de teletransportación!) y BooBoo Stewart (a él sí no lo tengo muy claro.)
En fin, la cuestión es que nuestros protagonistas deciden mandar la consciencia de Wolverine a su cuerpo del pasado con los poderes de Kitty (en serio, en X-Men: The Last Stand no tenía este poder, pero bueno) para encontrar a la transformable Mystique (Jennifer Lawrence), quien es capturada en los 70s por Bolivar Trask (el gran Peter Dinklage), un científico anti-mutantes, para usar sus poderes y hacer que los sentinelas sean tan poderosos. Básicamente, la captura de Mystique es la causa de la guerra. Pero para lograr esto, Wolverine va a tener que primero buscar la ayuda de un rendido Xavier (James McAvoy) y liberar a Magneto (Michael Fassbender) de prisión con la ayuda del súper-rápido Quicksilver (Evan Peters.) Predeciblemente, la alianza entre Magneto y Xavier será breve, por lo que ahí será cuando las cosas se pongan verdaderamente graves.
Como se pueden haber dado cuenta, la trama es bastante complicada y hasta cierto punto enredada, cosa que era de esperarse con una película que involucra el viaje en el tiempo. Considerando eso, el guión de Simon Kinberg (X-Men: The Last Stand (!) ) logra presentar la trama de manera bastante clara, logrando un buen balance entre el futuro y el pasado, entre personajes principales y personajes secundarios. Sin embargo, a la vez tiene problemas en hacer que la historia comience a avanzar; los primeros veinte minutos de la película son algo lentos y sosos, llenos de diálogos expositivos y conversaciones largas y un ritmo algo raro. Felizmente una vez que Wolverine viaja al pasado y comienza a buscar la ayuda de sus viejos amigos las cosas comienzan a avanzar más rápido y la película se recupera. Pero en serio, las primeras escenas hubieran podido ser pulidas un poco más; de hecho, mientras las veía tenía miedo de que el filme no vaya a poder recuperarse.
Y una de las razones por las cuales sí logra recuperarse es Quicksilver. Siendo uno de los personajes más esperados pero a la vez más odiados por los fans (debido a incontables fotos publicitarias que no le hacen justicia ni a su look ni a su personalidad), no tenía demasiadas expectativas del personaje… por lo que me sorprendió muy gratamente. Con su gran sentido del humor, carácter hiperactivo, y la representación tan divertida de sus súper-poderes, terminó siendo mi personaje favorito… por lo cual lo extrañé bastante durante la segunda mitad de la película. No quiero arruinarles la trama del filme, por lo que solo diré que Quicksilver aparece muy poco. De repente se debe a que su personaje es muy poderoso (por lo que su mera presencia haría que muchos conflictos sean más fáciles de resolver) o a que Singer y Kinberg tenían miedo de que abusar de su presencia haría que la gente se aburriera de él, pero siento que debió tener más escenas y ser una presencia más importante en el filme. Peters y su personaje simplemente se roban la película; la escena en la que Quicksilver protege a Xavier, Wolverine y Magneto de unos atacantes, su súper-velocidad siendo representada con una súper cámara lenta, es definitivamente la más memorable de X-Men: Días del Futuro Pasado.
Ahora, esto no quiere decir que el resto de los personajes no funcionan. De hecho, no tengo muchos problemas con el resto de mutantes (o no-mutantes.) Como era de esperarse, Hugh Jackman es excelente como Wolverine; ha hecho del personaje tantas veces que simplemente se convierte en él, por lo que cada vez que aparece en pantalla no vemos a Jackman, si no más bien al mutante indestructible con garras retráctiles. McAvoy tiene mucho más que hacer que en X-Men First Class, ya que esta vez ha dejado de ser el buenito aburrido, interpretando a un Xavier mucho más oscuro y conflictivo. Por otro lado, el Magneto de Fassbender me gustó más en First Class. No me tomen a mal, es un gran actor, incapaz de dar malas interpretaciones; simplemente siento que acá su personaje fue menos intenso y menos conflicitivo, más un villano puro que un extremista con buenas intenciones. Como Mystique, Jennifer Lawrence no exhibe su usual carisma y resulta un poco aburrida.
