Spider-man: a través del Spider-verso

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“Spider-man: a través del Spider-verso” es de las mejores secuelas que haya visto en mucho tiempo —tanto animadas como con actores de carne y hueso. ¿Para qué ir con rodeos? Lo que tenemos acá es una excelente continuación de “Spider-man: un nuevo universo”, que logra expandir el… bueno, UNIVERSO introducido en la primera entrega, profundizando en temas relacionados a la familia, la amistad y la autosuperación, y desarrollando un estilo visual impactante y hasta por momentos algo mareante. En todo caso, si la película cuenta con UN defecto mayor, es que no termina. Sí, “Spider-man: a través del Spider-verso” tiene el mismo problema que “Rápidos y Furiosos X” (¡!). Termina con un “cliffhanger”, dejándonos con varias preguntas que tendrán que ser respondidas el próximo año en la tercera película.

Lo cual, obviamente, será del gusto de algunos espectadores… pero no de otros. Vuestro servidor se encuentra al medio: por un lado, aprecio la NATURALEZA de este “cliffhanger”; es chocante, es sorprendente, y tiene mucho que ver con los temas desarrollados a lo largo de la cinta. Pero por otro lado, el que “Spider-man: a través del Spider-verso” no cuente con un verdadero final, sí me dejó sintiéndome algo insatisfecho, haciendo que esta nueva producción sea ligeramente inferior a su predecesora. No me tomen a mal; “Spider-man: a través del Spider-verso” es verdaderamente increíble, pero hubiese podido ser incluso mejor si es que contase con un final más potente. Tal y como está ahorita, tendremos que esperar a la siguiente película para ver si la historia de Miles y sus compañeros llega a cuajar del todo (estoy seguro que sí… o al menos eso espero).

Al igual que en la película anterior, el protagonista de “Spider-man: a través del Spider-verso” es Miles Morales (voz de Shameik Moore), el Spider-man de su universo: un chico de familia afroamericana y latina, que intenta balancear sus deberes de colegio y sus ambiciones para el futuro, con su vida de superhéroe. Pero también tenemos a Gwen / Spider-woman (Hailee Steinfeld) quien, luego de los eventos de “Un nuevo universo”, regresó a su mundo. Desgraciadamente, es ahí donde su padre, George Stacy (Shea Whigham) termina descubriendo su secreto, lo cual la lleva a escapar junto a Miguel O’Hara (Oscar Isaac) y Jessica Drew (Issa Rae), dos Spider-mans de otra dimensión.

Resulta, pues, que Miguel es el líder de una fuerza de ataque compuesta por miles de Spider-mans (¿Spider-men?), dedicados a mantener el orden en el Multiverso. Todas las vidas de todos estos Spider-men dependen de eventos canónicos (ajá, nos ponemos metatextuales) que, de ser alterados o hasta borrados, podrían terminar por destruir la realidad tal y como la conocemos. Es, de hecho, un nuevo villano quien amenaza con hacer esto: La Mancha (Jason Schwartzman), un ex-científico que, debido a los eventos del clímax de la película anterior, ahora cuenta con unos agujeros en su cuerpo que le permiten ir de universo en universo. Y como se deben imaginar, Miles también termina involucrado en esto, siguiendo a su querida amiga Gwen, a quien no ve desde los eventos de la primera película.

A pesar de narrar una historia sobre Multiversos y diferentes versiones de Spider-man, si “Spider-man: a través del Spider-verso” funciona tan bien, es porque tiene un gran interés en la humanidad de sus personajes, y las relaciones entre ellos. Por ejemplo, Miles tiene que lidiar con sus padres, Rio (Luna Lauren Vélez) y Jefferson (Brian Tyree-Henry) y las expectativas que tienen de él (el hecho de que les mienta sobre sus actividades como Spider-man ciertamente no ayuda). Y también tiene que lidiar con sus complejos sentimientos hacia Gwen. Claramente los dos se gustan, y de hecho comparten una tierna escena sentados de cabeza en el techo de un edificio —visualmente Y emocionalmente potente—, pero ninguno sabe qué hacer al respecto. Es así que “Spider-man: a través del Spider-verso” se convierte en una historia de maduración; de cómo pasar de ser un niño a un adulto, y de cómo encontrar un camino propio.

Algo similar se puede decir de la mismísima Gwen. Al estar ligada tanto a Miguel como a Miles, tiene un rol complicado. Y al estar peleada con su padre, comienza también a tener muchas dudas internas. ¿Cómo saber que está haciendo lo correcto? ¿Y qué debe hacer para no perder a más seres queridos? Ella también tiene que pasar por una travesía de crecimiento y autosuperación, lo cual se complejiza a través del contraste entre su rol de superheroína, y el trabajo de su padre como policía. De hecho, el que tanto el padre de Miles como el de Gwen sean policías le otorga una dimensión interesante a la película, especialmente si se consideran ciertos eventos reales que suceden con la policía en los Estados Unidos (y en varios otros países). “Spider-man: a través del Spider-verso” no parece excusar ni apoyar del todo a las fuerzas policiales, pero parece estar consciente, al menos, de que sus miembros ya no deben ser presentados como héroes perfectos o como “fuerzas del bien absoluto” en este tipo de historias.

