El caso de “Tornados” es bastante especial. A diferencia de otros “legacy sequels”, tiene poco o nada que ver con su predecesora (fuera de una referencia muy específica al principio de la historia). No incluye a ninguno de los personajes que vimos antes (no hay ningún “cameo”, lo juro), y no está ligada a la trama del primer filme. Es una secuela completamente independiente, lo cual le da la oportunidad al director Lee Isaac Chung (“Minari”) de hacer algo distinto —con un tono similar al de la cinta original, por supuesto, pero más moderno, y en ciertos momentos, un poco más emotivo. El resultado es innegablemente emocionante, y hasta podría ser considerado como equiparable a la primera “Tornado”.
“Tornados” comienza con un trágico prólogo en el que vemos a nuestros protagonista, la cazadora de tornados Kate Cooper (Daisy Edgar-Jones, de “Normal People”) en acción. Cinco años después, sin embargo, la chica se ha retirado, y trabaja detrás de un escritorio para el servicio meteorológico de Nueva York. Su vida da vueltas (je), no obstante, cuando es llamada por su antiguo amigo Javi (Anthony “Transformers” Ramos) para regresar a Oklahoma a cazar tornados; habiendo trabajado para el ejército por algunos años, ahora cuenta con la suficiente tecnología como para generar más información sobre dichos tornados, y potencialmente, salvar las vidas de miles de personas cuyos hogares son destruidos año tras año.
Es así, pues, que al llegar a Oklahoma, Kate se encuentra con el equipo de Javi —incluyendo al escéptico Scott (David “Superman” Corenswet). Pero TAMBIÉN se encuentra con la competencia —un equipo de cazadores de tornados que suben todas sus aventuras a YouTube, liderado por el carismático “vaquero de los tornados” Tyler Owens (Glen Powell). Como se deben imaginar, Kate y Tyler no se llevan bien al inicio, pero eventualmente encuentran un punto en común; la posibilidad de utilizar una antigua idea de Kate para ACABAR con los tornados, y así salvar a la gente de Oklahoma de una seguidilla de fenómenos meteorológicos que los está atormentando.
Si vieron la primera película, o al menos leyeron mi crítica de dicho clásico noventero, seguro que encontrarán varias similitudes entre ambas producciones. Nuevamente, “Tornados” no comparte personajes con su predecesora, pero sí logra manejar un tono y situaciones muy parecidas a las de dicha cinta, como para que uno sienta que está viendo una continuación espiritual. La diferencia, por supuesto, es que los personajes cuentan ahora con más tecnología para cazar a los tornados. Y como es lógico, el filme también nos muestra el rol que las redes sociales o plataformas como YouTube tendrían en situaciones como estas —Tyler y su equipo son estrellas de la Internet, mientras que Kate está más interesada en la ciencia y en salvar vidas. O al menos ella cree ser la única interesada en eso al inicio.
Si fuéramos a comparar ambas producciones entonces, como se dio a entender líneas arriba, “Tornados” está más o menos al mismo nivel que “Tornado”, pero con algunas diferencias. La película original, valgan verdades, es más tensa —logra presentar a estos fenómenos meteorológicos como elementos más peligrosos, con los que hay que tener cuidado. No es que “Tornados” no lo haga, solo que dicha sensación no es igual de palpable; y ciertamente no ayuda que nuestros protagonistas ahora sean capaces del METERSE a un tornado, siempre y cuando logren clavar su carro al suelo con unos taladros especiales. Es todo muy impresionante, pero generaba más suspenso en el filme noventero.
Pero por otro lado, “Tornados” hace un mejor trabajo con sus personajes, especialmente el de Kate. Los protagonistas de la primera película funcionaban gracias al carisma de Bill Paxton (Q.E.P.D.) y Helen Hunt, pero en el guion, no eran más que arquetipos planos. Kate, en contraste, es desarrollada como una mujer con traumas más creíbles, que a pesar de tener Poderes Especiales de Detección de Tornados™ (en serio; ¡nunca dije que la película era 100% realista!), tiene que pasar por todo un arco de superación para poder salvar vidas. Daisy Edgar-Jones la interpreta con absoluta seriedad, permitiéndole al espectador empatizar con ella y con sus problemas, viéndose vulnerable incluso en momentos que la cinta no presenta como particularmente tensos.
Y por su parte, Glen Powell es carisma puro como Tyler. Quizás su personaje no es igual de complejo que Kate, pero me gustó que sea una suerte de subversión de un estereotipo; un hombre que uno juzga —de la misma manera que Kate y Javi— al inicio, pero que demuestra ser mucho MÁS. Y siguiendo con la tradición de la primera película, el reparto secundario es muy bueno, incluyendo a David Corenswet como Scott (lo más cercano que tenemos a un antagonista), Katy O’Brian y Sasha Lane como parte del equipo de Tyler, Maura Tierney como la mamá de Kate, y Kiernan “Sabrina” Shipka y Daryl “Leo Grande” McCormack como parte importante del pasado de nuestra protagonista.
“Tornados” es todo lo que uno podría esperar de una secuela de este tipo —diversión pura y dura, con protagonistas carismáticos, situaciones absurdas, y excelentes efectos visuales. La narrativa no es particularmente compleja, pero al menos logra incluir suficientes momentos dramáticos y emotivos, y el arco por el que tienen que pasar los personajes —especialmente el de Kate— sirven para otorgarles bastante humanidad. Súmenle a eso las encantadoras actuaciones de Daisy Edgar-Jones (que espero ahora sí entre al “mainstream”) y Glen Powell (quien ya prácticamente es una estrella de cine), y “Tornados” se convierte en una de las mejores experiencias puramente entretenidas que puedan tener este 2024. Puede que no esté muy ligada a la primera entrega, pero felizmente, el director Lee Isaac Chung y su equipo y reparto han logrado demostrar que no tenía porqué estarlo —todo un logro, a decir verdad.
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