El Francotirador (American Sniper) es, hasta ahora, de las películas nominadas del Óscar de este año, mi menos favorita. Es más, si dejamos de lado el hecho de que está nominada al galardón más importante de la industria cinematográfica norteamericana, igual no me parece una película particularmente buena. Es cierto, hay varias escenas en donde Clint Eastwood, un cineasta ya experimentado del que no es necesario explicar mucho, maneja muy bien la tensión, al igual que un par de secuencias dramáticas que funcionan muy bien, pero en general el filme se me hizo muy soso y poco analítico, como si Eastwood y su guionista Jason Hall prefiriesen contar su historia y nada en más en vez de ahondar un poco más en los personajes, sus motivaciones, sus traumas y sus experiencias.
Chris Kyle (interpretado aquí por Bradley Cooper) fue un francotirador que sirvió cuatro tours en Irak durante los años 2000, y tuvo más de 160 asesinatos confirmados, un récord que, creo, hasta ahora no ha sido roto. La película está basada en su autobiografía y fue aprobada por su viuda, por lo que uno puede asumir que los aspectos más desagradables o cuestionables de Kyle pueden haber sido omitidos en esta adaptación.
El Francotirador comienza con una escena innegablemente efectiva, en donde Kyle se encuentra en el techo de un edificio viendo una calle abandonada. De pronto, entran en escena una mujer y su hijo, claramente con la intención de volar a pedazos a los solados americanos que se encuentran al otro lado de la calle con una granada. ¿Qué debe hacer Kyle? ¿Matar a civiles, a una mujer y a un menor de edad? Es una de las pocas escenas en donde se puede ver que Eastwood de verdad quiere decirnos algo, donde quiere exponer el tipo de decisiones difíciles que deben tomar estos soldados día tras día, pero lamentablemente, al igual que en el resto de la cinta, no es algo en lo que ahonde mucho. (De hecho, la resolución a esta encrucijada es presentada de manera limpia y rápida más adelante durante el filme.)
Después del pequeño prólogo, vemos pequeñas escenas de la vida de Kyle, primero como niño, luego de adulto, cuando su primera esposa lo engaña con otro tipo, y luego cuando decide volverse un Navy Seal y pasa por un entrenamiento duro y tortuoso. También vemos como conoce a su segunda esposa, la bella Taya (Sienna Miller), como llega a Irak, y como, poco a poco, se va convirtiendo en una leyenda viviente, en un francotirador que salva las vidas de muchos otros soldados y que, aparentemente, es incapaz de fallar un solo disparo. Por otro lado, también vemos como conoce a una suerte de némesis, Mustafa (Sammy Sheik), un personaje del cual yo, honestamente, hubiera prescindido.
Las escenas de guerra están filmadas de manera clara, sin abusar de la cámara en mano y, de cuando en cuando, manejando la tensión de manera efectiva. Lamentablemente, y a pesar de todas las cualidades técnicas que pueda tener la dirección de Eastwood, nunca logré identificarme lo suficiente con Kyle como para que sienta miedo por él durante las escenas de batalla. Si uno no se puede identificar con el protagonista de una película, entonces las escenas de conflicto carecen de suspenso porque a uno no le importa si el personaje vive o muere. Kyle es presentado de manera demasiado perfecta durante las escenas en Irak; es todo un patriota y es un excelente francotirador (de hecho, el mejor), por lo que jamás nos da la impresión que de podría morir en cualquier momento.
Por otro lado, las escenas que comparte con Sienna Miller son más efectivas en el sentido de que Kyle es presentado de manera más realista, como un personaje más creíble y más humano, lleno de fallas. Se da a entender que Kyle sufre de estrés post-traumático debido a sus experiencias en Irak (se asusta cada vez que escucha ruidos fuertes, por ejemplo, por que le recuerda al sonido de balas o explosiones) pero como el resto de temas en la película, Eastwood no profundiza demasiado en esto. Hubiera sido muy interesante si la película hubiera desarrollado mucho más este aspecto de Kyle, la manera en que este tipo de experiencias puede afectar a un hombre y su vida personal, cómo la guerra puede marcar a una persona y cambiar su percepción del mundo. Siendo que Eastwood trata de hacer esto durante los últimos treinta minutos de metraje, pero como se pueden imaginar, es muy poco, muy tarde.
La actuación de Bradley Cooper es muy buena, de eso no hay duda, pero no estoy seguro de que sea de las mejores del año. Como he expresado antes, tengo algunos problema con la manera en que Kyle es presentado en la película, y aunque Cooper trata de hacer lo mejor que puede para darle algo de dimensión al personaje, siento que finalmente no logra volverlo particularmente interesante o profundo. Muchas de sus reacciones son muy vacías o simplistas (lo cual, probablemente, haya sido a propósito, pero igual no funciona) y no tuvo ninguna escena en donde me haya logrado impactar o me haya causado una reacción emocional fuerte. Definitivamente se trata de un papel muy diferente a cualquier cosa que haya hecho antes, pero nada más.
Las actuaciones secundarias son variadas. Como la típica esposa que se queda en casa preocupada por su marido soldado, Sienna Miller tiene un rol ingrato, pero hace lo mejor que puede con lo poco que le da el guión. Luke Grimes hace de uno de los compañeros soldados que tiene Kyle en Irak, y Sammy Sheik interpreta al anteriormente mencionado Mustafa. ¿Realmente era necesario darle un némesis a Kyle, quien 1.) sabemos no existió en la vida real y, 2.) parece salido de El Príncipe de Persia? (Hace parkour y toda la nota.) Realmente no lo creo; le quita verosimilitud a la película, y hace que entre a territorio de blockbuster basado en cómics de cuando en cuando.
Es imposible hablar de El Francotirador sin mencionar al bebé falso, el cual se hizo viral en Internet durante unos días. Si asumimos que hay veinte o veinticinco planos en la película en donde aparece un bebé, estimo que sólo dos o tres usan a un crío de verdad. El resto es protagonizado por un muñeco ridículamente falso, el cual tiene su aparición “estrella” en una escena de casa entre Kyle y su esposa. Sabemos ahora que Eastwood, aparentemente, no tuvo opción alguna mas que usar a un muñeco después de que los dos bebés reales que iban a usar le “cancelaron”, pero es imposible no darse cuenta que la criatura que los actores cargan es falsa. Se ve demasiado ridículo, especialmente en una película de “prestigio” que manejó un presupuesto significativo.
El Francotirador me decepcionó a pesar de que fui a verla con pocas expectativas. Al menos no se trató de una película exageradamente pro-Estados Unidos; glorifica un poco la guerra y la presencia de dicho país en el medio oriente, pero dado a que está protagonizada por un personaje exageradamente patriota y que el foco de la película es él y las batallas que vive en Irak y no tiene una visión más global o política, no fue algo que me fastidió demasiado. Lo que sí me fastidió fue la plana presentación de Kyle, la poca profundidad del guión, y la aparente flojera por parte de Eastwood a la hora de grabar la cinta, lo cual se nota a leguas durante las escenas con el bebé, y durante los últimos cinco o diez minutos de metraje. No les malograré el final; solo diré que la última escena entre Kyle y su familia es exageradamente cursi, falsa y exagerada, algo verdaderamente imperdonable en una película de este calibre. El Francotirador no es mala, necesariamente, pero definitivamente esperaba mucho más de Eastwood, Cooper y el resto de su equipo.
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