Teniendo en cuenta lo mediocres que han sido la mayoría de adaptaciones de novelas para jóvenes últimamente – sin contar la última entrega de Los Juegos del Hambre, por supuesto -, no tenía demasiadas expectativas para Divergente. Y eso que me he leído los tres libros, los cuales, dicho sea de paso, aunque no son obras maestras, tampoco son particularmente malos. Los personajes creados por Veronica Roth son bastante memorables, el mundo que ha desarrollado es detallado e interesante, y en general son libros que sirven para pasar el rato. Pero a la vez, son novelas que si no son manejadas de la mejor manera por productores de cine, podrían resultar en películas muy, pero muy malas.
Pero felizmente ese no es el caso con la primera entrega de la trilogía, Divergente. Dirigida por Neil Burger, tiene todos los elementos que uno espera de una adaptación de una novela para jóvenes: acción, romance, una narrativa predecible y una que otra línea de diálogo cursi. No se trata, pues, ni de una novela ni de una película particularmente innovadoras, pero al menos la manera en la que Burger decidió dirigir el filme hace que se trate de entretenimiento puro. Sí, entretenimiento algo sonso y cursi y predecible, pero entretenimiento bien hecho al fin y al cabo. Probablemente me divertí más de lo que debería con el filme – nuevamente, de repente, porque he leído las novelas – pero hey, teniendo en cuenta las porquerías que Hollywood nos ha estado soltando últimamente (como Los Instrumentos Mortales: Ciudad de Hueso, sobre la cual ni me dio ganas de escribir un review), no está nada mal.
A primera vista, la premisa de la película podría sonar bastante parecida a Los Juegos del Hambre… porque hasta cierto punto lo es. Es una historia post-apocalíptica en donde la gente está dividida en diferentes grupos, tenemos una protagonista adolescente, hay un romance, etc., etc., etc. Pero felizmente la narrativa toma un camino lo suficientemente diferente a lo que se ha visto antes como para evitar comparaciones a filmes de corte similar. Es más, me atrevería a decir que lo mejor que tiene la película es el world-building, es decir, la presentación de la mitología y la historia creadas por Roth: la película se desarrolla en un Chicago del futuro, devastado por la guerra al igual que el resto del mundo, en donde la población ha sido dividida en facciones de acuerdo a diferentes virtudes: Abnegación, Sabiduría, Intrepidez, Concordia y Verdad. Todo esto para mantener la paz, por supuesto.
Nuestra protagonista, Beatrice Prior (Shailene Woodley) pertenece a Abnegación, al igual que su madre (Ashley Judd, a quien no veía en una película hace tiempo), su padre (Tony Goldwyn) y su hermano Caleb (Ansel Elgort). Pero cuando comienza la película, tanto Beatrice como Caleb están a punto de tomar La Prueba: la prueba que les dirá exactamente a qué facción pertenecen para que luego puedan elegir en una ceremonia. Todo esto es supervisado por Jeanine Matthews (una desperdiciada Kate Winslet), quien por supuesto será nuestra villana. Contra todo pronóstico (sí, claro), al tomar la prueba Beatrice es informada que es una Divergente… es decir que tiene aspectos de todas las facciones. Esto la vuelve peligrosa, ya que ni a Jeanine ni al gobierno les gusta la gente que simplemente “no encaja”… por lo que le dicen que tiene que pasar desapercibida. ¿Y qué mejor manera de pasar desapercibida que cambiar de facción e irse a Intrepidez, donde todos están locos y aparentemente son adictos a la adrenalina? (Bueno, siendo justos, Beatrice es una adolescente….) En su nueva facción, nuestra chica se cambiará el nombre a Tris, se enamorará de su misterioso, musculoso y tatuado entrenador, Four (Theo James, quien me recuerda mucho a Dave «Hermano menor de James» Franco), y descubrirán juntos una conspiración planeada por quienes menos se imaginarían. (Me refiero a los personajes, no a nosotros.)
Sí… supongo que al leer la sinopsis no les habrá parecido la trama más original del mundo, y eso es porque no lo es. Es más, hasta diría que se nota que se trata de la primera novela de la autora (lo cual, teniendo en cuenta el éxito que ha tenido, es digno de admirarse.) Pero hey, funciona, y al final no es tan estúpida, machista e insultante como la historia y personajes de Crepúsculo. Los personajes son bastante memorables–especialmente el Four de Theo James y el Peter de Miles Teller, quien se la pasa actuando como un completo idiota durante todo el filme–pero lo que dejó la impresión más grande en mi fue la creación del mundo de Roth. Burger le inyecta una buena dosis de verosimilitud al mundo de Divergente–no se trata de una historia fantástica ni colorida, si no más bien, y siendo justos, al igual que Los Juegos del Hambre, tenemos un mundo oscuro y realista, lleno de grises y suciedad y peligro. Me gustó, por ejemplo, el hecho de que el entrenamiento de Tris sea tan agotador y duro–de hecho le sacan la ^%*%^@£€#¡ una buena cantidad de veces, cosa que no muchas películas se atreven a hacer. Tris será toda “especial” y “diferente”, pero al menos es vulnerable.
