La noche del demonio: la puerta roja

0

Impresionante que una película como “La noche del demonio: la puerta roja”, siendo la QUINTA entrega de una franquicia de terror, funcione tan bien como lo hace. Lo cual no quiere decir que sea una obra maestra ni mucho menos. Pero considerando que sagas de similar corte se han quedado sin gas durante la tercera o hasta la segunda entrega, el que la quinta película sea así de entretenida, debería ser considerado como un logro. Se puede deber, pues, al trabajo de director debutante del también protagonista Patrick Wilson, o a que las entregas tres y cuatro fueron precuelas, contando historias muy distintas a las de esta película y las primeras dos. Sea como fuere, y sin ser nada del otro mundo, “La noche del demonio: la puerta roja” está bastante bien.

Wilson está de vuelta como Josh Lambert quien, junto a sus hijos, Dalton (Ty Simpkins) y Foster (Andrew Astor), ha olvidado todo lo que pasó durante la primera película de la saga. Esto se debe a que su esposa, Renai (Rose Byrne) los acompañó a ser hipnotizados, conscientes de que era mejor que se olviden de los eventos traumáticos de cuando Dalton tuvo diez años. De como tuvieron que adentrarse en el Mas Allá para enfrentarse a un demonio igualito a Darth Maul, y de cómo Josh fue poseído por dicho espíritu, estando a punto de matar a su propia familia. Mejor olvidar ese tipo de traumas.

O quizás no. Porque años después, tanto Josh como Dalton están comenzando a tener visiones relacionadas a su pasado, imaginándose cosas, y viendo imágenes terroríficas a plena luz del día. El hecho de que ahora que se hayan tenido que separar —Dalton está comenzado la universidad—, y que la madre de Josh haya muerto ciertamente no ayuda. Pero todo empeora cuando Dalton, como parte de sus clases de arte, comienza a dibujar la puerta roja del título, y eventualmente, a realizar viajes astrales al Más Allá —lo cual asusta a su nueva mejor amiga universitaria, Chris (Sinclair Daniel). Pero Josh no la pasa mejor, intentando averiguar qué está pasando con él exactamente. Eventualmente, ambos tendrán que enfrentar a sus traumas del pasado, y deshacerse del demoníaco Darth Maul de una buena vez por todas.

Como ejercicio de terror, “La noche del demonio: la puerta roja” comienza mejor de lo que termina. La mayoría de momentos terroríficos suceden durante la primera mitad de la historia, e incluyen situaciones tan perturbadoras como Josh quedándose atrapado en una máquina de resonancia magnética, o el primer viaje astral de Dalton. Wilson, debutando como director, logra desarrollar un buen nivel de tensión, presentándonos Jump Scares verdaderamente terroríficos, y en general, haciendo que nos relacionemos con los personajes principales, quienes están descubriendo, por segunda vez, que cuentan con poderes sobrenaturales que les permiten viajar al Más Allá. Es todo un poco similar a lo que vimos en la primera cinta, pero todavía funciona.

Lo que no funciona tan bien es el drama entre Josh y Dalton. El primero se comporta, al menos al inicio, como el Peor Padre del Mundo, y el segundo como un Adolescente Sufrido, poco interesado en hablar con los demás, y ensimismado en su arte. Felizmente, mientras la película va avanzando, Wilson y su equipo le dan más para hacer a Ty Simpkins, quien logra inyectarle algo de energía a un personaje que muy bien se hubiera podido transformar en alguien insufrible. Por su parte, Wilson está correcto como Josh —un protagonista algo simplón, pero que eventualmente logra hacer lo correcto. Rose Byrne tiene poco que hacer, me temo, pero quien realmente resalta es Sinclair Daniel como Chris. La chica comienza como un arquetípico personaje cómico de película de terror, pero poco a poco la va convirtiendo en alguien simpático y real, como una suerte de representación del público —inicialmente escéptico— en la historia.

No obstante, y como se mencionó líneas arriba, la película se va desinflando durante la segunda mitad, abandonado la tensión por escenas de exposición alargada, y abusando de las recreaciones de momentos de la primera película, mezcladas con planos originales de dicha producción (en donde se nota a leguas lo mucho que Simpkins ha crecido en todo este tiempo, y lo poco que han cambiado los inmortales de Wilson y Byrne). El final, aunque satisfactorio, no es particularmente tenso, y se hubiese visto beneficiado de más suspenso —mantener a Darth Maul (sí, sí, sé que no se llama así) más en las sombras y mostrarlo menos hubiese ayudado, creo yo. Eso sí, no se puede negar que “La noche del demonio: la puerta roja” cierra el círculo de la franquicia, por fin otorgándole un desenlace feliz a estos personajes. Si la saga continua, dudo que vaya a hacerlo con Josh y su familia.

Es así, pues, que “La noche del demonio: la puerta roja” termina convirtiéndose en una correcta experiencia de terror. No es ni más ni menos terrorífica que cualquier de sus predecesoras, y palidece frente a los mejores exponentes del género. No obstante, disfruté de las actuaciones, de los Jump Scares, y de ciertas situaciones francamente angustiantes (la mayoría presentadas durante la primera mitad de la película). Los espectadores en la sala de cine a la que fui parecían estar disfrutando del filme (excepto por la chica que se pasó la función entera viendo TikToks en su celular… ugh), y conociendo al público peruano en general, no dudo de que le vaya a ir bien a “La noche del demonio: la puerta roja” en nuestros cines. El terror aquí siempre vende, y más cuando se trata de una experiencia disfrutable como esta. Solo espero que con esta cinta ya vayan a cerrar la franquicia —no se me ocurre un mejor final para estos personajes (incluyendo al maldito de Darth Maul).

Avance oficial:

60%
Puntuación
  • Mi calificación

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.