Pues esta vez tendremos un poco de variedad, aunque no me estoy refiriendo exactamente a la calidad. De todas maneras, creo que es bastante obvio cuál de las dos películas disfruté más (y no, no será una de esas veces en las que los “sorprenderé” y diré que me gustó más el filme de serie B que la superproducción de Hollywood.) Empecemos, entonces, con la mejor de las dos películas, El llanero solitario, de Gore Verbinski (director de las tres primeras entregas de Piratas del Caribe.)
En pocas palabras, la película me gustó. Ahora, puede ser que esto se deba a que fui con expectativas realmente bajas – después de todo, la respuesta a la película en los EE.UU ha sido muy baja, tanto por parte de la crítica (tiene un miserable 27% de aprobación en rottentomatoes.com) como por la audiencia general (no ha recaudado ni la mitad de su presupuesto.) No estoy diciendo que se trate de un excelente blockbuster – tiene bastantes fallas, en realidad – pero en general la pasé bastante bien viéndola. De repente se debe a que nunca vi ninguna serial o serie del personaje (o de repente no – mi mamá, quien creció con el Llanero, disfrutó incluso más que yo del filme.)
Para variar (estoy siendo sarcástico, por si no se nota) la película cuenta el origen del Llanero Solitario. El filme se desarrolla en la época de los vaqueros del viejo oeste. Después de una emboscada, John Reid (Armie Hammer, más conocido por su doble aparición en la magistral La red social) es curado por el indio Toro (Johnny Depp), quien cree está destinado a grandes cosas. Es así que Reid monta su caballo blanco, Silver, y busca cobrar venganza de los bandidos que mataron a su hermano, Dan (James Badge Dale.) El jefe de estos se llama Butch Cavendish (un siniestro William Fichtner), pero la realidad es que él es solo parte de una conspiración más grande. Lo que comenzará como una simple venganza hará que Reid se convierta en el verdadero Llanero Solitario, una figura heróica que se interesará más que en sí mismo.
Creo que sería bueno dispensar de lo malo primero. Es cierto, como la mayoría de críticos dicen, que la película tiene problemas de tono. Para los que no sepan, al hablar de “tono” en un contexto cinematográfico, uno se refiere a las sensaciones que un filme puede dar. Hay, por ejemplo, películas más felices y optimistas; filmes infantiles, filmes más dramáticos, y filmes que dan miedo. El problema de El llanero solitario es que no tiene un tono uniforme. Después de todo, Johnny Depp interpreta a Toro de manera un poco payasa a veces, hay chistes a expensas del caballo Silver, y en general la producción se siente ligera. Pero en otros momentos hay escenas de bastante violencia, muertes sangrientas e incluso una escena en donde el villano principal se come el corazón de un muerto. ¿A quién está dirigida la película exactamente?
Adicionalmente, no hay dudas de que la película es demasiado larga. Ahora, yo no tengo nada en contra de que un filme sea largo – la idea es tiene que merecer ser largo, es decir, tener suficiente contenido o historia para justificar una duración de más de 2 horas. Además, también tiene que tener un ritmo que justifique la duración, o sea, no sentirse largo. En el caso de El llanero solitario, no fue algo que me arruinó la película, pero de hecho para la mitad ya me estaba cansando; puedo pensar en varias escenas innecesarias que se pudieron haber removido. Sin embargo, la película agarra un ritmo más ágil cuando entra en el tercer acto, el cual culmina en una memorable escena de acción, la cual involucra trenes, pistolas, saltos, el caballo Silver y un excelente uso del clásico “William Tell Overture”, el famoso tema musical del Llanero Solitario. El resto de escenas de acción no me parecieron muy memorables, pero este clímax sí.
¿Qué más tiene de bueno el filme? Armie Hammer es bastante decente como el Llanero, actuando como el “hombre recto” en contraste con el Toro más loco de Depp. Se desenvuelve bastante bien en las escenas de acción, y como vimos en Red social, tiene habilidades actorales suficientes como para manejar escenas dramáticas, por lo que en las mismas no tiene problemas. Por otro lado, el Toro de Depp es… interesante. Por momentos se siente como un Capitán Jack Sparrow disfrazado de indio, y aunque no llega ser demasiado interesante o profundo como personaje debido a que se siente muy “payaso”, le dan una historia pasada para que no se convierta en un estereotipo. Las actuaciones secundarias son buenas a secas – Tom Wilkinson es sólido como siempre, Helena Bonham-Carter aparece en una producción que no dirige su esposo, para variar, y Ruth Wilson (Rebecca) interpreta a la damisela en peligro y la posible novia del Llanero. El único actor secundario memorable es William Fitchner – su villano es exagerado y siniestro, dándole un poco de color a un reparto que se puede sentir a veces un poco plano.
En fin, El llanero solitario no es una película perfecta para nada, pero en general me divertí con ella. Hay bastante acción (la última secuencia es realmente memorable), los efectos especiales son excelentes, las actuaciones sólidas (con un villano memorable) y la historia, aunque un poco enredada, funciona. Pero lo que me gustó más fue que, a pesar de que puede ser exagerada por momentos, se siente bien a la antigua. De repente es el hecho de que se desarrolla en el viejo oeste, o que no es tan seria y oscura como otros filmes que se han estrenado este año, pero en general se siente como una película divertida, a pesar de tener un tono disperso. De repente estoy siendo demasiado clemente (no sería la primera vez que una película mediocre me gusta), pero no puedo mentir: al igual que con el fracaso anterior del productor Jerry Bruckheimer (El príncipe de Persia), la pasé bien viendo El llanero solitario. Y eso es lo más importante en lo que se refiere a filmes de aventuras.
