Spider-man: De Regreso a Casa
La trilogía de “El Hombre Araña” de Sam Raimi (“Evil Dead”) fue una de las más populares jamás estrenadas —al menos en lo que se refiere a sus dos primeras entregas, siendo la primera secuela una de las cintas de súper héroes más completas de la historia. (Mientras menos se diga sobre la tercera entrega, mejor). No obstante, habiéndose peleado con su director estrella, Sony decidió “resetear” la franquicia hace pocos años, y lanzó dos nuevos filmes, esta vez protagonizados por Andrew Garfield (“Silencio”) y Emma Stone (“La La Land”). Los resultados no fueron ofensivamente decepcionantes, pero tampoco suficientemente populares como para que Sony pueda iniciar una nueva saga.
Es por ellos que, luego de complicadas negociaciones sobre las que pocas personas saben los detalles, Spider-man está “de vuelta a casa”; es decir, la nueva película, esta vez protagonizada por el joven Tom Holland (“Lo imposible”), quien debutó como el personaje en “Capitán América: Guerra Civil”, es parte del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), por lo que está ligada, a nivel narrativo pero también a través de breves referencias o guiños e incluso cameos, a producciones como “Guerra Civil” o “Los Vengadores”.
No me cabe la menor duda de que esta es un gran noticia para los fanáticos; Spider-man es uno de los héroes más icónicos de la factoría Marvel, por lo que tenerlo separado del resto de personajes (de la misma manera que los X-Men o los Cuatro Fantásticos, controlados por Fox, no pueden compartir historias con otros héroes) resultaba doloroso. Pero este nuevo filme también representa un reto enorme tanto para Sony como para Marvel: “resetear”, una vez más, a un personaje que el público ha visto incontables veces en la pantalla grande, y de manera fresca y entretenida. Tenían mucho qué perder.
Afortunadamente, tanto para el público como para las casas productoras, “Spider-man: De Regreso a Casa” cumple con las expectativas. Mitad película de adolescentes escolares al estilo del buen John Hughes, y mitad aventura tradicional de súper héroes y efectos digitales, “De Regreso a Casa” es un filme inmensamente entretenido que compensa mucha de sus falencias con encanto puro, una producción pequeña en escala (al menos en comparación a otros blockbusters muchísimo más destructivos) pero con mucho corazón.
Una de las mejores decisiones tomadas por el director Jon Watts (“Cop Car”) y sus seis (!) guionistas, fue no repetir la historia de origen del personaje. El público ya la ha visto dos veces en el cine, y se la sabe de memoria; realmente no es necesario ver cómo Peter Parker es mordido por una araña radioactiva (o genéticamente modificada), como matan a su Tío Ben (quien ni siquiera es mencionado explícitamente en esta película) o cómo se convierte en el súper héroe de Queens. Toda esta información está en el subtexto del guion (y en el inconsciente del espectador), lo cual es más que suficiente para los propósitos de la historia.
El filme comienza de manera enérgica, mostrándonos los eventos de “Guerra Civil” desde el punto de vista de Peter. Algunos meses después, nuestro protagonista sigue esperando a que Tony Stark / Iron Man (Robert Downey Jr.) y su mano derecha, Happy Hogan (Jon Favreau) lo llamen para una nueva misión. Mientras tanto, como cualquier chico de su edad, va al colegio (aunque se trate de una institución para jóvenes genios de la ciencia), tiene un mejor amigo (Ned, interpretado por Jacob Batalon) y una chica que le gusta, Liz (Laura Harrier), y vive con su Tía May (Marisa Tomei). Todo parece estar tranquilo, hasta que entra a tallar El Buitre (Michael Keaton), un trabajador resentido que se ha hecho con tecnología alienígena (restos de la batalla de Nueva York de la primera cinta de “Los Vengadores”) y planea un robo gigante. Como Tony parece estar distraído con otros eventos, solo Peter podrá detener a este nuevo villano.
Muchos de los errores cometidos por el “reboot” de Andrew Garfield son obviados esta vez (felizmente). Los villanos, por ejemplo, son totalmente nuevos (nunca antes habíamos visto al Buitre en la pantalla grande) y el tono, aunque en ciertos sentidos realista (vemos cómo Peter fabrica su propia telaraña, por ejemplo), nunca se torna demasiado oscuro o deprimente. De hecho, “De Regreso a Casa” es de las cintas más graciosas del Mundo Marvel, lo cual va muy bien con la personalidad de Peter y el tipo de historias en las que se mete. Spidey es un héroe sarcástico, bromista, que no se toma las cosas demasiado en serio, y aunque los retos que le imponen en “Regreso a Casa” son peligrosos, no se enfrenta a amenazas del espacio exterior, o a monstruos capaces de destruir ciudades enteras. Sus aventuras son más locales, de escala más pequeña, pero nunca insignificantes.