Como la película favorece más al pasado que al futuro (porque ahí es donde se desarrolla la mayoría del conflicto), los actores que interpretan a las versiones «viejas» de sus personajes aparecen menos que los jóvenes, pero felizmente logran hacer bastante con lo poco que tienen. McKellen y Stewart son excelentes, como era de esperarse (aunque no llegan a explicar cómo es que Xavier sigue vivo después de la tercera película, y no, el final de la cinta no cuenta); Ellen Page, Shawn Ashmore y el resto de mutantes del futuro tiene roles más físicos que otra cosa, pero hacen bien su trabajo. Como el villano principal en el pasado, el Bolivar Trask de Peter Dinklage es un poco plano. No es particularmente intimidante ni bien desarrollado (siento que sus motivaciones hubieran podido ser mejor explicadas), pero tampoco aburre. Dinklage hace lo mejor que puede con un antagonista principal que hubiera podido ser bastante más interesante.
Visualmente, la película es bastante impresionante. Singer, a diferencia de directores como Zack Snyder, sabe cómo controlarse en lo que se refiere a escenas de acción y destrucción. Las incluye, pero nunca exagera; nos presenta con la cantidad necesaria de acción, por lo que nunca aburre ni satura. Los efectos especiales son buenos, como eran de esperase, especialmente en una escena en que Magneto levanta un estadio entero desde sus cimientos. Sin embargo, por alguna razón u otra, sentí que los sentinelas se veían un poco… falsos. Demasiado digitales. Esto es algo curioso en una época en que el CGI se va haciendo cada vez menos evidente, especialmente en películas de esta envergadura. Vi la cinta en 2D digital, por lo que no puedo comentar sobre 3D. (Aunque no vi nunca secuencia que podría ser beneficiada por la tercera dimensión; todo lo contrario, hay varias escenas oscuras, las cuales probablemente serían casi imposibles de disfrutar con los lentes de plástico puestos.)
X-Men: Días del Futuro Pasado es una película curiosa. Se trata de una producción que trata de hacer bastante y en términos generales lo logra, pero que a la vez sufre en los detalles. Le doy bastante crédito a Singer y Kinberg; la película está muy bien dirigida, tanto en las escenas de acción como en las secuencias más emocionales o enfocadas en caracterización, y el guión logra corregir de manera bastante elegante los errores cometidos en la decepcionante tercera entrega dirigida por Brett Ratner, efectivamente «reseteando» la línea de tiempo de estas películas y concluyendo con un final bastante satisfactorio. Curioso, teniendo en cuenta que The Last Stand también fue escrita por Kinberg; al menos el hombre es capaz de reconocer sus errores.
Sin embargo, también siento que la película es un poco desordenada. Tiene muuuchos personajes (en serio, los mutantes nuevos del futuro carecen de personalidad y casi no tienen diálogo), tiene muchas sub-tramas (el «arco» por el que pasa Mystique no funciona del todo) y como mencioné antes, el principio del filme sufre porque tiene mucho qué explicar y justificar. Pero lo bueno es que si uno acepta la premisa de la cinta, y si uno se traga los primeros veinte minutos de explicaciones y diálogo denso y acción confusa, el resto de la película es bastante satisfactoria. No quiero malograr nada, pero la conclusión es particularmente buena; con sus cameos inesperados y un tono de esperanza, me hizo regresar a las dos primeras películas dirigidas por Singer, algo así como un pequeño viaje de nostalgia. Como bien dijo mi enamorada, fue como «regresar donde viejos amigos».
En fin, X-Men: Días del Futuro Pasado no es necesariamente la película que esperaba, pero tampoco se trata de una gran decepción. Sigo pensando que X2 es la mejor de la saga, pero teniendo en cuenta todo lo que este filme tenía que arreglar, todos los personajes que tiene que manejar, todas las sub-tramas que contiene y todos los eventos y líneas de tiempo que nos presenta, es realmente un milagro cinematográfico el que no haya terminado siendo un desastre. He ahí el mayor crédito que le doy a Singer: de manera similar a Joss Whedon y sus Vengadores, Singer fue capaz de crear un buen balance entre todos los elementos de su filme, y aunque X-Men: Días del Futuro Pasado no iguala (ni mucho menos supera) a la más grande película de Marvel Studios, sí se trata de un producto divertido, interesante y, como dije antes, valiente. Pero lo más interesante es que ahora que se ha hecho un borrón y cuenta nueva, las posibilidades son infinitas. En serio, X-Men Apocalypse tiene el potencial de ser increíble. Por favor, ¡no la malogren!
Nota: Sí hay una escena después de los créditos, y sí vale la pena, así que no se olviden de quedarse a verla.
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