Pero muy aparte del contenido temático, seguro que muchos espectadores irán a ver “Spider-man: a través del Spider-verso” para entretenerse, y en ese sentido, el filme no decepciona. Sí, es un poco muy largo —ya durante los últimos veinte minutos comencé a SENTIR sus dos horas y media (¡!) de duración—, y sí, la animación puede llegar a ser tan colorida y vistosa e hiperactiva que marea, pero no se puede negar que lo que tenemos acá es todo un logro en lo que se refiere al cine animado y al cine de superhéroes. Las peleas son imaginativas e inesperadas, y los universos por los que los personajes atraviesan son muy originales. ¡Un mundo similar a las ilustraciones de Da Vinci! ¡Otro de colores tipo neón! ¡Otro tipo LEGO! (Por qué no). ¡Y hasta un par de apariciones de personajes de carne y hueso! (No diré quiénes). “Spider-man: a través del Spider-verso” lo tiene todo, aprovechando al máximo el concepto del Multiverso, y las posibilidades de la animación.

Y en lo que se refiere a la creatividad, es precisamente ahí donde radica el genio de “Spider-man: a través del Spider-verso” (y por supuesto, de su predecesora): ambas producciones aceptan el hecho de que son películas animadas, y por ende, no intentan reproducir la realidad, como lo han hecho incontables filmes de animación en 3D en años anteriores. Esta nueva película combina diferentes estilos de animación (me FASCINÓ la manera en que animaron al Spider-man Punk, por ejemplo), con diferentes framerates, globos de texto tipo cómic, sobreimpresiones, pantallas divididas, cámaras rápidas y lentas, y mucho más, para desarrollar una experiencia hiperactiva e hipnotizante. Lo que hace “Spider-man: a través del Spider-verso” es ir más allá de lo que su predecesora hizo, entregándonos una evolución natural del estilo visual que terminó por influenciar a tantas producciones posteriores. El filme, pues, tiene un estilo extremadamente propio, lo que le permite destacar de entre cualquiera otra cinta animada que vayan a ver en el cine (o en streaming).

De las actuaciones de voz no me puedo quejar —de hecho, agradezco que “Spider-man: a través del Spider-verso” cuente con varias funciones en inglés subtitulado acá en Lima (cosa que no sucedía desde hace un buen tiempo). Shameik Moore está muy bien como Miles, combinando dulzura e inteligencia con rebeldía adolescente, desarrollándolo como alguien con el que resulta fácil empatizar —pero que igual se siente como un ser humano creíble. Hailee Steinfeld desaparece en rol de Gwen, transmitiendo con efectividad el conflicto interno con el que carga durante buena parte del filme. Jake Johnson es carisma puro como Peter B. Parker (¡ahora con una bebé!); Oscar Isaac interpreta a Miguel como un hombre obsesionado con corregir sus errores y salvar el Multiverso (a su manera), y me maté de la risa con el Hobie (Spider-man Punk) de Daniel Kaluuya —se roba la película. Y por supuesto, tenemos toda suerte de personajes secundarios (muchos de ellos variantes de Spider-man), desde el Spider-man Indio de Karan Soni, hasta el Ben Reilly de Andy Samberg, o el Adrian Toomes (¡hecho de papel!) de Jorma Taccone. Sobre los cameos, eso sí, no diré nada —mejor que queden como sorpresas.

La espera valió la pena. “Spider-man: a través del Spider-verso” es tan creativa y exagerada y emotiva como esperábamos. Nuevamente: puede que algunos espectadores se mareen con tanto movimiento y planos tan breves y rápidos y tanto concepto sobre el Multiverso, pero incluso considerando eso, la película logra destacar porque jamás deja de lado el aspecto humano. Sí, es visualmente inventiva y la banda sonora es memorable y tiene varios cameos y guiños muy entretenidos, pero al final del día, lo que más importa es que tiene personajes con los que uno logra conectar. Uno realmente empatiza con Miles, y lo considera tanto a él como a Gwen como seres humanos fallidos y carismáticos y graciosos y valientes. Sí, me hubiese gustado que no termine con un “cliffhanger”, pero lo bueno es que SABEMOS que la tercera entrega saldrá sí o sí el próximo año, así que no hay forma de que la historia quede inconclusa. Solo espero que dicho final sea digno de todo lo que vino antes en las dos excelentes primeras entregas.

NOTA: sorprendentemente, “Spider-man: a través del Spider-verso” NO cuenta con una escena post-créditos, así que no se tienen que quedar esperando durante los créditos finales (a menos que simplemente quieran apoyar al equipazo que estuvo detrás de la producción).

Avance oficial:

90%
Puntuación
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