Ahora, este es un artículo que siempre he querido escribir. No estoy seguro si lo he mencionado antes (es muy probable), pero La Momia, película del año 1999 dirigida por Stephen Sommers (Van Helsing, G.I. Joe: El inicio de Cobra) es uno de mis filmes favoritos. No porque sea una obra maestra, ni porque tenga grandes actuaciones o sea visualmente revolucionaria… simplemente porque es demasiado divertida. Ah, y también porque es una película que forma parte de mi infancia y adolescencia, ya que la habré visto más de 30 veces en total, y en todos los formatos: comenzando por el VHS cuando era más pequeño, pasando por el DVD y culminando en su versión HD en formato Blu-Ray (me compré la trilogía de La Momia hace un par de años.) Simplemente no me canso de verla.
Ahora, cabe mencionar que no voy a tratar de argumentar que La Momia es una gran película. Porque no lo es. Es cursi por momentos, algunas actuaciones no son particularmente buenas, los efectos especiales son exagerados, y el tono general del filme es… errático. Pero este es uno de esos casos en los que la nostalgia nubla mi visión, en los que mis recuerdos de haber visto el filme tantas veces a través de tantos años hace que lo disfrute mucho más de lo que debería. Estoy seguro de que hay mucha gente que odia La Momia; probablemente digan que no tiene nada que ver con la historia original, que no da mucho miedo y que es más un clon de cualquier película de Indiana Jones que otra cosa. Y puede que tengan razón. Pero lamentablemente eso no va a hacer que me deje de gustar.
¿Y cuál es la historia? La película comienza con un prólogo en el antiguo Egipto, en donde nos enteramos que la novia del faraón, Anksunamun (Patricia Velásquez) tiene un amorío con el sacerdote principal, Imhotep (Arnold Vosloo.) Una noche, el faraón los descubre, por lo que Ank lo termina asesinando y ella misma es ejecutada por la guardia del faraón. Imhotep es capturado y momificado vivo, puesto bajo una maldición que hará efecto si es que algún día es resucitado.
Y predeciblemente, así es. Pero antes de eso tenemos que pasarnos a la década de 1930 y conocer a nuestros protagonistas: Rick O’Connel (Brendan Fraser), un aventurero Americano que ha estado en el sitio de enterramiento de Imhotep en el pasado; Evy Carnahan (Rachel Weisz, en uno de sus primeros papeles), una bibliotecaria extremadamente curiosa y experta en el antiguo Egipto; y su hermano Jonathan (John Hannah). un vago distraído y ambicioso. Este último es quien encuentra el mapa de Hamunaptra, la ciudad de los muertos, el lugar donde Imhotep está enterrado. Y resulta que el mapa le pertenecía a Rick, por lo que él los ayudará a ir. Pero a la vez serán acompañados (o retados) por un grupo de Americanos liderados por un Egiptólogo (Jonathan Hyde) y guiados por Beni (un hilarante Kevin J. O’Connor), cobarde ex-amigo de Rick. Ellos también buscan Hamunaptra y no se detendrán hasta encontrarla. Ah, y también está el grupo de Medjai, guardianes Egipcios que por siglos se ha encargado de que nadie toque la tumba de Imhotep, liderados por Ardeth Bay (Oded Fehr.) Eventualmente, los tres grupos se encontrarán en el lugar, y harán un descubrimiento escalofriante que no los dejará irse tan fácilmente…
¿Por dónde empezar? Supongo que vale la pena mencionar que, a pesar de estar basada en uno de los personajes clásicos más terroríficos de la Universal, y en una película de los años 30 perteneciente al género del horror, La Momia no es precisamente una película de terror. De hecho hay escenas bastante tensas y muchos momentos de «¡BOO!», y definitivamente cuando tenía 10 o 12 años las primeras escenas en donde aparecía la momia en sí me daban bastante miedo (tanto así que me tapaba los ojos), pero en general no se siente como un filme del género. Más bien, el tono se acerca más al de las película de Indiana Jones: aventurero y ligero, llena de acción y emociones y efectos especiales. Supongo que teniendo en cuenta la temática, el aspecto de la criatura titular y algunas muertes asquerosas, se podría considerar como una película de terror y aventuras.
Pero aunque para algunos puristas eso sea algo negativo, yo creo que el hecho de que el filme no sea únicamente de terror lo hace mucho más especial… y definitivamente mucho más divertido. Aunque, como se dijo antes, hay varios momentos tensos, en general la película es más ligera y chistosa que otras del mismo corte: hay muchas escenas de acción, incluyendo balaseras, explosiones, peleas entre Rick y las momias que trabajan para Imhotep, y una confrontación entre un avión y una ola de arena gigante. Se trata de acción muy bien fotografiada y coreografiada, presentada de manera coherente y clara, sin demasiados cortes y emocionante. Me gusta que Rick sea una suerte de Indiana Jones más light, no necesariamente invencible pero sí más estilo héroe de cómic.
