The Wolverine: una película de súper-héroes algo diferente

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Esto está mejor. Después de la horrible decepción que fue X-Men Orígenes: Wolverine  (o Lobezno (jeje) para los que viven en España), honestamente no tenía muchas ganas de ver una nueva película de nuestro mutante favorito con garras de Adamantium. Por ende, cuando se anunció que habría una secuela (la cual resultó no ser tan directa), me mantuve con expectativas algo bajas. Y de ahí se dijo que la película transcurriría en Japón. Y que sería una secuela deX-Men 3. Y que la dirigiría James Mangold (El Tren de las 3:10 a Yuma.) Y mis esperanzas crecían. Y ahora que pude ver la película, puedo decir que no fui decepcionado – es una visible mejora en relación a la anteriormente mencionada precuela, y una satisfactorio thriller bien enfocado en su protagonista.

Por cierto, para los que no han visto la tercera película de X-Men, este review tendrá ciertos spoilers. Es inevitable, teniendo en cuenta que The Wolverine es una secuela directa de ese filme.

Jean Grey está muerta, al igual que el Profesor X. Los X-Men están separados, y Logan, más conocido como Wolverine (o Lobezno, jeje), interpretado, como siempre, por Hugh Jackman, vive solitariamente en los bosques Canadienses, cargando con la culpa de la muerte de Jean. Pero una serie de eventos lo llevarán a conocer a Yukio (Rila Fukushima), una chica japonesa muy hábil con la espada de Samurái, quien trabaja para el Maestro Yashida (Hal Yamanouchi), a quien Logan le salvó la vida durante la Segunda Guerra Mundial. Yashida se quiere despedir de Logan antes de morir, por lo que Logan viaja a Tokio con la chica. Pero una vez ahí se da cuenta de que la situación es mucho más complicada de lo que pensaba – la nieta de Yashida, Mariko (Tao Okamoto), está en peligro, y Yashida le quiere ofrece a Logan la mortalidad: transferir sus poderes de curación a su propio cuerpo. Y aunque Logan no acepta, eventualmente se verá más vulnerable que nunca, gracias a la misteriosa doctora de Yashida, (Svetlana Khodchenkova), quien no es necesariamente quien dice ser.

Lo más notable del filme es que, a diferencia de la mayoría de producciones de súper héroes que se han estrenado últimamente, presenta una historia más contenida y pequeña (“pequeña” hasta cierto punto, teniendo en cuenta que igual estamos hablando de un blockbuster), la cual no involucra invasiones extraterrestres, el fin del mundo, o grandes explosiones. Se trata, más bien, de un thriller con influencias noir, que trata sobre los problemas de una familia tradicional japonesa, y de cómo Logan se involucra en sus juegos de ambiciones. Esto no quiere decir que no haya acción ni efectos especiales digitales – simplemente me gustó el hecho de que sea una película más “pequeña” (relativamente hablando), lo cual la diferencia de otros filmes del mismo corte.

Esto también beneficia a la película porque hace que se pueda concentrar más en su personaje principal. Uno de los errores más graves de X-Men Orígenes fue que, aparte de Logan, introdujo muchos personajes secundarios mutantes, tanto aliados como villanos, lo cual hizo que se sintiera como una entrega más de la saga de X-Men, en vez de un filme sobre Wolverine únicamente. The Wolverine, en cambio, se enfoca en el personaje titular, y a pesar de que, obviamente, hay personajes secundarios interesantes, nunca se llega a formar un “equipo principal” de héroes, por así decirlo. Los personajes secundarios son interesantes y bien desarrollados, pero lo bueno es que nunca le quitan protagonismo a Wolverine.

Adicionalmente, me gustó la manera en que Japón es representado en la película. Hay varias escenas en donde se presentan diferentes costumbres del país, lo cual resalta lo fuera de lugar que está Wolverine en esa nación– esto se ve también en una importante escena de diálogo que comparte con Mariko. Esta atención al detalle, algo que hace falta en varios blockbusters de este tipo, le da muchos puntos a favor aThe Wolverine.

