Lo que alguna vez fue el género más popular del cine norteamericano, hoy en día no aparece más de un par de veces al año, representado generalmente por alguna producción indie, o muy ocasionalmente, por una película de alto presupuesto, como la saga “Horizon”, de Kevin Costner (la cual todavía no llega a pantallas latinoamericanas, dicho sea de paso). El Western es un género, pues, que ha sido desarrollado y revisado y re-revisado, pero que curiosamente, se ve beneficiado por su poca presencia en pantallas —después de todo, ahora sabemos que si vamos a ver un Western, lo más probable es que vaya a ser especial. O al menos distinto a cualquier otra cinta nueva que podamos disfrutar, ya sea en cines o en streamers.
El caso de “The Thicket”, de Elliott Lester, es particularmente especial, porque se trata de un Western producido por Tubi, un streamer gratuito (pero que cuenta con publicidad) que solo está disponible en los Estados Unidos. Tubi es como un Netflix que no requiere de una suscripción pagada, y que está lleno de películas independientes, producciones extrañas que no se pueden encontrar en ninguna otra parte, y hasta versiones poco comunes de películas populares. Pero de un tiempo a esta parte, y al igual que todos sus competidores, Tubi ha estado realizando producciones propias, la mayoría de bajo presupuesto y reparto desconocido. “The Thicket” pretende romper con aquella racha, estrenándose, incluso, en salas norteamericanas, lo cual da a entender que el streamer la considera, hasta cierto punto, como un filme de prestigio.
Basada en la novela de Joe R. Lansdale, “The Thicket” es un Western que no hace nada particularmente nuevo, pero que igual funciona gracias a la atmósfera desarrollada por Elliott y su director de fotografía, Guillermo Garza, y a las actuaciones de su reparto de considerable talento. Haciendo uso de ciertos arquetipos del género, pero a la vez, dándole la vuelta a algunas caracterizaciones, “The Thicket” logra sentirse como una representación ejemplar del Western; como una producción que quizás hubiera podido salir en la época de oro del género, pero no de esta manera. En pocas palabras, es un Western ligeramente revisionista no en fondo, pero sí un poco en forma, lo cual ya de por sí ayuda a que se sienta menos previsible o tedioso.
Al comenzar la película, conocemos a Lula (Esmé Creed-Miles) y Jack Parker (Levon Hawke), dos hermanos cuyos padres han muerto de viruela, y que se encuentran viajando junto a su abuelo, para irse a vivir con él. Lamentablemente, en el camino se encuentran con Cut Throat Bill (Juliette Lewis), una fugitiva que viaja junto a un pequeño grupo de maleantes. Bill mata al abuelo, secuestra a Lula, y deja por muerto a Jack. Pero lógicamente, este último sigue con vida, por lo que decide irse a un pueblo cercano y contratar a Reginald Jones (Peter Dinklage), un habilidoso cazarrecompensas, para encontrar a Lula y recuperarla.
Como se deben haber dado cuenta, la trama de “The Thicket” no es particularmente compleja. De hecho, hace uso de varios clichés del género, como el secuestro de un ser amado por parte de rufianes, o la interacción entre un personaje cínico y más experimentado, y un joven más inocente. No obstante, todo esto es presentado en un contexto lo suficientemente novedoso, como para que el espectador no sienta que está viendo algo repetido o redundante. De hecho, las caracterizaciones son lo suficientemente sólidas, como para que uno termine creyendo en la amistad que se va desarrollando entre Jack y Reginald, y en las lecciones que van aprendiendo.
Después de todo, “The Thicket” se lleva a cabo en un mundo oscuro y cínico, lleno de muerte y sexo y explotación. Me imagino que es una representación bastante realista de cómo era el Lejano Oeste en los 1800s —un lugar donde las mujeres, en su mayoría, eran o amas de casa o trabajadoras sexuales, y donde los hombres estaban siempre en riesgo de muerte, rodeados de cazarrecompensas, criminales, agresivos oficiales de la ley y demás. En ese sentido, “The Thicket” logra desarrollar un estilo visual que complementa todo lo anterior, mostrándonos parajes reales, congelados y desolados, y pueblos que se sienten sucios y usados, llenos de extras a lo que uno casi puede oler. Si hay algo que “The Thicket” hace muy bien, de hecho, es mostrar y recrear estas locaciones, haciendo que uno jamás dude de que la historia se lleva a cabo en esta época.
Las caracterizaciones y actuaciones, por otro lado, también ayudan. Peter Dinklage interpreta a Reginald como un hombre que ha pasado por mucho, y que es capaz de mucha violencia, ya sea por defensa propia, o para hacerse de un lugar en el mundo. Como Jack, Levon Hawk es la contraparte perfecta, un alma caritativa y buena e inocente que, gradualmente, va dándose cuenta de lo terrible que es el mundo en el que le ha tocado vivir. Y Leslie Grace (“En el barrio”, la cancelada “Batgirl”) interpreta a una trabajadora sexual llamada Jimmie Sue, quien es rescatada por Jack, y termina convirtiéndose en una figura prominente en la historia —como una suerte de representación de lo que las mujeres tenían que vivir en aquella época.
Pero para mi (grata) sorpresa, quien termina cargando la película sobre sus hombros es Juliette Lewis. Interpretando a Cut Throat Bill, lo que nos entrega es un personaje que hoy en día se denominaría como de género fluido (o por lo menos queer), pero al que le tocó vivir en una época en la que no podía desenvolverse o considerarse como quería. No es una representación positiva de alguien así, precisamente, pero no tenía por qué serlo. Bill es un personaje complejo, alguien al que uno entiende pero no necesariamente justifica, una persona que ha tenido una vida complicada y que ha recurrido al crimen como último recurso para sobrevivir. Lewis interpreta a Bill con una voz rasposa e intenciones turbias, como un antagonista formidable e imprevisible, muy similar en teoría a otros que hemos visto en varios Westerns, pero único y memorable en la práctica.
Es así, pues, que “The Thicket” termina sorprendiendo, no solo por lo que logra hacer dentro de las limitaciones de un Western arquetípico, si no también por lo superior que es la producción promedio de Tubi. Mezclando una narrativa bastante estándar con caracterizaciones interesantes, actuaciones de primer nivel, y una dirección de fotografía atractiva, “The Thicket” nos sumerge en un mundo sucio y oscuro, repleto de personajes cínicos y violentos, cuyos destinos parecen haber sido marcados décadas atrás. La película no nos dice nada nuevo, pero lo que hace, lo hace muy bien, demostrando que streamers como Tubi son capaces de producir proyectos de pasión como este (en este caso, es Dinklage quien ha estado tratando de grabar “The Thicket” por años) sin escatimar gastos. Dudo que “The Thicket” se vaya a estrenar en cines peruanos, pero espero esté disponible pronto en streaming; es el tipo de película que debería ser capaz de encontrar un público acá, especialmente entre los fanáticos de los Westerns.
NOTA: vi “The Thicket” gracias a un screener enviado por Tubi Films.
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