Héroe (2022)

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“Héroe” es una película que estoy seguro vi en el cine en su momento, pero de la que tengo más recuerdos viéndola en casa, probablemente en un DVD pirata. Se trata de un filme que salió en una época en la que el wuxia, aquel hipnotizante subgénero del cine de artes marciales chino, ganó cierta popularidad en el resto del mundo, tanto así que “Héroe” fue nominada al Óscar a Mejor Película Internacional. Pero fuera de eso, y habiéndola visto ahora más de veinte años después de su estreno original, es una experiencia fantástica; una historia épica, emocionante, violenta y trágica, que además se ve beneficiada por una estructura que incluye diferentes puntos de vista de un mismo suceso, al más puro estilo de “Rashomon”.

“Héroe” se lleva a cabo unos doscientos años antes de Cristo, en una época en la que China estaba dividida en siete estados distintos. Nuestro protagonista, un guerrero Sin Nombre (Jet Li) va a visitar al rey del estado de Qin (Daoming Chen), jactándose de haber vencido a los tres asesinos que le han estado haciendo la vida imposible al monarca. Es así que Sin Nombre le va contando al Rey la historia de cómo venció a aquellos guerreros: Cielo (Donnie Yen), Espada Rota (Tony Leung Chiu-wai), y Nieve (Maggie Cheung). Pero mientras la película va avanzando, tanto el espectador como el mismísimo monarca se van dando cuenta de que Sin Nombre ha llegado al palacio con intenciones ocultas.

Puede que “Héroe” haya salido hace ya más de dos décadas, pero igual prefiero no incluir spoilers en este texto. Es el tipo de película, pues, que se ve beneficiada por un visionado “virgen”, como para que el espectador disfrute y analice todas las sorpresas con las que cuenta. En todo caso, solo vale la pena mencionar que “Héroe” nos dice mucho sobre el valor de la unidad; sobre cómo la venganza puede nublar la visión de alguien, y de cómo el bien común debe terminar siendo más importante que las motivaciones personales y emocionales. En ese sentido, “Héroe” es una película sobre el deber, y sobre como una conversación (o varias) pueden cambiar la perspectiva que uno tiene sobre una situación.

Como se había mencionado ya, lo que “Héroe” hace muy bien, además, es presentarnos la historia que Sin Nombre le cuenta al Rey a través de diferentes flashbacks, los cuales nos ofrecen distintos puntos de vista sobre lo que pasó. Algunos son acertados, mientras que otros son claramente falsos; mientras la historia avanza, uno va descubriendo lo que de verdad pasó, lo cual, felizmente, no llega a invalidar del todo lo que se presentó antes. Adicionalmente, es a través de estas revelaciones que Sin Nombre va considerando cosas que antes no había tomado en cuenta, dándose cuenta de lo que el Rey verdaderamente quiere hacer con los siete estados de China. Él lo veía como un tirano, como un monstruo, pero a través de su conversación, se va haciendo más humano frente a sus ojos.

Es una propuesta intrigante la de “Héroe”, pues, y resulta en una experiencia que lejos de ser confusa o frustrante, termina siendo innegablemente hipnotizante. No es necesario saber de la historia de China para entender la narrativa; el filme contextualiza la historia de forma eficiente y rápida, dejando en claro qué es lo que quiere cada personaje, considerando la época en la que están viviendo. Y aunque Sin Nombre se termina sintiendo más como un lienzo en blanco que como un verdadero ser humano tridimensional, creo que ese es el punto. Sabemos que llega al palacio con sed de venganza, y poco a pocos nos enteramos de donde proviene. Pero fuera de eso, el personaje de Jet Li sirve más como un representante del público en la historia; como alguien que va cambiando de opinión mientras el espectador hace lo mismo.

Ahora bien, siendo “Héroe” una cinta perteneciente al subgénero wuxia, incluye varias secuencias espectaculares de artes marciales. Y sí, fuera de las interacciones entre Sin Héroe y el Rey, es de lo más memorable que tiene la película. Desde la primera pelea entre Sin Nombre y Cielo, hasta un enfrentamiento entre Nieve y la joven aprendiz de Espada Rota, Luna (Zhang Ziyi), en medio de un bosque repleto de hojas de otoño, todo lo que la cinta nos ofrece es visualmente espectacular y está increíblemente coreografiado. Los guerreros de “Héroe” son presentados como seres extraordinarios, capaces de flotar en el aire, rebotar flechas lanzadas por ejércitos enteros, y tener combates en lo más profundo de sus mentes.

Consideren, si no, una de las secuencias más interesantes de la película: una pelea entre Sin Nombre y Espada Rota, que se lleva a cabo en un lago de agua cristalina sobre el que flotan. El director Zhang Yimou se demoró casi tres semanas en grabarla, yendo con su equipo y actores a la locación por tan solo dos horas cada día, asegurándose de que el agua estuviese completamente quieta para que parezca un espejo. El resultado es una escena verdaderamente hermosa, llena de planos que parecen pinturas en movimiento, y que combinan la belleza de los colores otoñales, el agua del lago y los movimientos de los personajes, con la importancia del encuentro a nivel narrativo.

El gran Jet Li interpreta a Sin Nombre como un protagonista arquetípico: decidido, poderosísimo e inmutable. Se ve increíble en las escenas de pelea, utilizando sus armas con una rapidez inhumana, pero destaca también en la larga conversación que tiene con el Rey, mirándolo fijamente y con seriedad. Por su parte, Donnie Yen logra resaltar a pesar de tener un rol relativamente limitado, dando todo de sí en la pelea que tiene con el personaje de Li (la cual se lleva enteramente en sus mentes). Maggie Cheung está espectacular como siempre; su Nieve es una guerrera que poco a poco va demostrando tener más corazón de lo que uno se hubiese imaginado. Y Tony Leung Chiu-wai interpreta a Espada Rota como una figura trágica; como alguien que está dispuesto a sacrificarlo todo (hasta a sí mismo) por sus ideales, pero que igual se ve involucrado en una situación difícil junto a Nieve y Sin Nombre.

“Héroe” es el tipo de película que debería resultar entretenida tanto para los fanáticos del wuxia o de los filmes históricos, como para quienes recién se estén iniciando en este tipo de cine. La dirección de fotografía del australiano Christopher Doyle es espectacular, resaltando los colores fuertes del vestuario y las locaciones: los rojos de los trajes, los naranjas de las hojas del bosque, los azules de una habitación circular. Los efectos visuales son pocos pero lucen convincentes, y las escenas de pelea son emocionantes y visualmente atractivas, haciendo uso de coreografías complejas, rápidas y ligeramente flotantes. Pero fuera de eso, “Héroe” nos dice mucho sobre la importancia de la colaboración y la unificación, dejando en claro que su protagonista termina convirtiéndose en el Héroe del título tanto por lo que hace, como por lo que no hace. “Héroe” es una historia potente que ha logrado (y seguirá logrando) aguantar el paso del tiempo.

100%
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