Gran Turismo

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Una película de acción en vivo basada en los juegos de “Gran Turismo” de PlayStation… ¿Qué podría salir mal? Ah, ¿pero qué pasa si contratas al cineasta sudafricano Neil Blomkamp, director de la excelente “Distrito 9”? ¿Y qué pasa si en vez de inventar cualquier pobre excusa de trama, basas la película en la historia real de un gamer que se convirtió en un piloto de carros de carreras? Pues el resultado es ESTA versión de “Gran Turismo”, una película de fórmula, pero que funciona gracias al entusiasmo de sus protagonistas, y a la energía que logra inyectarle Blomkamp. Sí, por momentos se siente más como un comercial de PlayStation que como un largometraje, pero al final del día, “Gran Turismo” termina convenciendo gracias al gran corazón con el que cuenta, y a lo mucho que se toma en serio a sí misma.

Archie Madekwe (“Midsommar”) interpreta a Jann Mardenborough, un veinteañero de Gales que vive todavía con sus padres (el siempre infravalorado Djimon Hounsou, y Geri Horner, más conocida como… ¿Ginger Spice? ¿HUH?), y que sueña con convertirse en un corredor de Fórmula Uno. Por el momento, sin embargo, se dedica a trabajar en una tienda de ropa y, más importante, a jugar Gran Turismo, lo que es para él el mejor simulador de carreras que existe. Su familia, sin embargo, está muy preocupada por él —especialmente al compararlo con su hermano Coby (Daniel Puig), quien sí parece tener un futuro como futbolista profesional.

Las cosas cambian para bien, sin embargo, cuando Jann es elegido por el ejecutivo de marketing de Nissan Danny Moore (Orlando Bloom) para participar de un peculiar concurso. Ha elegido a los mejores jugadores de Gran Turismo para entrenar con el ex corredor Jack Salter (David Harbour), y así convertirlos en pilotos REALES. Pero aquella idea terminará siendo más retadora de lo que cualquiera podría esperar —especialmente para Jann, quien cuenta con varios conflictos internos, y que eventualmente se ve involucrado en varias carreras peligrosas. ¿Podrá nuestro protagonista demostrar que un gamer como él es capaz de manejar autos reales en pistas reales? A que no saben la respuesta (bueno, seguro que sí).

No es necesario ser un Cinéfilo de Verdad (™) para darse cuenta que “Gran Turismo” cumple con todos los clichés del cine inspirador de deportes. Tenemos a un clásico “underdog” que tiene que probarse a sí mismo frente a su familia y amigos. Tenemos a un Entrenador Malgeniado que termina desarrollando una conexión fuerte con el protagonista. Tenemos a competidores tramposos; a una chica que se termina enamorando de Jann (la Audrey de Maeve Courtier-Lilley), y hasta un padre al que le cuesta creer en los sueños de su hijo. Es todo muy previsible y de formula, pero a la vez, está expertamente manejado por Blomkamp, quien parece saber exactamente cuál es el tipo de película que está dirigiendo.

Lo cual está muy bien, porque al menos al inicio, “Gran Turismo” me dio un poco de miedo. El filme comienza con un breve comercial de Gran Turismo el videojuego, y por un momento, parecía estar desarrollándose más como un pedazo de publicidad para PlayStation y Sony, que como una cinta de verdad. Pero poco a poco, la película se va olvidando de los orígenes de Jann, incluyendo cada vez menos referencias al juego, y más bien concentrándose en su protagonista, y en el drama de la historia. Acá lo importante, como en cualquier buen filme de deportes, está en los conflictos entre nuestro héroe, y los demás… e incluso sí mismo. Jann tiene mucho qué probar, y uno termina sintiendo la presión que él siente; termina alegrándose durante los picos de su travesía, pero también poniéndose nervioso durante los puntos más bajos.

Es decir, Blomkamp y Madekwe logran hacer que el espectador sienta mucha empatía por Jann, un chico de objetivos claros, que siempre supo lo que quería hacer, y que parece ser capaz de hacer lo que sea por demostrar que puede ser el mejor. No es la caracterización más compleja del mundo, pero Madekwe la aprovecha al máximo, convirtiendo a Jann en un protagonista que vale la pena seguir. Por su parte, Orlando Bloom trae algo de energía estilo Nic Cage a la película —con su rico mullet y actuando como si estuviera aspirando coca cada media hora, el recordado Legolas interpreta a Danny como alguien de ideas ambiciosas y poco miedo. Pero quien se roba la película es el Jack Salter de David Harbour —es él quien cuenta con los diálogos y reacciones más divertidas, y quien logra inyectarle mucho corazón a la cuestión, haciendo que uno se encariñe con Jann junto a él.

De la dirección de Blomkamp y la fotografía de Jacques Jouffret no me puedo quejar. Logran capturar la velocidad y el peligro de las carreras de Fórmula Uno con mucha verosimilitud, haciendo que el contraste entre el videojuego y la vida real resulte chocante, como seguramente también lo sería para Jann. De seguro que la producción combinó escenarios y carros reales con imágenes generadas por computadora, pero al menos para vuestro servidor, dichos efectos resultan invisibles. Y lo que más bien sí resalta son las gráficas y sobreimpresiones que Blomkamp incluye para hacer referencia al videojuego —desde textos flotantes que nos indican en qué puesto se encuentra Jann en cada carrera, hasta anuncios y elementos de HUD que nos permiten ver el mundo de la misma manera que Jann lo ve.

“Gran Turismo” no es nada particularmente original —pero a diferencia de algo como “Blue Beetle”, está dirigida con suficiente energía y convicción, y logra desarrollar una reacción emocional suficientemente palpable en el espectador, como para compensar muchas de sus deficiencias. El trabajo de edición y sonido es notable —seguro que si ven la película en IMAX, sentirán los carros pasar a su costado—, y la travesía por la que atraviesa Jann termina sintiéndose sorprendentemente honesta. Evidentemente sabemos que “Gran Turismo” es una cinta hecha con motivaciones cínicamente comerciales —es la cuasi-adaptación de un juego, después de todo—, pero al contratar a Blomkamp y a su talentoso reparto, la gente de Sony al menos se ha asegurado de crear una BUENA película de motivaciones cínicamente comerciales. De hecho, espero que “Gran Turismo” sea lo suficientemente buena como para Blomkamp regresa a las Grandes Ligas —quién sabe, por ahí que (por fin) terminamos viendo su tan sonada  (y tristemente cancelada) película de “Alien”.

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