Interesante que “No entres” se haya estrenado en cines peruanos con prácticamente nada de publicidad —interesante porque se trata de una película paraguaya, de un filme que estuvo en el Festival de Cannes del año pasado, y porque se trata de la segunda película del director-guionista Hugo Cardozo, quien nos trajo “Morgue” hace unos años. Y también porque se trata de una cinta de terror, el género cinematográfico más popular en el país. Considerando sus credenciales, creo que “No entres” hubiera merecido tener un mejor estreno acá, especialmente porque estoy seguro que no hubiera tenido ningún tipo de problema para encontrar un público entusiasta.
Sin embargo, hay un “pero” acá. Habiendo visto ya la película, debo decir que, lamentablemente, no se trata de una producción extraordinaria. Lo que tenemos acá es una cinta tipo found footage, un subgénero cinematográfico que ya desde hace un tiempo se siente bastante choteado, y que incluso fue utilizado para propuestas de terror locales como la primera “Cementerio General”. Por ende, por más de que Cardozo y compañía intenten hacer algo novedoso, el resultado final no es del todo satisfactorio. No me animaría a decir que “No entres” es una mala película, pero sí que se trata de una propuesta meramente correcta, que trae consigo suficientes ruidos fuertes y sorpresas repentinas como para apelar a los fanáticos de lo demoniaco y sobrenatural.
Los protagonistas de “No entres” son Aldo (Lucas Caballero) y Cristian (Pablo Martínez), dos YouTubers que crean “contenido” bastante inofensivo y sonso para las redes. Pero cuando un día entran a una casa abandonada a buscar una pelota y graban un video de horror —al cual le agregan un fantasma falso en post-producción—, su fama comienza a crecer exponencialmente, con la publicación ganando likes y vistas como si no hubiese un mañana. Es así que los chicos deciden regresar a la casa, esta vez de noche y armados de más cámaras, para ver si encuentran algo verdaderamente terrorífico. Pero como se deben imaginar, lo que experimentan en dicho lugar termina siendo más grave y traumático de lo que inicialmente esperaban.
A nivel de producción, no puedo dejar de admirar a “No entres”. Después de todo, es un filme tipo found footage que no le exige al director ni al director de fotografía ser particularmente pulcros con el apartado visual, y que básicamente solo tiene a dos personajes principales, y dos locaciones importantes (la casa embrujada, y brevemente, el departamento de los chicos). “No entres” es una producción de bajo presupuesto, que aprovecha al máximo sus pocos recursos para desarrollar una experiencia suficientemente tensa, y que no intenta sentirse o verse más grande de lo que verdaderamente es. Cardozo sabe cuáles son las limitaciones de sus ambiciones, y por ende nunca intenta ir más allá de las mismas.
Ahora bien, si lo que quieren ver es algo verdaderamente novedoso, lamentablemente no encontrarán algo así en “No entres”. El filme comienza tomándose su tiempo, haciéndonos testigos de la gradual entrada de los chicos a la casa. Pero una vez que una silla sale volando, y más importante, que una pintura se cae de la pared —la cual, además, sirve como una suerte de pista para saber quién fue el dueño original de la casa—, es que las cosas se tornan perturbadoras. Cardozo hace un buen trabajo desarrollando tensión, y dejando que la misma explote a través de apariciones repentinas, jadeos intensos, y en general, jump scares que deberían dejarlo a uno bastante nervioso.
Queda claro, entonces, que “No entres” es una película de terror servicial. Luce suficientemente verosímil, el trabajo de mezcla y diseño sonoro es bastante bueno, y hay suficientes sustos como para que no le resulte tediosa a los fanáticos del género. No obstante, nunca llega a sentirse lo suficientemente original o redonda como para destacar de entre tanto exponente del género. Para comenzar, y como se había dado a entender líneas arriba, el found footage es un subgénero muy choteado para este tipo de historia, y Cardozo no hace nada como para justificar la utilización de dicho formato. De hecho, hay demasiados momentos —especialmente hacia el final— en los que no tiene sentido alguno que los chicos sigan grabando con sus cámaras, por más de que se mueran por convertirse en YouTubers millonarios.
Por otro lado, el desenlace de “No entres” no es particularmente satisfactorio. Obviamente no quiero incluir spoilers, por lo que solo diré que el clímax de la película involucra harto griterío y jadeos, imágenes sacudidas e imposibles de entender, y más confusión que verdadero horror. Hay un giro narrativo que sí me sorprendió, debo admitir, pero llega demasiado tarde como para causar suficiente impacto. Y lamentablemente, “No entres” no es el tipo de cinta que brilla gracias a sus personajes. De hecho, tanto el Aldo de Lucas Caballero como el Cristian de Pablo Martínez terminan siendo increíblemente irritantes, por lo que uno no puede evitar querer que los espíritus y demonios de la casa los maten lo más rápido posible.
No quiero que este texto se sienta demasiado negativo, eso sí, porque al final del día, “No entres” no es una película terrible. De hecho, creo que es el tipo de experiencia de terror que vale la pena tener en el cine, aunque si pueden comprar sus entradas en una fecha promocional o día de oferta, probablemente la pasen mejor. Pero fuera de eso, lo que tenemos acá es una cumplidora cinta de horror sobrenatural tipo found footage, con varias secuencias de innegable suspenso, jump scares efectivos, y por lo menos una secuencia memorable (la que involucra a los dos chicos tratando de bajar del techo de la casa). Sí, el que la película tenga música incidental extradiegética no tiene sentido alguno, y sí, los personajes son súper desesperantes, pero si pueden ignorar eso, lo más probable es que no la pasen mal con “No entres”. Después de todo, puede que sí valga la pena entrar por acá.
NOTA: Desafortunadamente, solo están pasando “No entres” en un par de salas en Cinemark y en Cineplanet, y en poquísimos horarios.
- Mi calificación
