Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1

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Debería ser imposible. ¿La SÉTIMA entrega de una franquicia millonaria, con un protagonista de más de sesenta años, quien encima está un poco loco, y pertenece a la Iglesia de la Cientología? ¿Una franquicia basada en una serie de televisión de los sesentas que pocos conocen, y que ha pasado por varios directores? Debería ser imposible que siga funcionando. Y ciertamente debería ser imposible que alguien como Tom Cruise siga metiéndose en situaciones cada vez más peligrosas, desde hacer un salto HALO, hasta pilotear helicópteros de verdad, y por qué no, tirarse de un acantilado en una motocicleta. Pero quizás es precisamente esa locura la que le permite hacer todo esto, y lo que ha ayudado a que la franquicia de “Misión Imposible” vaya MEJORANDO con el tiempo.

Lo cual, como ya sabemos, debería ser imposible. Parece que Cruise se ha tomado el nombre de la saga MUY a pecho.

Todo esto nos lleva, por supuesto, a “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1”. La sétima entrega de la saga, y la primera de dos partes (la segunda sale en junio del próximo año, aunque con las huelgas de guionistas Y de actores, seguro que el estreno se retrasará). Cruise está de vuelta, por supuesto, pero también el director-guionista Christopher McQuarrie. En él, Cruise parece haber encontrado el compañero perfecto: un sólido cineasta dispuesto a cometer todas las locuras que se le ocurran, y que parece estar muy interesado en seguir haciendo estas películas hasta el fin de los tiempos. Pero más importante: McQuarrie no parece tenerle medio a la ambición de Cruise, lo cual se siente al máximo en esta nueva entrega, una de las mejores de la saga que comenzó en 1996 (cuando Vuestro Servidor tenía seis años de edad… increíble).

La trama no es lo más importante en estas cintas, y sin embargo, McQuarrie y Cruise hacen algo muy interesante con “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1”. Logran inyectarle una sensación de tensión y suspenso que no había logrado sentir en entregas anteriores —de hecho, muchos de los eventos en la película se sienten inevitables, como la preparación de algo horrible que está a punto de pasar. Más que las dos últimas cintas, “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1” se toma muy en serio a sí misma, pero igual logra incluir el ocasional momento de humor. El Benji de Simon Pegg (el personaje cómico por excelencia de la saga) tiene un rol más limitado, pero Cruise y los demás igual logran encontrar momentos graciosos, como para que el tono de la pieza no se torne DEMASIADO serio. Es un balance admirable, la verdad.

En esta ocasión, el Ethan Hunt de Tom Cruise está en busca de la Entidad —una Inteligencia Artificial que ha cobrado consciencia, y que ha reclutado a toda suerte de nefastos seres humanos para cumplir con sus fechorías. Entre ellos se encuentran el peligrosísimo Gabriel (Esai Morales), con quien Hunt tiene un historial, y la violenta Paris (Pom Klementieff), quien parece disfrutar del caos y el desorden. Ellos intentarán encontrar la Llave antes que Hunt —la Llave es el único objeto que puede ser utilizado para entrar al código fuente de la Entidad. Dicho objeto ha sido partido en dos, y una de las piezas la tiene Grace (Hayley Atwell), una experta ladrona que no sabe exactamente en lo que se ha metido.

Como se deben imaginar, Ethan se termina aliando con Grace, y los dos deben escapar de las garras de Gabriel, Paris y sus secuaces, intentando encontrar la otra mitad de la Llave para evitar que las fuerzas más nefastas del mundo puedan controlar (o destruir) a la Entidad. Para ello, recibirán la ayuda de Benji Dunn (Pegg), Luther Stickell (Ving Rhames), y por supuesto, la siempre misteriosa Ilsa Faust (Rebecca Ferguson). Y como para incluir una referencia a la primera película (la de Brian DePalma), en esta ocasión, el jefe de Hunt y su equipo es nada más y nada menos que Kittridge (Henry Czerny), un poco más canoso, pero igual de intenso que antes.

Como se pueden dar cuenta, el objetivo de nuestros personajes es muy sencillo: encontrar y juntar las dos piezas de la Llave, y así poder llegar al código fuente de esta terrible Inteligencia Artificial. Pero temáticamente, “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1” resulta muy interesante. La utilización de Inteligencias Artificiales ha estado en boca de todos durante los últimos meses, y resulta fascinante tener en esta película a la Última Estrella de Hollywood (™) batallando contra una I.A., utilizando métodos de la Vieja Escuela para evitar que la tecnología digital acabe con el mundo. Es muy simbólico de lo que está sucediendo hoy en día, especialmente en Hollywood, y en relación a las protestas de los guionistas y actores (muchos de los cuales se están quejando de que los estudios quieren reemplazarlos con I.A.). No sé si vincularse a este contexto era el objetivo de McQuarrie y Cruise, pero claramente no pudieron haber estrenado la película en mejor momento.

