Occupation: Rainfall
Honestamente, no sabía qué esperar de “Occupation: Rainfall”. ¿Una película independiente australiana de alienígenas, acción, explosiones y efectos visuales? ¡Por qué no! Ahora bien, evidentemente tenía el potencial de ser una cinta más de serie B, con imágenes digitales de mala calidad y actuaciones nefastas… o también podría ser un filme un poco más ambicioso, que sin llegar a ser del todo original, estaría intentando emular a las películas de ciencia ficción más populares de Hollywood. Felizmente, puedo decir con cierta confianza que se trata de lo segundo.
Ahora, por si no lo sabían, “Occupation: Rainfall” es la secuela de “Occupation”, una película también escrita y dirigida por Luke Sparke, quien tenía como ambición el realizar una cinta al más puro estilo de “La Guerra de los Mundos”, pero con talento australiano y llevándose a cabo en Australia. Aquella primera entrega no fue del todo exitosa a nivel de crítica, pero asumo que le fue bastante bien en la taquilla, ya que ahora Sparke ha sido capaz de entregarnos una secuela bastante más grande y ambiciosa, con un presupuesto más amplio (aunque para estándares de Hollywood, 25 millones de dólares sigue siendo el vuelto del pan), y una que otra estrella famosa. Se nota la diferencia entre ambas producciones, por más de que esta segunda cinta todavía no llegue a estar al mismo nivel que sus más claros referentes.
“Occupation: Rainfall” se lleva a cabo dos años después de la invasión de los Grays, una raza de aliens que escapó de su propio planeta, y que ahora están comenzando a colonizar la Tierra. Como suele pasar en este tipo de películas, los humanos han formado una Resistencia, en la que se encuentran Matt (Dan Ewing), el típico héroe de acción; Amelia (Jet Tranter), quien empatiza un poco más con los extraterrestres que la persona promedio, y su hermano Marcus (Trystan Go). Enterándose de la existencia de un proyecto llamado “Rainfall” (¡ajá!), Matt decide ir salir a su destruido mundo para averiguar de qué se trata, acompañado de un alíen amigo llamado Gary (Lawrence Makoare), lo cual no le hace mucha gracia. Mientras tanto, Amelia se queda en la base humana y va descubriendo un siniestro complot de parte del Comandante Hayes (Daniel Gillies), nuestro villano por default.
Lo que más me impresionó de “Occupation: Rainfall” es la calidad de sus valores de producción. Considerando que Sparke no contó ni con el mismo presupuesto ni con los mismos recursos que cualquier otra película Hollywoodense del mismo género, el que haya sido capaz de realizar un filme frecuentemente impresionante a nivel visual debe ser considerado como todo un logro. Sí, algunas criaturas se ven exageradamente sintéticas, y muchos planos enteramente digitales no convencen, pero ninguno de esos ejemplos es terrible, y la mayor parte de parajes desolados, secuencias de acción entre naves alienígenas y jets humanos, y balaceras, luce bastante bien. La película, en pocas palabras, NO luce barata, y demuestra lo mucho que se puede hacer con talento y, asumo, algo de tiempo.
No obstante, el que “Occupation: Rainfall” se centre tanto en la acción —mucha de ella vistosa y apropiadamente explosiva— la resta mucho al componente humano de la historia. La narrativa en sí no es particularmente original, de hecho, y le debe mucho a películas como “Día de la Independencia” o cualquiera de las de “Star Wars”. Además, por más de que los actores hagan buenos trabajos, ninguno de los personajes logra resaltar, la mayoría de ellos sintiéndose como arquetipos andantes, o como figuras que nunca llegan a cobrar ningún tipo de tridimensionalidad. Eso sí, me dio gusto ver a actores australianos que había visto previamente en filmes más grandes, como David Roberts (“Matrix Recargado” y “Matrix Revoluciones”). O por supuesto, al neozelandés Temuera Morrison, famoso ahora por interpretar tanto a Jango como a Boba Fett en varios proyectos de “Star Wars”.
No se puede negar que Sparke quería desarrollar una película que se sintiese como parte de una franquicia grande, que se sintiese importante, y en términos generales, lo ha logrado. El lore está bien explicado, las secuencias de acción son impresionantes, y hasta logra incluir temas relacionados a la discriminación, la violencia, y los crímenes de guerra (los aliens son tratados como prisioneros de guerra por algunos humanos, y hasta hacen experimentos con ellos). Estos elementos bastante serios, sin embargo, contrastan a sobremanera con algunas secuencias francamente absurdas, la mayoría de ellas protagonizadas por Ken Jeong (haciendo de un excéntrico científico) y Jason Isaacs (interpretando a un relajado alien llamado Steve). Por sí solas, dichas escenas son graciosas, pero se sienten algo fuera de lugar en una película llena de muerte y destrucción.
Puede que “Occupation: Rainfall” no cuente con el pulido técnico de una película Hollywoodiense de gran presupuesto. Y puede que la historia que trata de contar sea simplista y demasiado parecida a otros filmes de similar corte. Pero hay que admirar la ambición de Sparke; el hecho de que haya sido capaz de realizar algo fallido pero a gran escala, repleto de secuencias de tiroteos espaciales, explosiones y rayos láser, es digno de aplaudir. “Occupation: Rainfall” es superior a la película independiente de ciencia ficción promedio, y debería satisfacer a quienes estén buscando algo novedoso en el terreno de la acción y fantasía espacial. Y si le va bien, el título final promete que tendremos, al menos, una película más para ver. ¡Ojalá ese llegue a ser el caso!
“Occupation: Rainfall” está disponible en las versiones norteamericanas de iTunes, Amazon Video, Netflix, Vudu, Comcast, Spectrum, and Cox. ¡Pueden verla usando un VPN!
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