Dos Son Familia
Admito que, a pesar de ser una de las comedias mexicanas más exitosas de los últimos años, nunca llegué a ver No Se Aceptan Devoluciones. Y supongo que es por eso que fui a ver Dos Son Familia(Demain Tout Commence), la nueva película francesa protagonizada por Omar Sy (Intocables) en estrenarse en nuestra ciudad, sin saber que se trata de un remake de dicha producción protagonizada por Eugenio Derbez. Es por ello, también, que disfruté bastante de la cinta sin necesidad de compararla con su predecesora, totalmente seguro que de, en todo caso, Derbez jamás me caería tan bien como el carismático Sy.
La premisa es sencilla. Sy interpreta a Samuel, un playboy que se dedica a ir a fiestas y seducir mujeres en Marsella. Un buen día, y luego de una jarana particularmente intensa, recibe la visita de Kristin (Clémence Poésy), quien le asegura tuvo un bebé con él. Engañándolo, lo deja con la niña, y Samuel no encuentra mejor solución que seguir a la chica a Londres. No obstante, una vez en la ciudad, no la encuentra, por lo que decide quedarse ahí, y encontrar trabajo como doble de acción, lo cual le resulta particularmente fácil gracias a que conoce al simpático productor Bernie (Antoine Bertrand) durante su primer día de estadía.
Varios años después, Samuel vive muy feliz con su hija Gloria (Gloria Colston), trabajando junto a Bernie y viviendo en un departamento de ensueño, lleno de juguetes y mucho color y amor. Pero así como años atrás Kristin apareció de la nada, esta vez regresa para encontrar a su hija, y tratar de quitársela a Samuel, a pesar de que nunca fue una madre para ella. Dicha batalla por la custodia de la hija resultará en una serie de revelaciones, de las cuales resalta una particularmente chocante.
Me resulta muy entretenido el que haya visto dos películas de similar corte en el cine, una después de la otra. Pero mientras que Un don excepcional es un filme con una premisa compleja y temas morales fascinantes, un drama muy humano y realista, Dos Son Familia es más una comedia dramática que se lleva a cabo en un mundo de fantasía. Describo a la cinta de dicha manera por que parece estar desarrollándose en un mundo idealizado, donde la maldad (casi) no existe, y donde un doble de acción puede encontrar residencia en Londres de manera casi instantánea, y costear un impresionante departamento con un sueldo que, asumo, no es particularmente elevado.
Pero contrario a lo que uno podría pensar, dicho estilo no le resta nada a la trama de la película. De hecho, le otorga un tono bastante esperanzador y optimista, el cual le permite a uno enamorarse de sus personajes. Omar Sy es tan carismático como siempre, mostrando una innata habilidad para interpretar a personajes principales que, desgraciadamente, Hollywood no ha sabido aprovechar en lo más mínimo (si no, consideren sus lamentables papeles en producciones como la genérica Jurassic World o la entretenida X-Men: Días del Futuro Pasado). A pesar de que Samuel toma algunas decisiones cuestionables, Sy deja en claro que su personaje realmente quiere a su hija y que haría todo lo necesario por hacerla feliz, por más exageradamente engreídor que uno pueda considerarlo —la revelación final que nos hace el guion, además, ayuda a que uno entienda realmente por qué hizo lo que hizo.
Ahora bien, sí lamento el hecho de que la película no haga un mejor trabajo a la hora de caracterizar a Gloria. Sí, es una chica carismática y divertida, pero no tiene una personalidad demasiado definida, cosa con la que sí cuentan tanto Samuel como su ex novia, Kristin. Además, tampoco ayuda el que Gloria se comporte de manera estúpida o exageradamente inocentona por momentos, haciendo que uno cuestione sus habilidades de percepción. El trabajo de Colston no es malo —de hecho, Gloria jamás se convierte en una niña desesperante, ni mucho menos. Es el guion (y la dirección de Hugo Gélin) el que la decepciona.
A diferencia de Un don excepcional, sí considero que Dos Son Familia puede resultar algo manipuladora, especialmente en lo que se refiere a sus narraciones en off, o a las reacciones de algunos personajes. Sin embargo, también soy el primero en admitir que los personajes resultan tan simpáticos —el Bernie de Antoine Bertrand, aunque algo estereotípico en un inicio, termina siendo muy gracioso y tierno—, que uno no puede evitar relacionarse con ellos, y sí, derramar un par de lágrimas en los momentos más emotivos. Dos Son Familia es una película familiar, por lo que la trama nunca inserta giros narrativos demasiado oscuros o explícitos, pero a la vez maneja un nivel de drama suficientemente competente como para que resulta emocionalmente estimulante.
No puedo comparar a Dos Son Familia con No Se Aceptan Devoluciones —solo puedo decir que Omar Sy me parece un actor infinitamente más talentoso —y menos irritante— que Eugenio Dérbez, por lo que habiendo visto esta versión, dudo mucho que vaya a ver la película original. Dos Son Familia es una película correcta, bien actuada, y muy emotiva, la cual, a pesar de tener momentos tristes, lo deja a uno con una sensación palpable de esperanza y alegría. Sí, es manipuladora por momentos, y sí, caricaturiza un poco a sus personajes, pero definitivamente cumple su cometido como filme familiar de comedia y melodrama.
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