¡Gojira!
No es ningún secreto que la última vez que Hollywood trató de hacer una película de Godzilla, fue un completo desastre. La película Godzilla de 1998, dirigida por Roland Emmerich (El día después de mañana, 2012) es uno de los peores blockbusters que hay, exagerada, estúpida y nada original. Pero lo peor fue que no se sentía como una verdadera película del Rey de los Monstruos, ya que le cambiaron el diseño a Godzilla a uno mucho menos memorable, tanto así que los fans lo llaman «Zilla» (porque le quitaron el «God» a Godzilla, jeje) o G.I.N.O (Godzilla In Name Only.)
En respuesta al desastre Hollywoodense, Toho siguió haciendo películas de Godzilla como dios manda, aunque ya han pasado varios años desde que salió la última. Dándose cuenta del potencial que tiene el personaje y el legado que conlleva, y aprovechando el 60 aniversario de la franquicia este 2014, Warner Bros., junto con Legendary y el director Gareth Edwards (Monsters), decidieron volver a tratar de hacer una versión americana, una suerte de remake de la película original de 1954, o una historia de origen, si se quiere. Y felizmente está vez sí les salió buena.
Lo más importante de esta nueva entrega es que respeta el legado de Godzilla y todas las películas que ha producido Toho, a diferencia del filme de Emmerich que cambió el diseño de la criatura y tenía poco o nada que ver con los filmes originales japoneses. Hay bastantes referencias al filme de 1954 (la más notoria siendo el nombre de uno de los personajes principales), y a diferencia de GINO, este nuevo Godzilla respeta el diseño del monstruo original; parecido pero, gracias a los presupuestos y la tecnología que maneja Hollywood, mucho más espectacular e intimidante. Los días en que actores tenía que disfrazarse de los monstruos y pelear en medio de una gran maqueta ya pasaron a la historia.
La película comienza en 1999, en donde Joe y Sandra Brody (Bryan Cranston y Juliette Binoche (!) ), una pareja de científicos que trabajan en una planta nuclear en Japón, se ven involucrados en un accidente. El país está siendo azotado por frecuentes temblores, cuyos orígenes son desconocidos, aunque teniendo en cuenta el tipo de película que uno está viendo, no son difíciles de imaginar. En fin, uno de los temblores causa una fuga en la planta, la cual mata a Sandra y deja a Joe sin trabajo. Quince años después, Joe está obsesionado con la causa de la muerte de su esposa, y su hijo Ford (Aaron Taylor-Johnson) es un militar regresando a casa y a donde su hijo (Carson Bolde) y esposa Elle (la siempre excelente Elizabeth Olsen) de la guerra. Pero su descanso no durará mucho, ya que Ford se verá involucrado en una situación similar a la de su padre en el mismo lugar en el mundo, cuando un par de criaturas gigantes similares a insectos comienzan a causar muerte y destrucción por todas partes. Y a pesar de los mejores esfuerzo de nuestros humanos protagonistas, el único que podrá detenerlos es cierto monstruo legendario.
Lo que hace que Godzilla sea algo más que una simple película de monstruos, y definitivamente superior a filmes como Transformers o el esfuerzo anterior de Emmerich, es que se enfoca principalmente en los protagonistas humanos. Y los desarrolla bastante bien. No me tomen a mal, el foco principal es Godzilla, como debe ser, pero lo interesante del filme es que todo el desastre y la destrucción y las peleas entre monstruos están vistos desde la perspectiva de los humanos. Esto hace que todas las confrontaciones monstruosas se sientan más verosímiles y tensas, y se vea muy claramente el contraste entre los monstruos gigantescos y los pequeños humanos. Además, inspirado por el trabajo de Spielberg en Tiburón y Jurassic Park, Edwards va revelando a Godzilla poco a poco, creando tensión y misterio en relación al personaje. Esto hace que su aparación completa sea mucho más majestuosa e impresionante, y que la presencia del legendario monstruo no se sienta gratuita.
El hecho de que Edwards se demore en revelar al monstruo le da tiempo para desarrollar a sus personajes humanos. No son particularmente complejos ni grandiosos, pero sí se sienten reales, lo cual hace que nos preocupemos por ellos cuando se encuentran en medio del campo de batalla entre los monstruos gigantes. Aaron Taylor-Johnson es un poco tieso como Ford, pero no hace un mal trabajo. Elizabeth Olsen, como siempre, es excelente como Elle, a pesar de que su personaje no tiene demasiado qué hacer. Bryan Cranston tiene el personaje más interesante, y lo interpreta con la intensidad necesaria. Juliette Binoche hace bastante con un personaje realmente pequeño, y en actuaciones secundarias, actores como Ken Watanabe (Inception), Sally Hawkins (Blue Jazmine) y David Straithain (Good Night and Good Luck) son realmente sólidos. El que Edwards haya elegido a actores de renombre y mucho talento definitivamente ayuda a darle verosimilitud y seriedad a la película, incluso cuando algunos personajes secundarios no son particularmente complejos.
Y eso es otra cosa que me gustó de la película: está hecha con mucha verosimilutud, con un tono serio y para nada cursi. A diferencia de la película americana anterior, no hay ningún personaje puramente cómico ni situaciones demasiado ridículas. Es cierto, es una película de monstruos, al fin y al cabo, por lo que nunca será demasiado realista ni seria, pero igual me gustó el hecho de que Edwards no se tomó el filme como un chiste. El acercamiento al material es definitivamente interesante: ver a estos monstruos como verdaderas fuerzas de la naturaleza, criaturas gigantes que causan destrucción y muerte por todas partes (la escena del Tsunami es particularmente memorable.) Es un filme de monstruos tratado como cinta de desastres, con un elemento humano bastante palpable y por partes un tono apocalíptico. Y funciona.
Como era de esperarse, los efectos especiales son de primera. El diseño de Godzilla es espectacular (aunque está un poquito gordito) y su rugido, aunque ligeramente modificado, sigue siendo el clásico e icónico. Sus adversarios insectoides son igual de memorables e intimidantes, y las escenas de acción y destrucción me pusieron los pelos de punta. Godzilla es una de esas películas que contiene varias escenas que te dejan con la boca abierta; la que primero se me viene a la mente es la del salto HALO, en donde varios soldados saltan en paracaídas de un helicóptero hacia un San Francisco destruido, en donde Godzilla pelea contra otros monstruos, y solo se va revelando entre el humo y el polvo gracias a la luz de rayos y truenos. Edwards tiene un sentido visual muy interesante que le da un lookbien particular al filme.
En fin, debo decir que la pasé muy bien con Godzilla, a pesar de que nunca fui un gran fan de la franquicia o del personaje. No se trata de una película perfecta; el ritmo es un poco lento a veces, y hasta cierto punto me hubiera gustado que el monstruo del título salga un poquito más, a pesar de que disfruté bastante de las escenas con los humanos. Pero lo mejor de la película es que respeta las cintas originales, y que Edwards y su equipo decidieron hacer algo emocionante y entretenido, pero que también tenga una trama creíble y personajes interesantes. Me alegra el que haya sido un éxito de taquilla, y de hecho estaré esperando con ansias el estreno de la secuela recién anunciada. Si resulta ser igual de buena que este primer filme (o incluso si lo supera), tendremos Godzilla para rato.
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