[Tribeca 2024] Group Therapy

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“Group Therapy” es un documental sobre el poder de las risas; sobre el poder del humor frente a circunstancias traumáticas, conflictivas o simplemente emocionales. Utilizando los testimonios de comediantes como Tig Notaro, Gary Gulman, Nicole Byer, Mike Birbiglia, London Hughes y Atsuko Okatsuka, la película de Neil Berkley hace un excelente trabajando humanizando a sus protagonistas, mezclando declaraciones sobre sus experiencias y trabajo, con interacciones entre ellos (en una conversación moderada por Neil Patrick Harris), e imágenes de sus espectáculos de stand-up. El resultado es un documental consistentemente entretenido y frecuentemente conmovedor.

La estructura de “Group Therapy” no es particularmente compleja, y sin embargo ayuda a que el espectador conecte inmediatamente con el material. Comenzando con imágenes de archivo de un show de stand-up del gran George Carlin, la cinta nos muestra rápidamente a los comediantes ya mencionados llegando al local en el que se reunirán, rodeados por un público, para hablar sobre diversos temas relacionados a la salud mental. Estos tienen que ver con sus experiencias personales, pero también con sus respectivas perspectivas hacia el rol del humor en la muerte, la enfermedad, y las interacciones humanas.

Dicha conversación, como ya se mencionó, es entrelazada con imágenes de los stand-ups de los comediantes, así como con entrevistas con ellos mismos, ya solos, en otra locación. Es así que queda claro rápidamente que “Group Therapy” no es un documental particularmente complejo a nivel técnico o de planeamiento. De hecho, fuera de conseguir a estas estrellas estadounidenses, no se trata de una propuesta que requiera de muchos recursos audiovisuales o de producción. Pero es precisamente en su aparente sencillez donde radica la genialidad de “Group Therapy”; es gracias a su relativa simpleza, que el foco del filme termina estando en el lado humano de sus protagonistas, y en la emotividad de sus declaraciones.

Consideren, si no, a Tig Notaro (una de las figuras más prominentes de “Group Therapy”), quien en un mismo año tuvo una horrible infección, fue diagnosticada con cáncer de mama, y perdió a su madre. Todo esto le permitió desarrollar un estilo del humor bien particular en su stand-up, relacionado tanto a sus propias tragedias, como a otros temas más generales. Resulta oscuramente gracioso, por ejemplo, cuando dice que antes del diagnóstico, siempre hacía bromas sobre sus “pechos pequeños”, y que ahora parecía que su cuerpo se estaba vengando, decidiendo matarla. Eso sí, si “Group Therapy” cuenta con un defecto, es que por momentos se enfoca demasiado en Notaro, lo cual resulta en un producto final algo desbalanceado entre todos los comediantes.

Eso sí, historias como las de Notaro hay varias. London Hughes, por ejemplo, habla sobre como sus propias inseguridades moldearon su estilo del humor, y sobre las dificultades que tienen que enfrentar las comediantes negras el día de hoy. Birbiglia es muy franco en cuanto a la terapia psicológica, hablando sobre cómo ha estado recibiendo tratamientos por más de treinta años. Byer habla sobre todo tipo de discriminaciones (incluyendo la gordofobia), así como de su eventual diagnóstico de TDAH. Y Otatsuka, como una interesante contraparte para Birbiglia, habla sobre el miedo que le tiene a la terapia, especialmente considerando cómo todavía tiene que cuidar de su madre esquizofrénica.

Gulman, por otro lado, tiene algunos de los testimonios más fuertes (los cuales, seguramente, harán llorar a más de un miembro del público). Habla sobre como ha sufrido de depresión y ansiedad por años, y de cómo tuvo que ser institucionalizado. Hoy en día ya está medicado y se encuentra mucho mejor, pero son sus historias las que combinan más el humor negro con la tragedia, haciendo que el espectador se dé cuenta que se trata de una persona talentosa y graciosa, pero también frágil. Finalmente, hasta Neil Patrick Harris logra expresarse, hablando sobre la presión que los artistas sienten al vivir en Los Ángeles —pero al ser él el moderador, no se trata de su historia, finalmente, y más bien hace un buen trabajo dejando que los demás cuenten sus experiencias y puedan expresarse libremente.

Es así, pues, que “Group Therapy” termina siendo eso, precisamente: una terapia grupal. Pero una terapia grupal protagonizada por gente muy entretenida, que logra explicar con finura cómo sus diferentes experiencias y luchas con la salud mental han logrado moldearlos, tanto personal como profesionalmente. Sin demasiadas ambiciones, el filme logra conectar a nivel emocional con el espectador, demostrándole que nadie sabe lo de nadie; que incluso las personas más exitosas o alegres o entretenidas cuentan con sus propias luchas, pero que felizmente pueden utilizar sus problemas, justamente, para salir adelante. “Group Therapy” es un documental revelador, conmovedor y altamente divertido —y seguramente hará que muchos miembros del público busquen el trabajo de estos talentosos comediantes.

Avance oficial:

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