Jurassic World: no es lo mismo sin Spielberg
Jurassic Park es una de mis películas favoritas. No es solo una excelente película de aventuras, si no también una de las producciones más influyentes en el cine de Hollywood. El blockbuster de Spielberg probó que los efectos especiales digitales eran viables, y por lo tanto le abrió el camino a cintas posteriores como Titanic e incluso las precuelas de la saga de Star Wars.
Quizás es precisamente debido a la excelencia de esta cinta que sus primeras dos secuelas no me terminaron de convencer. Bueno, siendo justos, El Mundo Perdido, al ser también un filme de Spielberg, conserva algo del encanto de su predecesor, pero a la vez nos presenta con situaciones tan inverosímiles (nunca olvidaré la patada de gimnasia de la hija de Ian Malcolm) que por momentos es muy difícil tomársela en serio. Y ni hablar de Jurassic Park III, (dirigida por Joe Johnston) la cual terminó siendo tan tonta y derivativa que mucha gente creía que había acabado con la franquicia para siempre.
Pero evidentemente ese no es el caso. Han pasado doce años desde la tercera entrega, y las expectativas hacia la película número cuatro no han disminuido. Esta vez, el director es Colin Trevorrow (Safety Not Guaranteed) y al igual que con la película anterior, Spielberg es solo el productor. Ninguno de los personajes de los filmes anteriores han regresado (bueno, al menos ninguno de los protagonistas) pero la película sirve más como una secuela directa de la primera, dejando de lado (sin ignorarlas por completo) a El Mundo Perdido y Jurassic Park III. La idea era que World fuese más como un homenaje/secuela de la primera Jurassic Park, y en ese sentido… no cumple su cometido al 100%.
Los protagonistas de la cinta son Owen (Chris Pratt) y Claire (Bryce Dallas Howard.) Él es un entrenador de Velociraptores (gran trabajo) y ella es la administradora de Jurassic World. Construido en la Isla Sorna, es el sueño de John Hammond hecho realidad: un parque completamente funcional, lleno de dinosaurios, tanto carnívoros como herbívoros, con los que la gente puede interactuar. Es más, el parque ha estado abierto ya por algunos años, por lo que su popularidad está comenzando a disminuir.
Es por ello que el dueño del lugar, Simon Masrani (Irrfan Khan, a quien hemos visto en Una aventura extraordinaria y El Sorprendente Hombre Araña), un hombre suelto y carismático, decide crear una nueva atracción que hará que toda la gente quiera regresar al parque: un nuevo dinosaurio llamado Indominous Rex, más grande y más feroz que cualquier otro carnívoro. Predeciblemente, dicha criatura se escapa de su gran jaula, causando terror a lo largo y ancho del parque, por lo que será tarea de Owen y de Claire el ponerle un pare al monstruo antes de que mate a más gente. El problema es que los sobrinos de Claire, Gray (Ty Simpkins) y Zach (Nick Robinson) están de visita, por lo que tendrán que encontrarlos antes de que el I-Rex los convierta en su almuerzo.
La trama de la película es predecible, pero dudo que mucha gente vaya a ver esta clase de filme por la historia. De hecho, el problema de Jurassic World no es que sea poco sorprendente, es que la historia no está particularmente bien desarrollada. Trata de seguir los mismos ritmos que la primera entrega, por así decirlo, pero lo hace con menos gracia y menos encanto, y contiene casi tantos momentos tontos como las dos primeras secuelas. El diálogo no es particularmente bueno, y me alarmó el hecho de que haya tanto subtexto machista en la interacción entre Claire y Owen. Entiendo que el sea un marine, y que por lo tanto no sea particularmente progresista, pero la manera en que trataba a Claire, y las apagadas reacciones de ella, y en general la manera en que su personaje fue tratado… todo me puso un poco incómodo.
Y esto me lleva a la cuestión del casting. En teoría, tener a Chris Pratt en tu blockbuster millonario es una excelente idea. Después de todo, el tipo es extremadamente carismático, e hizo un excelente trabajo en Guardianes de la Galaxia el año pasado. Pero si vas a contratar a Pratt, tienes que darle un personaje con el cual uno se pueda relacionar, alguien con encanto, alguien heróico pero que no se tome demasiado en serio. Su Owen, en cambio, carece de personalidad, y de hecho no me cayó muy bien debido a la manera en que trataba a Claire. Hay que ser un director bastante fuera de tono para ser capaz de extraerle su carisma a Chris Pratt.