Como la película es menos apocalíptica y exagerada que, por ejemplo,Hombre de Acero o Iron Man 3 (una de las quejas más sobresalientes sobre la nueva entrega de Superman era que el clímax destructivo y violento de la película era muy exagerado), las escenas de acción son más realistas y crudas. Esto no quiere decir que sean menos entretenidas – de hecho, hay varias escenas resaltantes, como una emocionante batalla sobre un tren bala, o un mano a mano entre un salvaje Wolverine y uno de los villanos. Eso sí, el clímax, el cual involucra una pelea entre Logan y un cuasi-robot Samurai hecho de Adamantium, es algo decepcionante. Es en esta secuencia que la película, después de haber sido bastante buena durante más de una hora, se torna en un blockbuster genérico y el tono cambia a algo más exagerado. No pude evitar sentir que se trata de algo impuesto por el estudio (cosa que 20th Century Fox ha hecho ya con anterioridad) ya que, en términos de estilo y tono, tiene poco que ver con las escenas anteriores. Un clímax de acción más realista y menos caricaturezco, más parecido al resto de la película, hubiera funcionado mejor.

Algo que sí me sorprendió del filme fue lo crudo que puede ser. La mayoría de gente piensa que las películas de súper-héroes, especialmente las de Marvel, son aptas para todo público (de hecho, cada vez que he visto The Wolverineen el cine, ha habido niños presentes en la sala), pero este caso es diferente. La violencia es cruda y realista, especialmente cada vez que Wolverine sufre cortes o heridas (hay una toma particularmente cruda en la primera escena.) Sé que en los EE.UU. la película tiene calificación PG-13, pero estoy casi seguro que hace unos años, la violencia presente en muchas de sus escenas le hubiera garantizado una calificación R. Hasta cierto punto, la película es un gran ejemplo de la aceptación que tiene la violencia en los EE.UU. en comparación a, por ejemplo, los desnudos. La película enseña a Wolverine cortando y clavando a medio mundo, y sufriendo heridas explícitas, y recibió el PG-13, pero si aparecía aunque sea un desnudo, por más breve que fuera, de seguro recibía el R. No tiene sentido.

Pero pasemos a otras cosas. En lo que se refiere a las actuaciones, la película no tiene queja alguna. Hugh Jackman es Wolverine. Después de todo, ha interpretado al personaje en 6 películas durante 12 años (y el próximo año aparecerá en la número 7), por lo que conoce al personaje al 100%. Estoy seguro de que podría interpretarlo en modo automático, pero felizmente no lo hace – lo interesante de la película es que explora un poco más los traumas del personaje; la culpa que siente por la muerte de Jean, y la desconfianza que tiene de la gente. No se trata de una gran caracterización, pero funciona muy bien gracias a la actuación de Jackman. Además, el hombre obtuvo un gran físico para esta película (las chicas babeaban cada vez que salía en una escena sin polo), lo cual ayuda a demostrar el lado más salvaje y violento de Wolverine.

Cuando me enteré que Tao Akamoto y Rila Fukushima nunca habían actuado en una película, no lo podía creer. La primera es una modelo, mientras que la segunda es una artista marcial (lo cual explica sus impresionantes movimientos de pelea.) Las dos dan muy buenas actuaciones, sin ser opacadas por Jackman, con quien tienen bastante química. Akamoto es fuerte y delicada a la vez, dando a entender perfectamente por qué Wolverine quisiera estar con ella, mientras que Fukushima, con su pelo rojo y rostro especial (lo cual le da un increíble aspecto de personaje de anime), es expresiva y memorable. Las actuaciones secundarias de Hiroyuki Sanada, Svetlana Khodchenkova (quien, aunque sobresale por ser una villana algo caricaturezca en un contexto relativamente realista, es una mejor antagonista que el Samurái de Adamantium) y Famke Janssen (como el “fantasma” de Jean) son sólidas.

Después de haber visto tanta película de súper héroe llena de explosiones, efectos digitales y escenarios apocalípticos, es refrescante disfrutar de un filme como The Wolverine, el cual, a pesar de contener bastante acción, se enfoca bastante en su personaje principal y en una trama más contenida y, hasta cierto punto, personal. Esto se malogra un poco con un clímax exagerado que no se parece mucho al resto de la película, pero felizmente no es suficiente para arruinar la experiencia entera. No es la mejor película de la serie (para mí, se trata de un empate entre X-Men 2 X-Men Primera Generación), pero es un entretenido e intenso filme, definitivamente mucho mejor que su decepcionante predecesor.

Nota 1: No se vayan apenas termine la película; a la mitad de los créditos hay una escena adicionalrealmente buena, la cual encima sirve como un pequeño avance de lo que vendrá en X-Men: Days of Future Past, que se estrena en menos de un año. ¡No se olviden!

Nota 2: En serio, ¿por qué en España tradujeron el nombre de Wolverine como «Lobenzo»? El personaje es todo menos un cría de lobo. (Al menos en la serie animada de los 90s lo llamaban «Guepardo», lo cual suena un poco más intimidante.)

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