Los indestructibles 4

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Al menos hasta hace nueve años, todo el “chiste” de la franquicia de “Los indestructibles” estaba en ver a un grupo de viejos héroes de acción en una sola película, sacándole la mugre a cuanto villano se les cruzara en el camino. Sí, Sylvester Stallone y Jason Statham eran los líderes, pero siempre andaban acompañados por importantes figuras del cine comercial de acción como Arnold Schwarzenegger, Dolph Lundgren, Harrison Ford (solo en la tercera), Jet Li o Terry Crews. No era arte, precisamente, pero especialmente en la segunda parte (que encima contaba con apariciones por parte de Jean-Claude Van Damme y Chuck Norris), resultó ser bastante entretenido, remontándonos, aunque sea ligeramente, a las épocas de gloria de estos machos.

Todo eso se ha perdido en “Los indestructibles 4”. Lo que tenemos acá no es más que una triste imitación de lo que vino antes, un filme de supuesta acción que no emociona, no desarrolla suspenso, y que encima carece de un reparto medianamente interesante. Ni Schwarzenegger ni Li ni Van Damme o Norris andan por acá. Ni siquiera Terry Crews. Esta vez, el equipo de Barney Ross (Stallone) y Lee Christmas (Statham) está confirmado por el Gunner de Lundgren (el único que regresa de las anteriores aparte de ellos dos), y nuevas figuras como la Gina de Megan Fox, el Easy Day de 50 Cent, o el Galán de Jacob Scipio (supuestamente el hijo del personaje de Antonio Banderas de la tercera cinta). Es imposible no quedar decepcionado si comparamos a este grupo con los anteriores.

Pero incluso con un reparto como ese, se hubiera podido realizar un filme de acción decente. No obstante, el director Scott Waugh (“Need for Speed”) decide presentar toda la acción de la manera más aburrida y/o confusa posible. ¿Para que incluir a leyendas del cine de artes marciales como Tony Jaa (uno de los únicos puntos de luz en medio de toda esta oscuridad deprimente), si es que vas a dirigir todas sus escenas de pelea con cámaras en mano y ángulos innecesariamente estilizados, y editarlas como si quisieras EVITAR ver el impacto de sus golpes? La única secuencia de pelea medianamente impactante es la que involucra a Christmas y el villano de Ivko Uwais, Rahmat. Pero incluso aquel enfrentamiento palidece en comparación a cualquier otra producción del género que hayan visto este año. Y por supuesto, a cualquier trabajo previo por parte del talentoso Uwais.

Sí, “Los indestructibles 4” cuenta con una trama, pero es de lo más básica y previsible. Normal, la gente no va a ver una película como esta por la narrativa, pero en este caso fastidia más precisamente porque la acción TAMPOCO termina por convencer. En todo caso, deben saber que, luego de una desastrosa misión en Libia, los Indestructibles son enviados por Marsh (Andy García, por alguna razón) a infiltrarse en un barco comandado por Rahmat (Uwais). Este último, un peligroso terrorista que trabaja para un misterioso villano llamado Ocelot, ha conseguido las llaves para armar y utilizar una bomba nuclear, y nuestros héroes deben detenerlo. Eso es todo. Matar al Malo para evitar que desate la Tercera Guerra Mundial. Sencillo. Directo.

Algunos dirían que DEMASIADO sencillo y directo, pero nada más le podemos pedir a una producción como “Los indestructibles 4”.

Porque nuevamente: pocos están interesados en la trama de una cinta como esta. Pero el problema es que ni la acción ni la supuesta química entre los protagonistas logra distraernos de lo tonta que es la historia del filme. Fuera del estilo de dirección que esconde —y hasta malogra— lo atractiva que podría resultar la coreografía de combates, Waugh incluye explosiones por doquier (aparentemente, un barco puede aguantar MUCHÍSIMAS de estas sin hundirse; mira tú), un patético uso de pantallas Chroma (hace tiempo que no veía planos tan sintéticos y desagradables en una película supuestamente de gran presupuesto), y efectos visuales digitales que se hubiesen sentido anticuados hace veinte años. Parece que la producción detrás de “Los indestructibles 4” simplemente no supo cómo manejar sus recursos. Después de todo, resulta increíble que esta película, supuestamente, haya costado veinte millones de dólares MÁS que algo como “Resistencia”.

¿Y qué hay de los personajes? El Barney Ross de Stallone, el líder en las entregas anteriores, es relegado a un rol enano, apareciendo por menos de veinte minutos en toda la película. Esto pone en evidencia que “Los indestructibles 4” comenzó como una suerte de “spin-off” para el Lee Christmas de Jason Statham, quien rápidamente se convierte en el protagonista de esta nueva entrega. Siempre me ha caído bien Statham, pero nuevamente: el “chiste” de estas películas estaba en ver a un grupo legendario de héroes de acción patear traseros; si quisiera ver una película más de Statham… bueno, opciones no me faltarían, la verdad. Y del resto del reparto, solo destacan Uwais y Jaa (por lo desperdiciados que están), García (por lo fuera de lugar que se siente), y Levy Tran (por el carisma que le logra inyectar a un papel que se lo podrían haber dado literalmente a cualquiera).

¿Y qué hay de Megan Fox? La recordada estrella de “Transformers” hace lo que puede con un rol que podría muy bien haber sido escrito por un púber que no sabe nada de mujeres o de sexo. Su rol es supuestamente el de una mujer fuerte, y sin embargo Gina es presentada por primera vez mientras discute con el Christmas de Statham, comportándose como una estereotípica mujer histérica y gritona —es decir, más machista no podía ser la cuestión. Y aunque termina demostrando ser un miembro competente del equipo, el hecho de que aparezca todo el tiempo en ropa pegada, y hasta con un polo innecesariamente revelador hacia el final de la historia, me hace pensar que Waugh y su equipo no tenían en mente el empoderamiento femenino mientras hacían la película, precisamente. Al menos la Lash de Levy Tran no está igual de sexualizada.

En fin, de “Los indestructibles 4” no esperaba mucho, e igual me terminó decepcionando. Lo que debió haber sido una entretenida película de acción tonta (como sus predecesoras, y especialmente la primera secuela), se terminó convirtiendo en una experiencia frustrante, de efectos visuales paupérrimos, diálogo estúpido (y débiles frases lapidarias), y enfrentamientos muy mal dirigidos. Sabes que una película es terrible cuando la mayoría de sus protagonistas están desperdiciados —desde una sexualizada Megan Fox, hasta unos malgastados Tony Jaa e Iko Uwais, y por supuesto, un Sylvester Stallone que ya se parece haber cansado de aparecer en esta producciones. Al menos la canchita del cine estuvo buena —pero la película que estaba viendo mientras la comía, desgraciadamente, me hizo pensar más en mis cuentas personales o hasta en la inmortalidad del cangrejo, que en lo que estaba ocurriendo en pantalla.

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