Halloween (2018)

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Después de varias secuelas, muchas de las cuales terminaron siendo ridículamente decepcionantes (estoy seguro que no soy el único que quiere olvidar la imagen del rapero Busta Rhymes tratando de pelear con Michael Myers), por fin tenemos una película de “Halloween” que merece ser mencionada en la misma oración que la entrega original de 1978. “Halloween” (2018), de David Gordon Green, es una excelente cinta de terror y suspenso, en la que los personajes originales son tratados con respeto, y se favorece la tensión por sobre las tripas y la sangre. Tuvimos que esperar cuarenta años, pero Michael Myers y Laurie Strode están de vuelta, y mejor que nunca.

Lo interesante de esta nueva “Halloween” es que se trata de una secuela directa de la primera cinta, ignorando campalmente a todas las otras secuelas (felizmente). Esto le otorga mucha libertad a Gordon Green y sus dos coescritores para desarrollar algo original, sin verse limitados por toda la historia de trasfondo —innecesariamente enredada— que se vio en filmes previos. Esto quiere decir, por ejemplo, que Laurie sigue viva —obviamente— pero también que ya no es la hermana de Michael (mejor). El filme se siente como una extensión natural de sus predecesora, similar en algunos aspectos, pero lo suficientemente arriesgada como para atreverse a hacer algunas cosas nuevas.

“Halloween” se desarrolla cuarenta años después de los eventos de la primera película. Michael Myers está encerrado en una institución mental, el Dr. Loomis (Donald Pleasance) está muerto, y Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), luego de dos matrimonios fallidos y de haberse peleado con su única hija, Karen (Judy Greer), vive aislada en una casa cerca a un bosque, totalmente preparada para el retorno de Michael. Sí, esta Laurie no es una víctima más —sabe pelear, sabe disparar, y está lista para enfrentarse a “La Figura” que la dejó con estrés postraumático de por vida.

Y Michael regresa, efectivamente. Sus médicos deciden transferirlo a una nueva prisión, lo cual, previsiblemente, no resulta en nada bueno. Michael se escapa del bus en donde lo estaban llevando, recupera su máscara, encuentra un cuchillo, y comienza a matar a medio mundo en el pueblo de Haddonfield, Illinois, obsesionado con encontrar a Laurie, pero también a su descendencia. Esto incluye, aparte de su hija, a su nieta Allyson (Andi Matichak), quien todavía quiere entablar algún tipo de relación con su abuela. Pero como ya hemos establecido, esta vez Laurie está lista, y no descansará hasta matar, de una vez por todas, al asesino demente que arruinó su vida.

El error fatal de las secuelas anteriores de “Halloween” es que se fueron convirtiendo en experiencias cada vez más ridículas, en donde Michael era una máquina imparable de matar, aparentemente inmortal, y las escenas de violencia eran gratuitamente sangrientas. Las muertes eran más inverosímiles, y los sustos eran menos frecuentes. Felizmente, para esta nueva cinta, Michael ha regresado a ser una figura realmente intimidante; se trata de un personaje siniestro que es tratado como lo que verdaderamente: un ser humano totalmente desquiciado, y capaz de asesinar de las formas más brutales posibles.

No se trata, pues, de un personaje de caricatura o de parodia, si no más bien de un antagonista verdaderamente escalofriante. Consideren, si no, las escenas que remedan, un poco, a la cinta original —como cuando Allyson y sus amigos caminan por la calle—, o el momento en el que llega a Haddonfield, y se nos muestra, a través de un magistral plano secuencia, como consigue un nuevo cuchillo para comenzar a matar durante la Noche de Brujas. “Halloween” está filmada de tal manera en que la tensión va acumulándose de a poquitos, haciendo que el espectador se ponga cada vez más nervioso, ansioso por saber exactamente qué hora Michael a continuación y cómo. Gordon Green imita, hasta cierto punto, el estilo de John Carpenter, modernizándolo para que no se sienta como una burda copia.

Ahora bien, el hecho de que “Halloween” no dependa de la tripas no quiere decir que no se trate de una película sangrienta. Todo lo contrario. Pero como los asesinatos explícitos son relativamente infrecuentes, terminan por chocar más al espectador, lo cual funciona mucho mejor que tener escenas de violencia brutal todo el tiempo —consideren, si no, cierto pisotazo que le da Michael a un personaje, o su primer asesinato dentro de una casa en plena Noche de Brujas. “Halloween” me hizo recordar a la primera película, sí, pero también se siente como un producto del siglo 21; por algo el número de muertes es más del doble que el de la cinta original. La película demora un poco en arrancar, pero cuando lo hace, no suelta al público ni por un minuto.

Jamie Lee Curtis está muy bien como Laurie. Su caracterización tiene algunos elementos de lo que pudimos ver en “Halloween: H20”, por ejemplo, pero acá termina siendo un personaje mucho más interesante: ha manejado su trauma no con depresión ni con miedo, si no más bien con empoderamiento, asegurándose que tanto ella como su familia estén preparadas para el regreso de Michael. No, no crió de la mejor manera a su hija Karen, necesariamente, pero uno tampoco llega a sentir que se trata de una madre fría ni mucho menos —muy a su estilo, quiere a su hija y a su nieta, y quiere que sobrevivan. Lee Curtis podría haber dado una actuación plana o aburrida, pero se mete de lleno en el personaje.

Al menos al inicio, parecía que Judy Greer estaba interpretando al personaje con el que se ha encasillado en los últimos años —el de la madre de familia que poco o nada tiene que hacer en la película; revisen, si no, filmes como “Jurassic World” o “Ant-man”—, pero felizmente ese no es el caso. De hecho, tiene su momento para brillar hacia el final de la película. Y la novel Andi Matichak hace un muy buen trabajo como Allyson. Esta es una adolescente fuerte e inteligente, que a pesar de no estar tan bien preparada como su madre o abuela para los terribles acontecimientos que se avecinan, termina por demostrar que merece tener el apellido Strode.

“Halloween” demuestra que el subgénero del slasher todavía puede funcionar en el año 2018. A diferencia de otras películas de corte similar, la narrativa no es tratada de manera irónica o con guiños al público; se trata de un filme serio, en donde el antagonista es verdaderamente escalofriante, y la tensión se torna casi inaguantable en varios momentos. Respetuosa hacia la película original de 1978, y especialmente hacia los personajes de Laurie y Michael, “Halloween” es una excelente secuela que estoy seguro la mayoría de fanáticos va a disfrutar. Me encantaría que aquí termine la franquicia, pero habiendo visto lo bien que le está yendo en la taquilla, estoy seguro que tendremos, al menos, una película más. Ojalá no la malogren.

Avance oficial:

80%
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