Y por fin llegó el día. Después de ver, poco a poco, cómo el cásting se armaba, como la película se filmaba, como sacaban tantos avances excelentemente editados… he visto El Hombre de Acero. Una nueva versión de la clásica historia originaria de Superman, dirigida por Zack Snyder (300) y producida por Christopher Nolan (El Caballero de la Noche), se trata de una película más seria, más realista y un poco menos optimista que las versiones anteriores de este súper héroe, especialmente las protagonizadas por Christopher Reeve. Al principio dudaba de esta nueva película – después de todo, al ser producida por Nolan, temía que fueran a darle el «tratamiento Dark Knight«. Es decir, hacerla toda oscura y pesimista y demasiado realista, cosa que no necesariamente iría tan bien con un personaje tan idealista como Superman. Y aunque, de una forma u otra, esto sucedió, no dio malos resultados – al menos no del todo.
Podría decirse que El Hombre de Acero es una suerte de remake de la primera película de Reeve – después de todo, cuenta el origen de Superman, con su nacimiento y todo. Pero prefiero pensar que se trata de una versión alterna o nueva, ya que es suficientemente diferente a la película setentera como para no sentirse como algo redundante o repetitivo. Es más, podría decirse que es más una película de aventuras y ciencia ficción más que un filme de súperhéroes, con elementos de películas de desastre – como El día de la independencia – por montones. Al menos hay suficientes explosiones, destrucción y muertes como para fundamentar esta teoría. Fans de las películas de Roland Emmerich y Michael Bay – e incluso los mismos directores – disfrutarán mucho de este filme. Pero felizmente para nosotros los espectadores, se trata de una película superior a las que usualmente dirigen esas dos personas.
El filme comienza con el nacimiento de Kal-El (Henry Cavill), un Kriptoniano cuyo padre es Jor-El (Russell Crowe) y Lady Lara (Ayelet Zurer.) Lamentablemente el nacimiento sucede en los últimos días de Krypton – su población ha acabado con todos sus recursos naturales, por lo que el núcleo del planeta se ha desestabilizado y está a punto de explotar. Jor-El trata de hacer entrar en razón a los gobernantes del planeta, cuando es interrumpido por el General Zod (Michael Shannon), su líder militar, quien quiere derrocar al consejo y tratar de mejorar las cosas – violentamente, claro está. Trata de encarcelar a Jor-El, pero este escapa para regresar donde su esposa y poner al bebé Kal-El en una cápsula dirigida a la tierra. El bebé escapa, pero Zod mata a Jor-El y es mandado a la Zona Fantasma – un agujero negro – junto con su gente por el consejo. Krypton explota pero todavía hay esperanza…
Años después, en la Tierra, Kal-El, ahora llamado Clark Kent, trata de encontrar su sitio en el mundo. Con sus súperpoderes salva a gente en peligro manteniendo su anonimato, mientras convenientemente nos son presentados algunos flashbacks de su niñez viviendo con sus padres terrícolas adoptivos – el sabio Jonathan Kent (un excelente Kevin Costner) y Martha Kent (Diane Lane.) Pero el gobierno descubre una nave Kriptoniana, lo cual atrae tanto a la intrépida reportera Louis Lane (Amy Adams) como a Clark. Después de conocerse brevemente, Clark obtiene su clásico traje, justo para impedir una invasión inminente – Zod está de vuelta, y para obtener algo que Clark tiene, no le importará destruir a la humanidad entera.
Creo que era necesario explicar la trama en general para poder transmitir una idea bien específica – a pesar de que se trata, en términos generales, de la misma historia que se contó en la primera película protagonizada por Christopher Reeve, son los detalles los cuales la hacen muy diferente. Me gustó, por ejemplo, que se le de más tiempo a los personajes en Kripton, explicando los orígenes de Clark, las motivaciones de Zod, y en general la forma en que Kripton funcionaba. Además, también está el hecho de que cuando Zod eventualmente llega a la Tierra para buscar a Kal-El, la película temporalmente se convierte en un filme de invasión extraterrestre – se presenta de manera verosímil la forma en que un contacto de esta forma sucedería, y cómo la gente reaccionaría.
Y creo que esa es la idea general con la cual Snyder, Nolan y el guionista David S. Goyer trabajaron esta película: verosimilitud. Esto va desde el diseño del traje de Superman (ahora más serio, más parecido a una armadura, y sin calzoncillos rojos), hasta los efectos especiales (casi perfectos) y la manera en que la trama es presentada. El tono del filme es bastante serio – hay pocos chistes, y cuando aparecen, no son muy exagerados. Es más, me atrevería a decir que es muy seria – un poco más de diversión por parte de los guionistas hubiera aligerado al filme lo suficiente como para que no sea demasiado seria. Pero bueno, es un pequeño detalle que no me fastidió demasiado, pero que igual me gustaría que implementaran en la secuela. (La cual de hecho habrá, teniendo en cuenta toda la plata que la película ha recaudado en su primer fin de semana.)
Mencioné al principio que la película no era el típico filme de súper-héroes, y creo que ese era otro objetivo de Snyder. Esto se puede ver, por ejemplo, en la acción. Cuando se anunció por primera vez que Snyder sería el director de El hombre de acero, hubo un par de cosas que supe inmediatamente sucederían: 1. La película sería visualmente impresionante, y 2. La acción sería constante e increíble. Y bueno, ambas cosas se cumplieron. Los efectos especiales son casi perfectos; cuando Superman vuela, casi puedes sentir el viento en tu cara, la velocidad con la que vuela, cómo rompe la barrera del sonido – realmente creerás que un hombre puede volar. Las naves espaciales, las explosiones, las escenas de acción – todo se ve realmente increíble, y jamás te sacan de la ficción de la película. Hay bastante CGI, pero jamás es demasiado obvio.
