Junto con la entretenida “Indiana Jones y el Dial del Destino”, “Elementos” fue una de las dos películas de Disney en estrenarse en el Festival de Cannes de este año. No sé si es porque los críticos presentes son más exigentes (tendría sentido), o porque estaban en un humor muy particular, pero la nueva producción de Pixar TAMBIÉN fue mal recibida por los espectadores, siendo considerada como uno de los peores estrenos de la afamada casa productora de animación. Habiendo visto ya “Elementos” en el cine, y comparándola a estrenos nefastos como “Cars 2”, no podría estar más en desacuerdo.
Lo cual no quiere decir que esté a la altura de cintas magníficas como “Toy Story 3”, “Intesa-mente” o “Wall-E”. Pero “Elementos” igual funciona gracias a lo emocionalmente honesta que se siente, entregándonos una historia alegórica protagonizada por personajes memorables, y haciendo uso de un estilo visual verdaderamente impactante. Sí, sufre un poco en comparación a algo como “Spider-man a través del Spider-verso”, pero vale la pena mencionar, también, que aquella comparación es un poco injusta. Las dos películas no podrían ser más diferentes la una de la otra, y ambas funcionan, cada una con sus propias fortalezas y debilidades. Si van a ver “Elementos” con la mente abierta, pues, lo más probable es que la pasen bien (y bien al estilo de Pixar, es posible que terminen derramando más de una lágrima).
“Elementos” se lleva a cabo en un mundo donde todos los elementos principales —el agua, el fuego, el viento y las plantas— han sido antropomorfizados. El filme comienza, entonces, con una pareja de seres de fuego, Bernie (voz de Ronnie del Carmen) y Cinder (Shila Ommi) abandonando su hogar en Tierra del Fuego para mudarse a la Gran Ciudad, donde todos los elementos conviven. Años después, la película se centra en su hija ya grande, Ember (Leah Lewis, “Si supieras”), quien está a punto de heredar la tienda de abarrotes de su padre en el Barrio de Fuego en la ciudad. Ella siente mucha presión de parte de su familia, a pesar de no estar completamente segura de lo que quiere hacer con su vida.
Las cosas cambian, sin embargo, cuando conoce a Wade Ripple (Mamoudou Athie), un inspector de sanidad que, muy a su pesar, termina poniéndole una serie de multas a la tienda de Bernie. No obstante, luego de que Ember le explica lo importante que es el lugar para su familia, ambos comienzan a trabajar juntos para salvar la tienda. Es así que empieza nuestra historia de amor: una relación imposible entre dos elementos que, en teoría, no deberían combinar, pero que poco a poco descubren lo mucho que tienen en común. El problema es que, debido a todo lo que han sufrido y tenido que sacrificar como familia, Ember se muere de miedo de decirle a su padre sobre Wade… y de paso, de confesarle que, de repente, no está del todo interesada en heredar su tienda.
El director Peter Sohn ha declarado ya varias veces que “Elementos” sirve como una suerte de metáfora de su propia vida como inmigrante coreano en los Estados Unidos —de hecho, su familia abrió una tienda de abarrotes en el Bronx durante su infancia, y también experimentó toda suerte de discriminación y comentarios racistas mientras crecía. Es así que los seres de fuego son mostrados como representaciones de los inmigrantes en los Estados Unidos; gente que se siente muy distinta, y que tiene que sortear todo tipo de obstáculos para construir una vida nueva y ser felices. No hace falta decir, entonces, que “Elementos” es una historia muy personal para Sohn, y que tiene muchos temas para transmitir a través de una experiencia principalmente desarrollada para un público infantil.
