Como varias otras propuestas de terror, lo que hace “The Dead Thing” es utilizar el género para desarrollar una metáfora relacionada a una problemática contemporánea. En este caso, tenemos las relaciones tóxicas y los hombres que no creen en el consentimiento —personas que inicialmente parecen ser apasionadas o carismáticas, pero que eventualmente demuestran ser terribles seres humanos. Uno podría desarrollar una narrativa relacionados a esos temas sin utilizar elementos sobrenaturales, pero precisamente es ahí donde radica el chiste de algo como “The Dead Thing”: en lo oculto, en lo fantasioso.
Lamentablemente, el resultado no es del todo satisfactorio acá. Ahora, no me tomen a mal; “The Dead Thing” no es una mala película, y de hecho cuenta con varios elementos de interés, entre ellos una excelente actuación central. Pero el filme nunca llega a sentirse como algo más que la suma de sus partes, haciendo uso de un tono consistente pero de una lógica narrativa más bien inconsistente, en donde parece que el director y coguionista Elric Kane se dejó llevar más por “las vibras” que por una historia particularmente intrigante. El resultado no será para todo el mundo, pero habrá quienes que —como vuestro servidor— por lo menos quedarán impresionados con lo que se intentó hacer en “The Dead Thing”.
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La protagonista de la película es Alex (Blu Hunt, de “Los nuevos mutantes”), una chica que parece andar sin mayor rumbo por la vida. Su trabajo, en el que simplemente se dedica a escanear documentos, no podría ser más aburrido, y se pasa la mayor parte de fines de semana saliendo y teniendo sexo con chicos a los que conoce en una App similar a Tinder. Un día, sin embargo, las cosas cambian, y logra conectar —aparentemente— de verdad con un tipo llamado Kyle (Ben Smith-Petersen) quien, luego de una noche de pasión pero también de momentos tiernos, termina “ghosteándola”.
Pero ni siquiera eso termina por desanimar a Alex, quien decide averiguar qué es lo que pasó con Kyle. Pero cuando encuentra una respuesta… pues digamos que no termina siendo lo que ella esperaba. Mientras tanto, el obsesionarse tanto con el tipo hace que descuide su amistad con su compañera de casa, Kara (Katherine Hughes), y que ignore los aparentes avances de sus compañeros de trabajo. Primero está Mark (Joey Millin) un típico chico bonachón que termina siendo todo lo contrario, y luego Chris (John Karna), una tipo verdaderamente carismático que podría representar algún tipo de salvación para Alex.
Lo mejor de “The Dead Thing” está primero en la atmósfera que Kane y su equipo desarrollan, y segundo en la actuación de Blu Hunt. Respecto a lo primero, disfruté mucho del apartado visual del filme, el cual usa una imagen con textura y granulado palpable, así como planos de mucho contraste y sombras y colores fuertes, para desarrollar una atmósfera oscura, misteriosa. “The Dead Thing” se lleva a cabo en Los Ángeles, pero lo que nos presenta es una ciudad de poca gente, donde los bares parecen estar habitados únicamente por Alex y sus chicos, y donde las calles están casi siempre vacías. En vez de verse barato o limitado, esto no hace más que aumentar la sensación de que estamos viendo algo perturbador y distinto.
Y respecto a lo segundo, Blu Hunt da una actuación atrevida e hipnotizante como Alex. La joven actriz interpreta a la chica como alguien ensimismada, que interioriza muchos de sus sentimientos y preocupaciones, y que parece encontrarse casi siempre a la defensiva, intentando encontrar algún tipo de conexión humana real con los chicos con los que sale. Es únicamente cuando tiene sexo con Kyle que parece poder disfrutar de la vida, exteriorizando su placer en planos busto y primeros planos largos y por momentos hasta psicodélicos. El sexo es parte importante de la película, pero nunca es utilizado de forma explotadora, si no más bien como una representación más de todo por lo que está pasando Alex —y de la pasión que al menos inicialmente compartió con Kyle.
Más que eso no puedo detallar —al menos en lo que se refiere a la narrativa—, porque “The Dead Thing” es de las películas que se disfrutan más si es que uno decide verla sabiendo poco o nada de la trama. El título del filme es una suerte de pista, por lo que seguro asumirán que algo nos dice sobre la muerte, pero fuera de eso, realmente es mejor si deciden ver “The Dead Thing” percibiéndola como un misterio. Se trata, pues, primero de un misterio relacionado a la desaparición de Kyle, y luego, de un misterio relacionado a su verdadera naturaleza, y a lo que quiere de Alex. “The Dead Thing” nos entrega todas las respuestas a las preguntas que podríamos tener, pero nunca de forma explícita o exagerada.
Es así que “The Dead Thing” termina siendo una experiencia irregular, por momentos frustrante y lenta, pero por otros inesperadamente erótica e interesante. Mucho nos dice sobre los hombres tóxicos que no pueden aceptar un “no” como respuesta, y sobre cómo todo lo que quieren es poseer a las mujeres —estar con ellas por más de que ellas no quieran. Es un concepto intrigante, pues, y aunque no resulta en la película más terrorífica o entretenida del mundo, nuevamente, creo que no carece de interés. Además, da gusto ver a Blu Hunt en algo nuevo —de verdad que estas alturas del partido ya debería ser una estrella— y por supuesto, en algo que aprovecha sus considerables talentos. “The Dead Thing” es cine indie al cien por ciento, obtuso y atmosférico, pero también interesante y ambicioso.
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