“Secretos de un escándalo” es una película que intenta entender a un personaje —basado en una persona real— que realizó un acto considerado por la mayoría de gente no solo como un delito, si no también como algo inmoral. Lo hace a través de la perspectiva de un personaje que llega desde afuera, que llega para meterse en la vida de este otro ser, y que TAMBIÉN intenta entenderla, aunque sea superficialmente. Y lo hace utilizando un tono por momentos cursi, haciendo uso de música melodramática y exagerada que entra en momentos a veces inesperados. No hace falta decir, entonces, que el director Todd Haynes no está particularmente interesado en contar la historia de “Secretos de un escándalo” de forma convencional, y felizmente la cinta se beneficia de ello.
“Secretos de un escándalo” se lleva a cabo en el año 2015, y tiene como protagonista a Elizabeth (Natalie Portman, también productora de la película), una actriz que ha llegado a la casa de Gracie (Julianne Moore), para estudiarla. Resulta que la primera está a punto de actuar en una película basada en la vida de la segunda, una criminal convicta y confesa que pasó años en la cárcel, luego de que tuvo una suerte de “affair” a los treinta y siete años, con un chico de dieciséis. Lo más interesante, sin embargo, es que luego de salir de prisión, Gracie se CASÓ con dicho chico, Joe Yoo, ahora ya adulto e interpretado por un fascinante Charles Melton.
De hecho, en los últimos años, ambos han formado una familia juntos, y viven en relativa tranquilidad con dos hijos que están a punto de graduarse del colegio. Pero a pesar de tener una vida aparentemente idílica, Elizabeth se va dando cuenta, gradualmente, de que los sucesos de años atrás han tenido consecuencias en el presente. No solo en los involucrados —lógicamente—, si no también en sus familiares, vecinos y hasta hijos. Es así que, a través de la mirada de Elizabeth, vamos conociendo a Gracie y Joe, tratando de entender por qué hicieron lo que hicieron, y cómo así pueden vivir juntos ya de adultos como si nada hubiese pasado años atrás.
Lo más interesante, pues, de “Secretos de un escándalo”, es que se va transformando gradualmente en un estudio de personaje de dos figuras que, curiosamente, no son nuestras protagonistas. Nuestra protagonista es Elizabeth, pero por buena parte de la cinta, ella es un misterio. Sabemos que tiene una pareja —a la que no le hace mucho caso, por más de que ya tenga un anillo en el dedo—, y sabemos que está obsesionada con estudiar a Gracie. Pero ella sirve más como la perspectiva desde la que observamos a Gracie y a Joe que como un personaje de verdad —una figura curiosa, a veces manipuladora, que está acá para entender, hasta cierto punto, a otros seres humanos.
En ese sentido, Julianne Moore hace un excelente trabajo interpretando a Gracie. Inicialmente, parece ser alguien en negación, una mujer que decide olvidar el pasado para vivir el presente. Pero poco a poco, nos vamos dado cuenta de sus patologías —de su obsesión con la apariencia (y peso) de sus hijas, de lo MATERNAL que se comporta con Joe (ugh), y del poco arrepentimiento que parece sentir hacia lo que le hizo a un menor de edad. Destaca una escena de habitación, en la que Gracie le voltea la torta a Joe luego de una discusión, diciéndole que Él la sedujo a ELLA, y preguntándole repetidamente quién está a cargo en la relación. Puede que ella sea la adulta, pero justifica sus acciones dando a entender que el que está a cargo es ÉL, no ella.
Lo cual es una mentira, por supuesto, y Joe lo deja muy en claro. Charles Melton es una revelación como el personaje, dado una interpretación sutil que mucho nos dice a través de lenguaje corporal y miradas; a través de lo que NO dice y lo que NO hace. Se trata, pues, de un niño en cuerpo de hombre, de alguien que nunca logró madurar del todo gracias al abuso que ha sufrido a lo largo de los años por parte de su supuesta pareja, y que carga con demasiados traumas no expresados o sacados a la luz. Melton no infantiliza a Joe, necesariamente, si no más bien nos permite entender cómo su personalidad fue alterada y su vida fue arruinada por una mujer adulta que abusó de él. Ahora entiendo por qué tanta gente quería que Melton fuese nominado al Óscar a Mejor Actor de Reparto por este rol, y por qué el que no haya sucedido se siente tan injusto.
Nada de esto quiere decir, por cierto, que Natalie Portman dé una mala actuación. Todo lo contrario, de hecho. El problema —si es que se puede considerar un problema— es que Moore y Melton tiene los personajes más interesantes y mejor desarrollados, y que como se ha dicho ya, Portman es más como el personaje que representa al espectador en la historia. No obstante, ella hace todo lo que puede con lo que tiene, revelando ciertos aspectos pequeños del personaje en momentos clave. Resalta la escena en la que seduce a Joe, aprovechándose de su inocencia e inseguridad, no tanto para obtener placer, si no más bien como parte del trabajo que ha llegado a hacer. Y por supuesto, está la escena en la que recita un monólogo a cámara, dejando claro que está haciendo todo lo posible por CONVERTIRSE en Gracie.
Ahora, por más de que las actuaciones sean todas excelentes, no puedo evitar mencionar que “Secretos de un escándalo” no será para todo el mundo. Está, por ejemplo, la banda sonora, melodramática y exagerada, que extrajo risas en algunos miembros del público en mi sala de cine, en momentos que, espero, no se suponía eran graciosos. O el hecho de que, curiosamente, la historia no llega a conectar tanto con el espectador a nivel emocional. Hay cierto desapego, cierta distancia entre la dirección de Haynes y sus personajes, que mantiene al espectador al margen, permitiéndole entender el filme de forma intelectual, pero sin conectar tanto a través de sus emociones.
No obstante, igual no puedo dejar de recomendar “Secretos de un escándalo”. Se trata de una interpretación fascinante de una historia real —con nombres cambiados y muchísimos detalles alterados, por supuesto—, que maneja un balance de tonos interesante —alterando entre lo absolutamente serio y lo “trashy”—, y que aprovecha al máximo los talentos de sus espectaculares actores y actrices principales. Es una película, pues, sobre el “grooming” y la obsesión y el abuso y la negación y el manejo por parte de una comunidad de una figura cuestionable y aparentemente carente de arrepentimientos. Nuevamente: “Secretos de un escándalo” no es para todo el mundo, pero quienes le den una oportunidad se encontrarán con un filme intelectualmente estimulante y ocasionalmente hipnotizante.
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