Pero fuera de eso, si “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1” funciona tan bien, es gracias al gran nivel de tensión y suspenso que maneja. Hace tiempo que no salía con las manos sudorosas de una sala de cine, pero eso es precisamente lo que me pasó con esta película. “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1” cuenta, pues, con varias secuencias destacables —desde una extraordinaria persecución en Roma (que combina mucho humor con acción), hasta una secuencia de espionaje en el aeropuerto de Abu Dhabi, el ya infame salto por parte de Cruise en una moto, y por qué no, toda una secuencia verdaderamente emocionante en un tren cayéndose por un acantilado. Todo ha sido expertamente dirigido por McQuarrie, quien sigue demostrando tener un gran entendimiento de la acción, la geografía y la coreografía de sus actores. Es así, pues, que “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1” se convierte en LA mejor experiencia de acción y suspenso del año.

Todo esto se ve apoyado, por supuesto, por la DEDICACIÓN que le inyecta Cruise a este tipo de proyectos. Uno se cree a este actor de más de sesenta años de edad como un súper espía gubernamental, precisamente porque el actor Tom Cruise realiza todas estas piruetas y acciones de verdad, sin dobles y con la ayuda de arneses. Si el ACTOR lo puede hace todo, ¿por qué no el personaje? Y también se ve beneficiado por la caracterización casi mesiánica de Ethan. No, no hay nada en esta película que esté al nivel de “Hunt es la manifestación viva del destino” (gracias por esa brillante línea de diálogo, McQuarrie y Alec Baldwin), pero cuando nuestro protagonista le dice a la Grace de Hayley Atwell que le JURA que su vida siempre será más importante para él que la propia, le creemos. Ethan no es un personaje —es una figura, una representación de alguien que haría cualquier cosa por ayudar, por SALVAR a los demás. Y le creemos.

Como suele pasar en estas películas, el reparto secundario también destaca. Hayley Atwell —de quien siempre he sido fan, dicho sea de paso— está sublime acá, desarrollando a Grace como una mujer ambiciosa pero también bondadosa, quien claramente está fuera de su elemento, pero que poco a poco va demostrando que, quizás, podría convertirse en un miembro de la FMI (Fuerza de Misiones Imposibles… brillante). Pegg y Rhames tienen un poco menos que hacer que antes, pero demuestran estar súper cómodos en la franquicia. También extrañé un poco a la Ilsa de Rebecca Ferguson (da la impresión de que la quieren reemplazar con Atwell), y Vanessa Kirby está de vuelta como la Viuda Blanca (como recordarán, la hija de la antagonista de la primera película, Max). De los villanos, quien dejó una mayor impresión fue la Paris de Pom Klementieff (intensa, violenta); el Gabriel de Esai Morales, aunque intimidante, carece un poco de personalidad. Y definitivamente no le llega ni a los talones a alguien como el Philip Seymour Hoffman (Q.E.P.D.) de “Misión Imposible 3”.

A pesar de ser la primera parte de tres, “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1” concluye de manera satisfactoria. Sí, hay varios conflictos secundarios sin resolver, pero la película está estructurada de tal manera que uno no queda insatisfecho ni frustrado (ciertamente termina mejor que algo como “Rápidos y Furiosos X”). Sí, el que dure dos horas y cuarenta y cinco minutos (¡!) es algo excesivo, pero la cinta se mueve a tal ritmo, y desarrolla tanta tensión, que uno ni se da cuenta. McQuarrie aprovecha todos esos minutos al máximo, y mantiene al espectador en suspenso, siempre atento a lo que está pasando, sin que piense en ir al baño o rellenar su balde de canchita. “Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1” es entretenimiento del bueno, y la prueba máxima de que Cruise se ha convertido en el Señor Cine (™) —LA estrella de Hollywood que sabe exactamente cómo atraernos a la pantalla grande, justificando la existencia de este tipo de blockbusters de presupuesto ridículo. Que venga la segunda parte, por favor —la necesitamos.

Avance oficial:

90%
Puntuación
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