Y ahora pasemos a algo mucho más… berraco. Aquellos que, como yo, pasan bastante tiempo en la Internet (qué puedo hacer, no lo voy a negar), saben del fenómeno de Sharknado. Se trata de una película de serie B, producida por The Asylum, una compañía que se dedica a sacar películas de género de bajísimo presupuesto y copias baratas de blockbusters más famosos. En su filmografía tenemos títulos como Transmorphers, Jack the Giant Killer, o Clash of the Empires. Como se pueden dar cuenta, no tienen vergüenza alguna a la hora de copiarse de películas mucho más prestigiosas, pero de vez en cuando sacan producciones más originales. Ese es el caso de Sharknado.
Solo con leer el título es fácil darse cuenta por qué se volvió famosa en la Internet: la película trata sobre tornados. Con tiburones en su interior. Los cuales salen volando. Y muerden todo lo que se les cruce en el camino. Claramente presentar una historia realista no es una de las prioridades del equipo detrás de Sharknado, y eso que no les pienso contar mucho sobre las escenas más “locas” para no malograrles la película. Pero precisamente como se trata de algo tan…. exagerado… es un poco difícil calificarla de la misma manera que filmes más serios, por lo que estructuraré este review de distinta forma. Habiendo dicho eso, es hora de hacer unas preguntas:
¿Es chistosa la película?
Con un título como Sharknado (y especialmente considerando que el guionista se llama Thunder Levin) uno esperaría una película graciosa, que no se toma demasiado en serio a sí misma, y que es lo suficientemente cursi como para que uno pueda disfrutar de todas las ridiculeces que presenta. Lamentablemente, ese no es el caso… exactamente. De hecho hay escenas tan ridículas que es imposible pensar que el director o el guionista no las hicieron así a propósito; lo mismo se puede decir del diálogo y de la mayoría de muertes. Pero a la vez hay tanto material plano e incluso serio (sorprendentemente, algunos personajes tienen una historia pasada, como para “desarrollarlos”) que es difícil disfrutar de la película de manera irónica.
Bueno, al menos tenemos a Tara Reid, quien se ve confundida la mayor parte del tiempo. O a John Heard (el papá de Maculay Culkin en Mi pobre angelito) haciendo de viejo verde (aunque no dura mucho, lo cual me pido pena.) Y también una que otra muerte digna de una caricatura de los Looney Tunes. Pero lamentablemente no es suficiente – me dio la impresión que como la producción tenía un presupuesto minúsculo (1 millón de dólares no es nada), no les alcanzó para hacer un filme verdaderamente exagerado y cursi, por lo que tuvieron que rellenarlo de escenas que no requieran efectos especiales. Eso no es lo que uno busca cuando se pone a ver una película con un título como Sharknado.
¿La historia es tan ridícula como suena?
Pues sí. Tenemos tornados y huracanes con tiburones volando. Tenemos efectos especiales terribles dignos de cutscenes de un juego del primer Play Station. Tenemos personajes estereotipados mal actuados (aunque al menos se nota que John Heard sabe que está actuando en una ridiculez.) Por momentos tratan de darle algo de verosimilitud al presentar personajes que simplemente no pueden creer lo que está pasando (porque obviamente algo así es imposible), pero no funciona. Una película de este tipo tiene que aprovechar de su trama ridícula para ser lo más exagerada posible, no poner personajes que reaccionan como alguien lo haría en la vida real. Porque el mundo de Sharknado no se parece a la vida real. En lo absoluto.
¿Es divertida?
Por momentos. Como se deben imaginar, los mejores momentos son lo más exagerados, los que tienen más efectos especiales y los que tienen más tiburones voladores. Ah, y una que otra línea de diálogo también lo es, pero probablemente no debido a las razones que los productores quisieran. Cuando tenemos a los protagonistas escapando de los tiburones, matándolos, y cuándo vemos a personajes poco importantes muriendo de las maneras más tontas posibles, la película es divertidísima (al estilo serie B, por supuesto.) Pero cuando los personajes se ponen a hablar mucho, cuentan sus traumas, o cuando el personaje de Tara Reid se pone irritante por absolutamente ninguna razón (aunque mejora un poco), la película es de lo peor que uno podría imaginarse.
Sin embargo, hay que darle crédito a los productores – el clímax del filme, con dos de los protagonistas volando un helicóptero y tirando bombas a los tornados (porque aparentemente eso los destruye a ellos y también a los tiburones) es lo que uno busca de un filme de este tipo: exagerado, imposible y bastante tonto. Pero al menos divertido. El resto de la película debió ser así también.
¿Vale la pena ver Sharknado entonces? Solo si eres ligeramente masoquista, o si por alguna razón eres fan de las producciones de The Asylum (dudo que alguien así exista, pero cosas más extrañas han sucedido.) Con un título como el que maneja, la película tenía el potencial de ser mucho más exagerada y divertida, aprovechando su calidad de filme de serie B utilizando efectos especiales terribles y actuaciones exageradas. Lo primero lo tiene, pero en pocas cantidades, y lo segundo también, pero lamentablemente también tiene escenas de “drama” y “desarrollo de personajes” (las cuales obviamente no funcionan), lo cual hace que las malas actuaciones dejen de ser divertidas y se conviertan en simplemente… bueno, malas actuaciones (o mal drama.) Para llamarse Sharknado, la película puede ser bastante aburrida por momentos, por lo cual no se la puedo recomendar a todo el mundo. Estoy seguro que existen mejores filmes con conceptos igual (o más) rayados, por lo que valdría la pena ver esos en vez de esta producción.