Una nación dividida. Facciones peleando entre sí. Violencia por todas partes. Un presidente con cero credibilidad. Y un grupo de fotoperiodistas de guerra tratando de hacer su trabajo.
“Guerra Civil” no está muy interesada en los detalles políticos del conflicto que nos presenta. Sabemos que hay dos estados que se han unido en contra del gobierno de turno —y otras facciones que participan, también, de la Guerra Civil que azota el país. Y por supuesto, sabemos de la existencia de un presidente (Nick Offerman, que sin estar interpretando a Donald Trump, al menos parece haberse inspirado en él) que mucho promete y dice, pero que está a punto de desaparecer. ¿Pero izquierdas, derechas, derechos? El director-guionista Alex Garland no nos dice mucho sobre eso.
Lo cual no quiere decir que “Guerra Civil” sea una película apolítica, como mucha gente ha estado diciendo. Simplemente no enfatiza el aspecto político de su historia, más bien realzando la participación de nuestros protagonistas en un conflicto que los ha dejado, en algunos casos, entumecidos, y en otros, adictos a sustancias como el alcohol o las drogas. Tenemos a Lee (Kirsten Dunst), una periodista hastiada, que ha visto de todo en su carrera profesional; a Joel (Wagner Moura), que todavía siente una gran adrenalina cuando sale a trabajar, pero que claramente está peleando contra sus demonios a internos; a Sammy (Stephen McKinley Henderson), un hombre de mucha experiencia, pero que se encuentra ya viejo y cansado; y por supuesto, a “la nueva”, Jessie (Cailee Spaney, de “Priscilla”), quien luce más joven de lo que es, y que quiere convertirse en alguien parecida a sus ídolos del periodismo.
¿Su misión? Llegar hasta Washington DC para realizar la primera entrevista en meses con el presidente, antes que las fuerzas revolucionarias lleguen y acaben con él. Por supuesto, esto termina siendo mucho más difícil de lo anticipado. Se encuentran con amigos y enemigos; tienen que protegerse de francotiradores y ultranacionalistas violentos (como el psicópata interpretado por Jesse Plemons), y por supuesto, tratar de sobrevivir antes de que acabe la guerra; aquella (única) situación que les da vida y propósito.
“Guerra Civil” no dice nada que no hayamos visto antes sobre la guerra. Queda claro, al ver el filme, que Garland cree firmemente que la violencia a esta escala no tiene sentido; que las posturas políticas de los involucrados no significan nada si sus acciones resultan en miles y miles de muertes. Y por supuesto, queda claro que mucho nos está diciendo sobre como la violencia extrema puede entumecer a alguien; puede dejarlo totalmente incapaz de sentir o siquiera recordar como era la “normalidad” previa. Esto se ve con la Lee de Kirsten Dunst, pero poco a poco, se va transmitiendo también a través de los cambios en el personaje de Jessie. En ella vemos una destrucción terrible de la inocencia; vemos cómo sus experiencias con sus nuevos colegas la van convirtiendo en algo menos humano, más frío.
Otra vez: nada de esto es nuevo. Pero es la MANERA en que Garland decide transmitir estos temas lo que convierte a “Guerra Civil” en una experiencia fascinante. Esta situación inventada —una guerra civil entre facciones sobre las cuales sabemos poco o nada, porque nuevamente, ese no es el punto de la narrativa— da pie a momentos de innegable tensión, en los que nos preguntamos: ¿de verdad esto vale la pena? Pero también terminaremos admirando el trabajo de los fotoperiodistas, aquellas personas que se meten de lleno en conflictos como este para registrarlos; en teoría, para que la gente no los olvide y no siga repitiendo los mismos errores.
El problema, por supuesto, es que “Guerra Civil” nos muestra que el ser humano, desgraciadamente, SÍ sigue repitiendo aquellos mismos errores.
Garland dirige “Guerra Civil”, pues, con seguridad y un buen ojo para lo visual, haciendo uso de una cámara dinámica para meternos de lleno en las situaciones de combate, siempre viéndolo todo desde la perspectiva de nuestros amigos periodistas (incluyendo, incluso, varios planos breves en medio de la acción que nos muestran las fotografías que toman). Le gusta utilizar planos de poca profundidad de campo para enfatizar las expresiones y movimientos corporales de sus personajes, y para, en ciertos momentos, aprovechar el “bokeh” que ciertas lociones le dan. Además, y sin abusar del “gore” (es decir, sin ser explotador), muestra la muerte tal y como es; repentina, cruda, y traumática. Consideren, si no, el diseño sonoro, que trata los sonidos de disparos como explosiones que nos dejan sacudidos hasta la médula.
De las actuaciones no tengo quejas. Kirsten Dunst está muy bien como Lee, interpretándola como una mujer de mucha experiencia pero a la que pocas cosas le sorprenden; cansada, y preocupada por que su nueva “aprendiz” pueda terminar exactamente como ella. Por su parte, Wagner Moura es puro carisma como Joel, un hombre incapaz de mostrarse vulnerable, y que trata de compensar sus traumas internos con una personalidad grande. Stephen McKinley Henderson interpreta a Sammy como alguien de mucha experiencia y sabiduría; no tan hastiado como Lee, pero probablemente igual de cansado. Y Cailee Spaeny (quien está demostrando ser una gran actriz) fascina como Jessie, una chica que no parece haber sabido exactamente en qué se estaba metiendo, y que gradualmente se va insensibilizando hacia la violencia.
Puede que “Guerra Civil” termine con una secuencia de acción más apropiada para una película con Gerard Butler o Jason Statham. Y puede que su tratamiento sutil (por momentos, DEMASIADO sutil) del contenido político de su historia termine frustrando a cierta sección del público. Pero no se puede negar que se trata de una experiencia intensa, tensa y bien construida a nivel de personajes, que mucho nos dice sobre los horrores de la guerra, el poco sentido que tiene la violencia a gran escala, y el trabajo (valioso, pero traumático) de los fotoperiodistas de guerra. Destacan Dunst, Spaeny y Moura (y hasta Jesse Plemons, quien protagoniza LA escena más terrorífica de la película), y por supuesto, el excelente manejo del suspenso por parte de Garland. “Guerra Civil” no será para todo el mundo, pero estoy seguro que la mayoría de sus espectadores saldrán de la sala de cine igual de sacudidos que Vuestro Servidor.
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