Bryce Dallas Howard, por otro lado, no ha logrado convencerme con ninguna de sus previas actuaciones, y su interpretación en Jurassic World no hace nada para romper la mala racha. Su personaje es el estereotipo que uno encontraría en incontables comedias románticas (aunque no lo crean): la chica obsesionada con su trabajo que no le gustan los niños y no piensa en su familia, tanto así que no sabe la edad de sus sobrinos y se olvida que están visitando el parque durante una crisis. Es un personaje plano y por momentos desesperante, y lamentablemente Howard hace muy poco para humanizarlo. Su arco, el pasar de ser una mujer fría a alguien que se preocupa por los niños, pudo haber funcionado con algo más de esfuerzo, pero lamentablemente ese no es el caso. Y por otra parte… ¿era realmente necesario forzar un romance entre ella y Owen? Casi no lo desarrollan y se siente totalmente superfluo e inverosímil.
El resto de actuaciones son un poco mejores. Los dos niños son decentes; no me hicieron olvidar a Tim y Alex de la primera película, pero al menos no fueron terribles. Como el villano principal, Vincent D’Onofrio parece estar divirtiéndose (aunque hace un trabajo infinitamente superior en Daredevil), y el Simon de Irrfan Khan es exagerado y caricaturezco. Judy Greer y Omar Sy están desperdiciados en papeles pequeños, y Jake Johnson (Nick en la serie de TV New Girl) resalta en un papel cómico. Lamentablemente, al igual que en el caso de de Owen y Claire, la mayoría de estos personajes son estereotipos, y sus respectivos actores no tienen el suficiente material como para trascenderlos.
Pero creo que el mayor problema de la película, más allá de los diálogos tontos, más allá de los estereotipos y el subtexto machista y la historia poco desarrollada, es que parece tratar de imitar el tono, el feeling de la primera entrega… y falla en el intento. Lo hermoso de la primera Jurassic Park es que hace que uno se sienta como un niño, maravillado por la existencia de los dinosaurios y la magnificencia de estas criaturas, mezclando escenas enternecedoras con secuencias de terror y tensión. Jurassic World trata de hacer algo parecido, y aunque de hecho tiene una escena verdaderamente conmovedora (involucra a un dinosaurio herbívoro, y me hizo recordar al Tricératops de la primera película), jamás logra alcanzar los mejores momentos de Jurassic Park. Muy pocas veces me sentí maravillado por el nuevo parque (la única escena que me dejó con la boca abierta fue la del acuario gigante); jamás sentí cómo la piel se me ponía de gallina, jamás me sorprendí con la elegancia y belleza de los dinosaurios. La cinta avanza muy rápido, y no se toma su tiempo para admirar y causar una reacción visceral en su público.
Pero no todo es negativo. Las escenas de acción (a excepción del exageradísimo y ridículo clímax) están muy bien logradas. Hay un par de secuencias que me tuvieron extremadamente tenso, con un nudo en la garganta y mi corazón latiendo rapidísimo, gracias a la presencia del impresionante I-Rex, el cual parecía ser imparable. La escena de Owen manejando su motocicleta en la selva acompañado de los Velociráptors es un poco ridícula, pero funciona en el contexto de la cinta, y los efectos especiales son mejores que los de las películas anteriores. La película se ve muy bien, y logra hacernos creer que un lugar como Jurassic World podría, efectivamente, existir en la vida real.
Adicionalmente, me gustó el que la película se burle, hasta cierto punto, de nuestra cultura contemporánea obsesionada con secuelas más grandes que sus predecesoras. Después de todo, el dueño de Jurassic World se ve obligado a crear en un laboratorio a un dinosaurio más feroz y temible para poder satisfacer el deseo del público por atracciones cada vez más sorprendentes. Es un poco irónico, considerando que la cinta no me terminó de convencer precisamente porque la sentí como una versión más exagerada de la primera película, pero aprecio el intento.
Sin embargo, algo que también me decepcionó fue el soundtrack de Michael Giacchino. La música de la película no es mala… simplemente está, por momentos, mal implementada. Hay escenas de acción y tensión que están acompañadas por música demasiado ligera, por ejemplo, y también hay cambios de tono en la música que me resultaron muy repentinos. Además, usan el famoso tema principal compuesto por John Williams con muy poca frecuencia, habiendo varios momentos en donde hubiese calzado perfectamente. Giacchino es un buen compositor, pero definitivamente no puede igualar al genial Williams.
Fui muy emocionado a ver Jurassic World en el cine, y lamentablemente salí de la sala bastante desilusionado. La acción está bien lograda y los dinosaurios se ven increíbles (especialmente el I-Rex, cuyo diseño es escalofriante), pero lamentablemente el guión deja mucho qué desear. Los personajes son todos estereotipos poco desarrollados, la historia se siente como una regurgitación exagerada de la primera película, los diálogos son poco memorables, las actuaciones principales son decepcionantes y, en general, la cinta carece de la magia de la primera entrega, cosa que ahora estoy seguro solo Spielberg sería capaz de replicar. Como película de monstruos serie-B no está del todo mal, pero se supone que esto es Jurassic Park, y por lo tanto no puedo evitar ser más exigente con ella.
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