Además, también está el humor. Ahora, teniendo en cuenta la trama del filme, la cual incluye sacrificios, tragedia, dos historias de amor, y muertos vivientes, definitivamente se hubiera podido contar de manera totalmente seria, pero el hecho de que sea presentada más ligeramente me parece un acierto. Por ejemplo, las anteriormente mencionadas escenas de acción, a pesar de estar muy bien logradas y ser emocionantes, en general son presentadas con un tono medio gracioso; muchas de las momias contra las que Rick pelea son torpes y se comportan más como los Tres Chiflados que comozombies egipcios. Y también tenemos al personaje de Beni, el cual es genial; un cobarde que siempre se aprovecha de la situación en la que se encuentra, y que tiene algunos de los diálogos más memorables y chistosos. Rick: «¿Qué dijiste?» Beni: «No te voy a decir. Vas a seguir pegándome». Beni (después de que Imhotep lo bota de una tormenta de arena: «Necesito un nuevo trabajo.» Jeje.
Las actuaciones no son grandiosas, pero sí memorables. Rick es el héroe Americano arquetípico: fuerte, musculoso, bien parecido, seguro de sí mismo y sarcástico. Evy es la típica chica bonita que no sabe que es bonita: medio nerd (es una bibliotecaria, después de todo), pero capaz de valerse de sí misma cuando la situación lo amerita. Jonathan es el más cómico de los tres principales: cobarde y ambicioso. De Beni ya saben bastante: para mí, es el personaje más memorable e hilarante de la película, interpretado impecablemente por Kevin J. O’Connor, un favorito de Sommers y también de otros directores como Paul Thomas Anderson (!). Como Imhotep, Arnold Vosloo es suficientemente imponente (especialmente cuando se vuelve humano; como monstruo, es casi completamente digital) y el Ardeth Bay de Oded Fehr es la contraparte Egipcia de Rick (aunque un poco más seria.) El grupo de Americanos que compite contra Rick y los demás no tiene mucho qué hacer, pero interpretan bien sus respectivos papeles.
Visualmente, el filme era una maravilla en su época, y 14 años después no se ve mal. Como se mencionó antes, en su forma decompuesta y sin carne, la Momia es enteramente digital, y no se ve mal. Ahora, de hecho se nota que se trata de un efecto especial, y hay un par de escenas en donde no «calza» tan bien con los escenarios reales, pero en general se ve bastante realista. Las escenas de acción en su mayoría son reales, con Brendan Fraser haciendo muchas de sus piruetas, peleando con dobles de acción de verdad. Esto definitivamente ayuda a la película ya que, de haberse hecho más recientemente, estoy seguro de que hubiera tenido muchos más efectos digitales y por lo tanto se hubiera visto más artificial (piensen en la tercera película de la franquicia….)
Por otra parte, el filme fue filmado en Marruecos (que hace las veces de Egipto), lo cual le da una cualidad más épica (rodar en exteriores exóticos siempre da ese resultado) y el resto de exteriores e interiores fueron grabados en los sets creados por Allan Cameron. Si han leído mi análisis de Van Helsing, sabrán que admiro mucho el trabajo de Cameron. Al igual que en esa película, los escenarios construido por él para La Momia son fascinantes, extremadamente realistas y detallados. Realmente uno siente que los personajes se encuentran en tumbas llenas de tierra y arena y telas de araña. Hasta las momias y cadáveres putrefactos se ven verosímiles; se trata de un trabajo visual impecable.
Otro detalle que vale la pena mencionar es la música del fallecido Jerry Goldsmith, uno de los compositores más prolíficos y talentosos de Hollywood. Para mí, el soundtrack que compuso para La Momia es uno de sus más memorables, aventurero cuando tiene que serlo, pero también bastante tenebroso en algunas escenas. Me gusta que muchos de los temas se «sientan» egipcios, ya sea por el tono que manejan o los instrumentos que usa Goldsmith para su interpretación, y que también sean tan fáciles de silbar, casi tan memorables como los temas compuestos por el gran John Williams. Definitivamente una de mis composiciones cinematográficas favoritas.
En fin, no sé que más podría decir sobre La Momia. Decidí escribir sobre la película en este Mes del Terror porque, a grandes rasgos, se podría considerar como una película perteneciente al género, y porque está basada en uno de los personajes de terror más reconocibles del mundo del cine. Pero a fin de cuentas creo que se trata de una excusa: simplemente me moría por escribir sobre una de mis películas favoritas. No será el filme más aterrorizante del mundo, pero no necesita serlo. Con presentar uno que otro «¡BOO!» y una que otra muerte medio asquerosa es suficiente. Total, La Momiaes, principalmente, una película de aventuras llena de efectos especiales, una suerte de Indiana Jones de los noventa con un tono más ligero y una trama menos ambiciosa. Si la comienzas a ver esperando asustarte, te vas a decepcionar. Pero si la vez con la idea de disfrutar de una película divertida, ligera, chistosa, emocionante y llena de acción, la pasarás muy bien. Y a diferencia de Van Helsing, creo que no es necesario sentirte culpable si es que te gusta.
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