Es increíble como el Oso Paddington se ha hecho famoso acá en Perú de la noche a la mañana. Antes del estreno de la película (o bueno, antes de que comiencen a “marketearla”) nadie conocía al personaje, a pesar de que se supone viene de nuestra selva. Pero ahora el Oso se ha estado paseando por todo Lima y es casi imposible pasar por un cine sin ver un afiche gigante por su rostro. Y debo confesar que hasta yo caí en el “marketeo”; me compré el cuento original y me gustó; comencé a ver los tráilers y me gustaron; y fui a ver la película el día de estreno (¡un día antes que en el Reino Unido! ¡Wuu!) y salí bastante contento del cine.
La historia de Paddington es bastante simple, y esta primera adaptación cinematográfica (se están engañando si creen que no van a producir secuelas) podría considerarse como una suerte de historia de origen. Comienza con nuestro protagonista (voz de Ben Whishaw) viviendo en la selva con sus tíos (voz de Michael Gambon y voz de Imelda Staunton) comiendo mermelada y hablando en inglés gracias a la visita años atrás de un explorador Británico. Pero no todo quedará en paz: una noche, un terremoto arrasa con toda la zona selvática en donde viven los osos, matando al tío de Paddington. Es por ello que la tía decide enviarlo al Reino Unido, viaje del cual habían estado hablando por años pero que recién ahora vale la pena realizar. Triste pero con la esperanza de encontrar gente buena (y bien educada, claro está), Paddington se infiltra en un buque y comienza su viaje.
Pero una vez en Londres, las cosas no serán tan ideales como a él le hubieran gustado. Después de tratar de buscar a alguien que lo quiera acoger y que nadie le haga caso (impresionante como a nadie le sorprende ver a un oso parlante y bien educado), el osito se queda varado en la estación de trenes Paddington (de ahí viene su nombre inglés; su nombre de oso es… más complicado), hasta que lo encuentra la inocente Sra Brown (Sally Hawkins) y su familia: el Sr Brown (Hugh Boneville), quien siempre está preocupado por el peligro; Jonathan (Samuel Joslin), el hijo menor, y Judy (Madeleine Harris), la hija mayor. A pesar de que el padre se niega al principio, terminan llevándose a Paddington a su hogar, en donde veremos cómo, poco a poco, se va acostumbrando a la vida Londinense. Pero hay un problema más grave: una taxidermista llamada Millicent (Nicole Kidman) se enterará de la presencia del oso en la ciudad, y junto con la ayuda de un vecino de los Brown llamado Mr. Curry (Peter Capaldi) hará todo lo posible por atraparlo.
Paddington es una película bien a la antigua, inocente pero no demasiado infantil, divertida y ligera pero con algo de contenido serio. De hecho, me hizo recordar bastante a las caricaturas que veía de niño, cartoons de los 50s y 60s que eran muy divertidos, pero a la vez no tenían miedo de presentarle a los niños algunas escenas serias o tensas. Paddington quizás no tenga secuencias con sus personajes fumando cigarrillos, como Tom y Jerry, pero sí se atreve a poner a nuestro protagonista en peligro, cosa que le inyecta algo de tensión a la película. (Después de todo, la villana es una taxidermista que viere a ver al osito muerto.) De hecho, hay una escena que me hizo recordar bastante a uno de los momentos más emocionales e intensos de Toy Story 3, cosa que realmente no me esperaba.
Ahora, esto no quiere decir que sea una cinta demasiada seria o que no la puedan ver niños pequeños. Todo lo contrario, a pesar de contener un par de escenas intensas y un poco de humor negro, en general se trata de un filme bastante inocente, lleno de humor blanco, chistes tranquilos, juegos de palabras y bastante slapstick. Lo bueno de Paddington es que logra encontrar un buen balance entre lo infantil y lo más serio, por lo que la película jamás me resultó aburrida, a pesar de no pertenecer a su público objetivo. No es un filme demasiado chistoso; jamás solté una carcajada épica mientras la veía, pero sí me mantuvo sonriendo durante la mayor parte de su duración, cosa que muy pocas producciones pueden lograr.