Las actuaciones tampoco están del todo mal. Curiosamente la que menos me impresionó fue Shailene Woodley, pero creo que eso es más culpa del guión que de su actuación. Después de todo, hemos visto que la chica es capaz de grandes cosas en producciones como Los Descendientes o The Spectacular Now. No, más bien me atrevería a decir que los guionistas se encontraron con un problema, y simplemente no pudieron solucionarlo de manera efectiva: la novela es contada en primera persona, por lo que nos enteremos de muchas de las características de Tris a través de lo que piensa, y en general la conocemos a través de lo que ella nos cuenta. Es posible que los guionistas simplemente no pudieron transformar esto en acciones o en algo visualmente palpable, por lo que Tris termina siendo un papel en blanco; fuerte, sí, y algo intrépida, pero nada más. Con suerte las dos–digo, tres (sí, la última novela va a ser adaptada en dos películas…ugh, horrible tendencia) películas que faltan ayudarán a desarrollar su personaje.
Pero sí, en tal caso, digamos que el resto de actuaciones no están del todo mal. Lo único que Theo James tiene que hacer es parecer misterioso y enseñar sus tatuajes y sus músculos, pero felizmente el chico tiene más talento que eso, por lo que su personaje termina siendo menos tieso de lo que uno imaginaría. Como mencioné antes, Miles Teller es memorable como el imbécil de Peter, uno de los compañero de Tris en Intrepidez, al igual que Zoe Kravitz (qué bestia esta chica, entre Divergente y X-Men First Class, ya ha aparecido en dos grandes franquicias en muy poco tiempo, bien por ella.) Ashley Judd hace un trabajo adecuado como la mamá de Tris, Ray Stevenson es un poco desperdiciado en un papel pequeño como el papá de Four (aunque, si las siguientes películas son adaptadas fielmente a los libros, debería aparecer mucho más), y Jai Courtney me convenció como un entrenador duro y antipático (de hecho me lo creí más en este rol que como el hijo de John McClane). Kate Winslet está acá solo por la plata, pero al menos logra inyectarle algo de clase y finura al filme, a pesar de que sólo aparece en unas cuantas escenas y en general está un poco desperdiciada. Hubiera sido bueno tener a una villana mejor desarrollada y con una presencia más grande.
En lo que a la narrativa se refiere, diría que la película tiene tanto aciertos como desatinos. Todo lo que se refiere a la creación del mundo del libro, a la acción y al misterio de la conspiración que eventualmente Tris y Four descubren, no está del todo mal. Burger es especialmente bueno con la acción, la cual es presentada de manera clara y coherente, y también logra transformar a Shailene Woodley es una suerte de heroína de acción, una chica fuerte y decidida. Las coreografías de las peleas mano a mano es creíble, y me gustó el hecho de que, a pesar de que es una película dirigida a gente joven (especialmente chicas), los combates sean presentados de manera brutal y realista (a diferencia de, bueno, ustedes saben, Crepúsculo… ugh.) Lo que si no funciona tan bien es el romance; no me tomen a mal, Woodley y James tienen bastante química, y la tensión sexual entre ellos es palpable, pero mucho del diálogo que tienen que intercambiar está lleno de clichés, quizá al nivel de las palabras que compartían Anakin y Padmé en El Ataque de los Clones. Pero bueno, felizmente el romance entre nuestros protagonistas no es el foco de la película, por lo que no logró fastidiarme demasiado.
En fin, no creo tener mucho más que decir sobre Divergente. Se trata de una adaptación bastante fiel al libro, con un sentido visual interesante, efectos especiales decentes (especialmente teniendo en cuenta que el presupuesto del filme, unos 90 millones de dólares, es menor que el de un blockbusterpromedio), actuaciones en general buenas y química entre los protagonistas (a pesar de algunos diálogos cursis que tenían que intercambiar). Se trata, pues, del equivalente cinematográfico al algodón de azúcar: es dulce, no te empalaga, es rico, pero a final de cuentas no te llena. No estoy diciendo que se trate de una película vacía–es más, maneja algunas ideas y conceptos bastante interesantes; sólo digo que es entretenimiento puro, ligero, divertido, algo cursi y predecible, pero felizmente bien hecho.
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