Y en lo que se refiere a la acción… sí, es constante, y sí, es ridículamente destructiva, pero lo que diferencia a una película como esta de algo como, por ejemplo, Transformers 2 o 3, es que tanto la trama como los personajes están suficientemente desarrollados y bien actuados como para que te importen. Unos cuantos robots feos y Shia LaBeouf actuando como baboso no me importan. Superman, Louis Lane, hasta Christopher Meloni como un valiente coronel me importaron bastante en esta película. Esto hace que las escenas de acción, por más exageradas y parecidas a escenas de Dragon Ball Z que sean, estén llenas de tensión y me mantengan al borde de mi asiento. Esto, combinado con los efectos especiales increíbles, hizo que cada escena de destrucción y violencia me deje con la boca abierta (me encantaron los súper saltos, la súper velocidad, los combates aéreos y los golpes que mandaban al otro volando por miles de metros).
Y otras razones por las cuales la acción no aburre es por que: 1. está bien distribuida a lo largo de la película, y 2. cada escena de acción dura lo justo. No son demasiado largas, pero tampoco son tan breves como para dejarte insatisfecho. Una de las razones por las cuales la gente va a ver una película de este tipo es por la acción, pero si esta es combinada con una historia inteligente y personajes interesantes, tenemos una película mucho más satisfactoria.
En términos de actuación, la mayoría cumplen bien sus roles. Henry Cavill me gustó bastante como Superman – se le ve suficientemente fuerte, puede manejar bien escenas emocionales, y tiene química con Amy Adams. Lamentablemente, creo que el guión no le da suficientes momentos de vulnerabilidad o escenas donde pueda demostrar un rango más amplio de emociones. No estoy diciendo que este Superman carezca de personalidad – de hecho está mucho mejor que el Superman de Superman Regresa -, pero creo que pudo haberse desarrollado mejor. (No más, ya que los flashbacks cumplieron con su cometido.) Algo interesante, y que Cavill supo manejar, son los temas de identidad en relación a Kal-El – quién es de verdad, por qué fue mandado a la Tierra, qué se supone que debería hacer con sus poderes, cómo debe relacionarse con la humanidad. Es una profundización que no esperaba necesariamente que la película hiciera, pero que me gustó.
Como Louis Lane, Amy Adams es… buena, pero no la mejor que haya visto. Lamentablemente no le pudo ganar a Margo Kidder. Ahora, Adams me encanta, pero creo que debió actuar más fiera y dura, y no tan vulnerable. Lawrence Fishburne es muy bueno como Perry White, el jefe de Louis, pero le faltaron escenas. Kevin Costner hace de un excelente Jonathan Kent, sabio pero no caricaturizado, y Diane Lane sobresale como Martha Kent. Michael Shannon, como el general Zod, es suficientemente vil y despiadado, pero lamentablemente actúa bajo la sombra del gran Terrence Stamp, y no logra salirse de ella.
Si hay algo que realmente me encantaba de las dos primeras películas de Superman protagonizadas por Christopher Reeve, era la música. Todo el que me conoce sabe que mi compositor cinematográfico favorito es John Williams. Ha compuesto tantos temas memorables y silbables que se ha convertido en una leyenda viviente – los temas de Star Wars, Indiana Jones, Harry Potter, y por supuesto, el de Superman. Lamentablemente, para esta nueva versión, Williams fue reemplazado por Hans Zimmer, en sí un muy buen compositor, pero quien no fue capaz de crear música suficientemente memorable para esta película. No me tomen a mal, es es una mala composición, pero a excepción del tema principal, el cual se hace evidente al final de la película, no hubo nada que me emocionara demasiado o me ponga los pelos de punta (el estilo visual de Snyder hizo ese trabajo.) Además, creo que una música tan seria y fría hizo que la película no se sintiera tan enfocada en la esperanza como una película de Superman debería ser – si ya de por sí la fotografía y guión y actuaciones son serios, al menos la música debió ser un poco más… bueno, heróica.
En fin, es cierto que, a mi parecer, la película tiene una que otra falla, algunas más notables que otras, pero no puedo decir que no me haya gustado. Es más, a pesar de que algunas cosas pueden mejorarse (y espero que así sea en la secuela), el filme me encantó. El estilo visual de Snyder, junto con su manejo de las escenas de acción, contribuyeron a construir una película muy emocionante y verosímil, la cual me mantuvo al borde de mi asiento de principio a fin. Eso, balanceado con un buen guión y actuaciones notables, hacen que, para mi, sea una de las películas de súper-héroe más notables de los últimos años. De repente tengo una debilidad por el trabajo de Snyder – 300 me encanta, y me parece que Watchmen está tremendamente subvalorada. Sea como sea, a pesar de que el tono serio no siempre le queda y que la música pudo estar mejor, El hombre de acerorealmente me gustó. Estaré esperando la ya-anunciada secuela con muchas ansias.
Nota: hay detalles del final, tanto positivos como negativos, que me gustaría comentar, pero no quiero arruinarles la película a aquellos y aquellas que no la hayan visto todavía, especialmente porque se trató de un estreno mundial. Me esperaré hasta la siguiente entrada para hacerlo.