Los Súper Agentes Locos
El caso de una producción como Los Súper Agentes Locos es muy particular. Llamada Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo (¡!) en su España natal, era obvio que la película no podía ser traída a Perú en su forma original, por lo que su distribuidora, Star Films decidió localizarla para que funcione mejor en nuestro mercado.
Y fue así que nació Los Super Agentes Locos. Pocos iban a ir a ver una película animada con voces españolas (los niños se hubiesen confundido, en el mejor de los casos, y aburrido o enojado en el peor), por lo que se decidió que la película sería redoblada completamente, utilizando los talentos de diversos actores y modelos peruanos para otorgarle un sabor un poco más local. Adicionalmente, el guión original fue modificado ligeramente para que contenga referencias a lugares o personajes Limeños, como para reemplazar algunos de los chistes que simplemente no funcionarían para el público peruano.
Entonces, la pregunta que deberíamos hacernos en primer lugar, es: ¿funcionó este experimento? En términos generales: sí. Los Súper Agentes Locos es una cinta imperfecta, pero ninguno de sus defectos tienen que ver con el doblaje local. Se trata de un filme alocado, hiperactivo y competentemente animado, que podría resultar extremadamente divertido para los pequeños de la casa, pero que podría terminar por marear a sus padres. Debo decir que mis expectativas eran bajas, pero la película logró superarlas.
En esta, su primera aventura animada en 3D, podremos ver a los dos famosos (e ineptos) “héroes” de la tira cómica creada por el autor español Francisco Ibáñez, Mortadelo y Filemón (voces de Damián y el Toyo) involucrados en una misión muy importante para la T.I.A. (una agencia súper secreta). Se tienen que enfrentar a un villano llamado Jimmy “el chévere” (voz de Melcochita… sí, en serio), a un monstruo estilo Hulk (voz de Guty Carrera), y a todo tipo de peligros que, en muchos momentos, los dejarán aplastados (literalmente). El hecho de que no sean particularmente… brillantes, tampoco ayuda.
A pesar de ser una producción europea (aunque según los créditos iniciales, la Warner Brothers estuvo involucrada de alguna manera), Los Súper Agentes Locos maneja un nivel técnico que pocas película animadas independientes pueden aspirar a tener. La animación es muy buena; los movimientos de los personajes son muy fluidos (y caricaturezcos); el diseño de los mismos está muy bien logrado, y los modelos (tanto de los humanos como de los objetos y los fondos) están llenos de detalles, presentando texturas realistas para las casas o las ciudades. Hay un par de tomas de paisajes que me dejaron con la boca abierta. Quizás se trate de un prejuicio, pero no esperaba que la cinta se fuese a ver tan bien.
¿Pero qué hay de la trama? Lamentablemente no es nada del otro mundo. De hecho, es una excusa para meter a nuestros personajes en situaciones enredadas y exageradas, para golpearlos y presentar toneladas de humor físico. De hecho, Los Súper Agentes Locos se siente como una caricatura clásica de Tex Avery o Chuck Jones, doblada en velocidad, y extendida para que dure una hora y media. Los personajes (especialmente Filemón) son golpeados, lanzados, magullados, cortados y en general heridos de mil maneras, con mínimas consecuencias. Sin son fanáticos del slapstick, la pasarán bien.
El filme se mueve a un ritmo aceleradísimo, sin dejar que el público pueda respirar por un solo minuto. Los chistes, los juegos de palabras y los golpes vienen y se van con una frecuencia impresionante, lo cual le otorga una energía muy particular a la cinta—ideal para niños con poca capacidad de atención. Sin embargo, dicho ritmo definitivamente me saturó, tanto así que salí del cine con un ligero dolor de cabeza. A la decimoquinta “sacada de mugre”, simplemente quería que dejen en paz al pobre Filemón.
Además, a diferencia de las caricaturas antiguas, en donde los golpes dejaban a los personajes con algún chinchón o un ojo morado, acá las heridas, aunque temporales, son presentadas de manera perturbadoramente realista. Es una cosa ver al Coyote con un cómico y exagerado chinchón en la cabeza, pero es otra ver a Filemón con sangre en el labio y tres mil moretones en la cara. Este diseño verosímil de las heridas hizo que no pueda disfrutar tanto del slapstick como hubiese querido—se veía demasiado real por momentos, lo cual causaba más incomodidad que risas.
Como mencioné líneas arriba, el doblaje es muy bueno. Como Mortadelo y Filemón, Damián y el Toyo son muy divertidos, otorgándole personalidad a sus respectivos personajes. Katya Palma y Fiorella Rodriguez (como la productora de un programa de televisión reality tipo Gran Hermano) son irreconocibles (quizás porque no tienen voces muy particulares) y Guty Carrera es sorprendentemente divertido. Debo decir que la inclusión de figuras de la farándula en producciones cinematográficas usualmente no es de mi agrado, pero en este caso, Carrera logra interpretar a ambos lados de su personajes (una personalidad intimidante, y una mucho más inocente) de manera muy efectiva. Enrique Victoria (como el jefe de la T.I.A.), Vanessa Terkes (como el interés amoroso de Filemón), y Ernesto Pimentel (como un tío cegatón) tienen roles importantes.
Pablo Villanueva “Melcochita” interpreta a Jimmy “el chévere”, el villano principal de la película (felizmente le cambiaron de nombre…) No hace falta mencionar que escuchar a Melcochita interpretar a un personaje de este tipo en una película animada para niños simplemente… no tiene precio. Incluso logra insertar su característico “imbéeeeecil” en un par de escenas, lo cual le extrajo una sonrisa a más de un miembro adulto del público.
Debo mencionar que si hubo un aspecto de Los Súper Agentes Locos con el que definitivamente no estuve de acuerdo, fue cierto subtexto machista que pude detectar en algunas escenas. Ningún personaje femenino es útil o está bien caracterizado—de hecho, el personaje principal de Terkes es incluido únicamente para mostrar sus impresionantes pechos. Todas las mujeres en la película son incorporadas para mostrar algo atractivo (Terkes), algo grotesco (la vecina de Filemón, la secretaria del personaje de Enrique Victoria) o algo reprensible (la productora interpretada por Rodriguez). Considerando que se trata de un producto que será consumido y disfrutado principalmente por niños, se trata de un aspecto lamentable en una película que, por lo demás, es relativamente inofensiva.
Los Súper Agentes Locos es una mezcla de lo inocente y exagerado (el slapstick, los juegos de palabras) y lo adulto (los personajes femeninos, los chistes de doble sentido). Se trata de una cinta hiperactiva y colorida que será disfrutada por la mayoría de niños, pero que posiblemente termine por saturar a sus padres con tanto golpe y caída y secuencia de acción excesiva. El doblaje es muy bueno, y la animación es vistosa, pero lamentablemente no llega a presentar una trama particularmente interesante o personajes con los que uno se pueda identificar, lo cual la separa de productos superiores a los que nos tienen acostumbrados empresas estadounidenses como Pixar o Warner Bros. Animation.
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