Tom Holland fue la elección perfecta para interpretar a Peter. A pesar de haber tenido entre 19 y 20 años cuando filmó la película, el británico actor realmente luce como un estudiante de secundaria, y le otorga mucho humor y encanto al rol. Es muy fácil identificarse con Peter porque es un chico común y corriente (fuera de que es muy inteligente) con problemas normales; no es tan llorón ni dramático como el Peter de Tobey Maguire, ni tan innecesariamente “cool” como el de Andrew Garfield (¡no monta skate ni usa jeans apretados!) Holland encuentra el balance perfecto entre carisma e intelecto, haciendo que tanto su status como nerd de pocos amigos, como su potencial romance con la popular Liz, sean creíbles. Uno realmente quiere que este chico salga adelante, salve al mundo, y se quede con “la chica”.
Marvel tiene un significativo historial de villanos decepcionantes. Fuera del Loki de Tom Hiddleston y (ojalá) el Thanos de Josh Brolin en “Vengadores: Guerra del Infinito”, la mayoría de villanos en los filmes de este Universo han sido poco intimidantes, nada memorables, o han desperdiciado a grandes actores en roles poco desarrollados (como Mads Mikkelsen en “Doctor Extraño”). Felizmente, el gran Michael Keaton se luce como el Buitre, un criminal con motivaciones creíbles, el cual es humanizado tanto por el guion, como por el trabajo de este notable actor. No se trata de un megalomaníaco o un monstruo alienígena; es un hombre que quiere cuidar a su familia, que quiere seguir adelante, y que para ello, ha tomado decisiones extremas. Uno quiere que Peter lo detenga, lo derrote, pero no necesariamente que lo mate.
El reparto secundario funciona. Marisa Tomei interpreta a la Tía May más joven que se haya visto en un filme de Spidey (tanto así, que medio mundo parece estar enamorada de ella), Jacob Batallón es hilarante como Ned, el mejor amigo de Peter, y Robert Downey Jr. no aparece tanto en la película como los trailers nos querrían hacer creer. Sí, su rol en la historia es importante, pero el filme jamás se convierte en un “Iron Man 4”, como mucha gente creía. Donald Glover (“Community”, “Han Solo”) y Zendaya (como una excéntrica amiga de Peter) tienen roles pequeños pero trascendentes.
Visualmente, “Spider-man: De Regreso a Casa” no supera lo que Sony hizo con las cintas anteriores, curiosamente. Los efectos digitales son cumplidores, pero por momentos lucen demasiado sintéticos (lo cual es una pena, considerando la cantidad de acrobacias que el mismísimo Holland hizo durante el rodaje). Las escenas de acción están competentemente dirigidas, pero por momentos no generan suficiente tensión —el hecho de que Peter casi nunca salga herido de sus combates (incluso cuando parece que ha recibido un golpe o un raspón, al día siguiente está como nuevo) le resta algo de verosimilitud a las secuencias más espectaculares. La película funciona más a nivel de desarrollo de personajes (especialmente Peter, obviamente) e incluso narrativo, pero para mi sorpresa, no tanto como blockbuster de acción y explosivos efectos visuales.
“Spider-man: De Regreso a Casa” es diversión pura, un blockbuster que en otros países sería llamado un “crowdpleaser”: un filme que cumple su cometido a la hora de divertir a su público sin insultar su inteligencia (¡aprende, Michael Bay!) pero tampoco sin ser particularmente espectacular. Ciertamente es mejor que las dos películas con Andrew Garfield, pero no supera a “Spider-man 2” de Sam Raimi. Sin embargo, considerando los cambios que se le han hecho a varios personajes (incluyendo al bullyFlash Thompson, quien ya no es el típico jugador de fútbol musculoso), y la manera en que termina la cinta, todavía queda mucho por explorar con esta versión del personaje en secuelas y spin-offs y demás. Si mantienen este nivel de calidad y sencillez (o lo elevan), no debería haber ningún problema.
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