Los Juegos del Hambre: Sinsajo – El Final
Los Juegos del Hambre: Sinsajo – El Final es una conclusión adecuada a la popular serie de películas protagonizada por la talentosísima Jennifer Lawrence, y basada en los libros de Suzanne Collins. Se trata de una película entretenida, muy tensa por momentos, bien actuada y espectacular a nivel visual. Sin embargo, al verla, no pude evitar sentir que pudo ser mucho más—si la cinta anterior se sintió como un prólogo extendido y algo denso, esta segunda parte es un filme mucho más basado en la acción, satisfactorio pero innecesariamente largo.
Casi cualquier error presente en el filme se debe a la decisión por parte de Lionsgate de dividir el último libro de Collins, Sinsajo, en dos partes. Es una moda comenzada por la saga de Harry Potter, y que lamentablemente no siempre funciona. En este caso en particular, es bastante evidente que la historia pudo haber sido contada de manera mucho más concisa y emocionante en una sola película; dividir el libro en dos filmes hizo que ambas entregas sufran. No todos los miembros del público recordarán cada evento de la cinta anterior (ni mucho menos la escena con la que terminó), por lo que tener que ver esta última entrega un año después de su predecesora, sin introducción o contextualización alguna, puede resultar desorientador para algunos.
Sinsajo – El Final comienza justo donde terminó la Parte 1. Katniss (Jennifer Lawrence) se está recuperando después de haber sido ahorcada por su ex amante, el traumatizado Peeta Mellark (Josh Hutcherson). Al chico le han lavado el cerebro, y aunque se está normalizando poco a poco, Katniss no puede evitar sentirse preocupada por él. Es por ello que decide unirse a un ataque el Capitolio; su plan es enfrentarse al Presidente Snow (Donald Sutherland) y matarlo. La líder de la Resistencia, Alma Coin (Julianne Moore) solo quiere usar a Katniss como propaganda política, sin embargo, incluso si es que ello signifique tener que convertirla en una mártir. Katniss es acompañada por Gale (Liam Hemsworth), Finnick (Sam Caflin) y Boggs (Mahershala Ali) en camino al Capitolio, pero gradualmente el grupo se dará cuenta que su objetivo es terriblemente difícil de alcanzar.
A pesar de que el ritmo de la película es algo inconsistente (hay varias escenas innecesarias, como una conversación entre Peeta y Gale), no se puede negar que nos presenta varias secuencias de acción bastante buenas. El director Francis Lawrence (quien se ha encargado de dirigir todas las entregas de la franquicia menos la primera) maneja excelentes niveles de tensión (especialmente en una secuencia que involucra un mini tsunami de ácido), maximizando la emoción durante momentos en los que verdaderamente sentimos que los protagonistas podrían morir. La acción es filmada de manera clara, sin abusar de las cámaras en mano ni los cortes bruscos.
Sin embargo, hay elementos presentes en dichas escenas que no funcionan del todo. Varios personajes mueren, por ejemplo; claramente no diré cuáles (los fanáticos de las novelas ya saben quiénes son, y el resto querrá enterarse de sus identidades al ver la cinta), sólo mencionaré que sus muertes no son siempre manejadas de manera respetuosa. Hay una muerte en particular, durante el último tercio de metraje, que simplemente no causó ninguna reacción emocional en mí, cosa que me sorprendió considerando de quién se trataba. La escena es mostrada de manera muy rápida, y las reacciones de los personajes (especialmente Katniss) no terminan de convencer.
Por otra parte, el triángulo amoroso entre Katniss, Peeta y Gale es solucionado de manera abrupta, con un resultado predecible, demostrando que era una sub-trama totalmente innecesaria, incluida únicamente porque se trata de un elemento casi obligatorio de toda historia para jóvenes adultos como Crepúsculo o Divergente. Ninguna de las cuatro películas logró demostrar por qué Katniss elegiría a cualquiera de los dos, y una vez que toma su decisión final, esta es alargada de tal modo que el filme termina de manera ridículamente inocentona.
Las actuaciones son casi todas muy buenas, cosa que no debería sorprendernos si consideramos lo excelente que es el reparto. Jennifer Lawrence sigue demostrando que le pone el mismo empeño a sus roles en blockbusters millonarios que a los de sus filmes más pequeños, desarrollando a una Katniss fuerte y decidida. Sus motivaciones no son siempre claras, y durante el tercer acto se vuelve más reaccionaria que proactiva, pero Katniss no deja de ser una protagonista interesante (aunque excesivamente sufrida). Lamentablemente, Josh Hutcherson no tiene la misma química con Lawrence que en las cintas pasadas (aunque hace un buen trabajo convenciéndonos de lo traumado que está), y Liam Hemsworth tiene poco qué hacer en un rol inconsecuente y aburrido. Woody Harrelson, Julianne Moore, el gran Philip Seymour Hoffman (interpretando su último papel) y Stanley Tucci tienen poco tiempo en pantalla, pero compensan esto con carisma y talento. Sin embargo, es un pecado imperdonable que la increíble Gwendoline Christie (Juego de Tronos, Star Wars: El Despertar de la Fuerza) no aparezca por más de cinco minutos.
Si había alguien que resaltaba en las películas anteriores, aparte de Lawrence, era el Presidente Snow de Donald Sutherland. El veterano actor interpretaba el rol de villano ambicioso y casi psicopático a la perfección, por lo que resulta una verdadera pena que el personaje haya cambiado tanto para la película final. En Sinsajo – El Final, Snow se convierte en un antagonista patético a quien no le funciona casi ningún plan—el guión trata de darle algo de humanidad (cosa que no funciona en lo absoluto) y su inevitable caída no resulta tan satisfactoria como uno se hubiese imaginado.
Los Juegos del Hambre: Sinsajo – El Final funciona como un blockbuster competente y entretenido—es realmente tenso por momentos, las actuaciones son, en general, muy buenas, y los efectos especiales son excelentes, como uno esperaría de una franquicia millonaria y popular. Sin embargo, el desarrollo de la trama no termina de convencer (especialmente durante los últimos treinta minutos de metraje) y aunque la historia acaba de manera pulcra, la conclusión no me afectó emocionalmente ni me dejó tan satisfecho como me hubiese gustado. Sinsajo – El Final promete que ya no habrá más aventuras para Katniss y compañía, pero considerando lo exitosa que ha sido la saga para Lionsgate, todos sabemos que ese no será necesariamente el caso.
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