Y es por todo eso, también, que me atrevería a decir que “Elementos” termina funcionando tan bien. Sí, la construcción de este mundo en particular es, al menos en un inicio, un poco débil —los primeros momentos de la película no son los mejores, y lo dejan a uno con más preguntas que respuestas. Pero poco a poco, “Elementos” va encontrando un mejor ritmo, centrándose en las relaciones entre los personajes —especialmente el romance central— y sus conflictos internos, haciendo un buen uno de la alegoría principal para conectar con el público. Para el final, Vuestro Servidor estaba completamente inmerso en la historia, y hasta soltó un par de lágrimas durante la escena final. Como toda buena película de Pixar, “Elementos” es una experiencia increíblemente emotiva, la cual debería resonar en buena parte del público.
Ayuda, pues, que resulte fácil empatizar con los personajes principales. Ember es desarrollada como una chica que no puede controlar su temperamento; que tiene que aprender a llevarse bien con los demás, y que debe aprender a entender que su ira es una manifestación de sus conflictos internos, y de la culpa que siente por no querer heredar la tienda de su padre. La actuación de voz de Leah Lewis es excelente, resaltando particularmente durante las escenas más emotivas. La joven actriz interpreta a Ember no como una adolescente engreída, si no más bien como una chica complicada, pero que quiere lo mejor para su familia.
Por otro lado, Mamoudou Athie (“Jurassic World: Dominio”) está muy bien, también, como Wade. Dicho personaje es desarrollado como un tipo bonachón; como alguien que viene de un mundo de privilegios, pero que ENTIENDE que viene de un mundo de privilegios, y que, a diferencia de Ember, no tiene miedo de expresar sus sentimientos (un chiste recurrente lo involucra a él y a su familia llorando a cada rato por cualquier cosa; es muy divertido). Athie interpreta a Wade, pues, como alguien entrañable —como un chico completamente enamorado, que simplemente quiere ayudar y entender a Ember, por más de que pertenezcan a mundos y culturas tan distintas. Resulta prácticamente imposible NO enamorarse de esta pareja.
Y como es de esperarse de cualquier producción nueva de Pixar, “Elementos” no decepciona en el apartado técnico. Visualmente, lo que tenemos acá es una cinta verdaderamente impresionante; quizás la lógica de este mundo no es la más sólida, pero al menos se puede decir que la Gran Ciudad luce verdaderamente espectacular, mostrándonos los contrastes entre los diferentes estilos de vida de sus habitantes. Los elementos en sí, además, se lucen gracias a diseños que manejan un excelente balance entre lo antropomorfizado, y lo que se puede reconocer, verdaderamente, como fuego, agua, hierba o viento. Y la banda sonora del gran Thomas Newman (caserito de Pixar) es memorable, utilizando algunos instrumentos que ponen en evidencia la conexión entre el mundo de “Elementos” y las referencias a la infancia del director Peter Sohn.
No termino de entender la recepción mixta hacia “Elementos” —nuevamente, no es necesariamente de lo MEJOR que jamás haya hecho Pixar, pero igual se trata de una película animada extremadamente emotiva y expertamente realizada. Quizás el estándar establecido por el mismo Pixar es demasiado alto —resulta absurdo, pues, esperar que TODOS sus estrenos estén a la altura de algo como “Los Increíbles” o “Buscando a Nemo”. Simplemente espero que “Elementos” logre encontrar a su público, ya que se trata de una historia que vale la pena ser vista, y que se esfuerza por conectar con el espectador, a través de personajes entrañables, mensajes valiosos, y un apartado técnico espectacular. Junto con “Spider-man a través del Spider-verso”, “Elementos” es de las mejores películas familiares que pueden ver ahorita en el cine.
NOTA 1: Vi “Elementos” en la única función en inglés subtitulado que ha llegado a Lima (Cinépolis de Larcomar a las 8:20 pm). Una pena que no se hayan animado a traer más.
NOTA 2: “Elementos” es la primera película de Pixar desde “Increíbles 2” en incluir un cortometraje animado antes de la atracción principal. En este caso, “La cita de Carl”, una suerte de mini-secuela de “Up.”
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