De hecho la manera en que el protagonista ha sido caracterizado también ayudó. El diseño de Paddington es perfecto: sorprendentemente foto-realista, pero a la vez lo suficientemente caricaturezco como para que se vea increíblemente tierno y no dé miedo. Su sombrero, su saco, su rostro… se trata de una gran interpretación digital de las ilustraciones presentes en los libros de Michael Bond. Por otro lado, la voz de Ben Whishaw es perfecta para el personaje; suave, calmada, y con un aire de amabilidad y buenos modales que va perfectamente con lo que Paddington representa. Es casi imposible no enamorarse del personaje: es lo suficientemente inocente como para resultar tierno y entrañable, pero no tanto como para que desespere o se vea tonto.
El reparto de actores de carne y hueso es de primera. Sally Hawkins y Hugh Boneville interpretan magníficamente a los Brown. La primera es inocente e introvertida, pero divertida y simpática a la vez, mientras que el segundo comienza más estricto y aburrido, para poco a poco, gracias a la presencia de Paddington, convertirse en una persona más relajada y más amorosa hacia sus hijos. Además, Boneville demuestra sus habilidades cómicas en una escena donde se tiene que disfrazar de mujer, de hecho uno de los momentos más memorables y graciosos de la cinta. Como Mr. Curry, Peter Capaldi es excelente (felizmente el personaje no cae en demasiados clichés) y como Millicent, Nicole Kidman fue la única que no me convenció del todo. No es un mal personaje ni una mala interpretación; simplemente se trata de una villana completamente genérica, por lo que hubiera sido interesante si Kidman le daba algún toque “extra” a su actuación. Los niños hacen buenos trabajos, pero me hubiera gustado que su relación con Paddington hubiese sido mejor desarrollada.
A nivel técnico, la película me sorprendió. A diferencia de otras adaptaciones de dibujos animados o historias para niños al live-action (como Garfield, por ejemplo….ugh) el director Paul King trata de darle un poco de identidad propia a su película, utilizando unos cuantos toques estilísticos que me resultaron bastante atractivos. Su manejo de cámara me recordó al de Wes Anderson (!), lleno de planos y movimientos laterales, y el diseño de producción, con colores intensos y sets vistosos (como la casa de los Brown o el edificio de la Sociedad de Exploradores) es impresionante. Me gustó también la inclusión de una pequeña banda musical que aparece cada vez que se quiere enfatizar una emoción en particular en Paddington–usualmente la escena comienza con música (que uno asume es) no-diegética, para luego revelarse que la banda la está tocando y cantando. Y algunas secuencias, representando flashbacks o escenas que suceden en paralelo, hacen uso de una casa de muñecas y de un tren de juguete de manera bastante original.
Paddington no es una gran película familiar, pero tampoco es un completo desastre. Debo admitir que me divirtió bastante, y que a pesar de no tener una trama terriblemente original ni de ser particularmente chistosa, creo que sí es una cinta que vale la pena ver en el cine. Con su dirección visualmente interesante y estilizada, buenas actuaciones, excelente caracterización de Paddington (el CGI es prácticamente perfecto), sorprendente cantidad de tensión y humor en general inocente (a excepción de la escena anteriormente mencionada de “travestismo” y un par de momentos serios), se trata de un filme que toda la familia puede disfrutar. Y con eso, me refiero a que los niños se divertirán, y los padres no sentirán vergüenza de estar viéndola. Y hey, al menos la representación de Perú en la película no fue ridícula (jamás te perdonaré, Indiana Jones 4.)
Nota: Si pueden, por favor vayan a ver Paddington en inglés subtitulado (sólo dos salas en Lima la están proyectando así, lamentablemente); se trata de una película increíblemente Británica, y estoy seguro de que con el doblaje, se perderán de varios chistes y del encanto Inglés en general que la cinta posee.
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