Rescate implacable

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Uno siempre sabe qué esperar de una nueva película de Jason Statham. Aunque estoy seguro de que el británico actor tiene más rango de lo que muchos creerían —revisen, si no, sus papeles más cómicos en joyitas como “Snatch”, de Guy Ritchie, o “Spy”, de Paul Feig—, parece que está bastante contento en su zona de confort, entregándonos incontables películas de acción en las que interpreta a personajes invencibles, capaces de sacarle la mugre a cuanto antagonista se le encuentre en el camino. Siempre es un ex soldado o un espía o un ex espía o soldado, y siempre acaba con sus enemigos de la forma más eficiente posible, recitando alguna que otra frase lapidaria como para que el público no se tome las cosas tan en serio.

Dirigida por David Ayer (quien el año pasado nos trajo la divertida “Beekeeper”, también con Statham) y escrita por Sylvester Stallone (por qué no), “Rescate implacable” es exactamente todo lo mencionado líneas arriba. Es una película de Statham al cien por ciento; es decir, la cinta perfecta para papás, y en general, para quienes simplemente quieran entretenerse con poco menos de dos horas de violencia y elementos narrativos de venganza. No es de lo mejor que este tipo rudo nos haya entregado, pero es lo suficientemente divertida como para que no se sienta como un desperdicio de tiempo. Eso sí, no piensen mucho en la (aparente) postura política del guion; para disfrutar de “Rescate implacable”, hay que considerar al filme más como una fantasía.

Porque por más de que se toma su premisa bastante en serio, nada de lo que “Rescate implacable” nos presenta se ve particularmente verosímil. Tenemos desde ex soldados ciegos con puntería perfecta, hasta una legión de criminales especializados en drogas y trata de personas que aparentemente pueden ser (parcialmente) derrotados por un solo calvo con dos metralletas. Es todo bastante caricaturesco, los villanos siendo caracterizados de la forma más exagerada posible, y en el caso específico de un par de secuaces, incluso de manera algo fársica. Es un choque de tonos, entonces: un choque entre una premisa que trata temas graves de forma parca, y personajes y situaciones simplistas que no se sentirían fuera de lugar en una película de acción ochentena de Schwarzenegger.

O de Stallone, por supuesto. El creador de Rocky nos entrega un guion que define de manera muy clara el bien del mal; los héroes de los villanos. Por un lado, tenemos a Levon Cade (Statham), un ex soldado británico que ahora se dedica a la construcción, y que tiene que rescatar a Jenny (Arianna Rivas), la hija adolescente de sus jefes, Joe (Michael Peña, desperdiciado) y Carla (Noemie González). Y por el otro, tenemos a los villanos, desde un mafioso ruso llamado Wolo Kolisnyk (Jason Flemyng, reuniéndose con Statham después de tiempo), hasta el sobrino de uno de los líderes de la secta criminal ya mencionada, Dimi Kolisnyk (Maximilian Osinski). Y cómo olvidar a los dos secuaces que secuestran a Jenny: los ineptos Artemis (Eve Mauro) y Danya (Greg Kolpakchi).

La forma en que Stallone ve a todas estas figuras no es del todo complicada: la mafia rusa está compuesta o de líderes siniestros, o de gente como Artemis y Danya que se paran equivocando cada cinco minutos y hasta pueden ser derrotados por adolescentes aguerridas. Y los buenos, por supuesto, como Levon Cade, son eficientes, valientes y lo pueden solucionar todo con violencia. En todo caso, si se puede argumentar de alguna forma que la visión del mundo de Stallone en “Rescate implacable” no es del todo conservadora y pro-armas, es porque los policías en la película son igual de ineptos y corruptos que sus contrapartes del crimen organizado. De hecho, es precisamente debido a eso que Levon decide tomar cartas en el asunto y rescatar a Jenny él mismo, sin ayuda de nadie.

Es así, pues, que “Rescate implacable” se desarrolla como la típica power fantasy a la que nos tiene acostumbrados Statham. El primer acto es suficientemente intrigante, estableciendo bien las relaciones entre personajes y dejando en claro lo rudo que es Levon. El segundo es un poco más pausado, hasta un poco tedioso, centrándose en su investigación y en encontrar una forma de acercarse a los secuestradores de Jenny. Pero es en el tercer acto donde se justifica el precio de la entrada, con el filme culminando de manera espectacular, sangrienta e increíblemente satisfactoria. No hay tensión porque sabemos que todo le saldrá bien a Statham, pero honestamente, ese es el chiste de la mayoría de sus películas.

David Ayer dirige “Rescate implacable” con estilo, haciendo uso de cámaras nerviosas, el ocasional plano aberrante, y bastante movimiento. Algunas escenas son un poco oscuras, y hay por lo menos una pelea —entre Statham y los secuaces de un traficante de drogas— que no se entiende muy bien a nivel visual, pero fuera de eso, me gusta que “Rescate implacable” no se vea como una película de acción promedio. Al menos ayuda a separarla de propuestas similares que se estrenan directo en streaming. Lo que sí me llama la atención, en todo caso, es que parece que muchas escenas nocturnas en exteriores fueron grabadas en un estudio. ¿Y cómo me di cuenta de eso? Porque por alguna razón, la luna se ve GIGANTE en todas las escenas de “Rescate implacable” que se llevan a cabo afuera y de noche. Y no broma; pareciera que Bruce Todopoderoso la hubiese acercado con sus poderes. ¿Por qué es que la luna sale tan ENORME en “Rescate implacable”? Me encantaría que David Ayer nos de una explicación.

“Rescate implacable” no es ni más ni menos de lo que podrían esperar de una nueva cinta de Jason Statham. Es acción dura para mayores de dieciocho años, en donde el personaje principal es tan habilidoso y preciso e invencible, que no le cuesta mucho trabajo acabar con legiones de traficantes, criminales, asesinos y demás. La visión política del guion de Stallone es cuestionable, sí —especialmente en lo que se refiere a ciertos estereotipos—, pero no sentí en ningún momento que “Rescate implacable” tenga malas intenciones. De hecho, por momentos hasta se pone bien sentimentalona, como si de verdad quisiera apelar a los padres del público. Es por eso que, como varias otras películas de la filmografía de Statham, “Rescate implacable” termina siendo un “dad movie” ideal; previsible, pero entretenido.

Avance oficial:

70%
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