Siendo una suerte de secuela espiritual de “Buscando”, no sabía qué esperar de “Desconectada”. Evidentemente, me quedaba claro que iba a manejar el mismo estilo y los mismos recursos que su predecesora, aprovechando el formato de pantallas —de computadoras, celulares, y hasta smart watches— para narrarnos una historia de manera relativamente novedosa. Pero al contar con personajes nuevos y llevándose a cabo en un nuevo contexto, no estaba seguro si fuera a funcionar igual de bien que la primera película.
Felizmente, dichas preocupaciones terminaron siendo deshechas. Lo que tenemos acá es un sólido thriller al que Hitchcock hubiese calificado como una “película de refrigeradora”. Es decir, es el tipo de filme que funciona en el momento, y que logra extraerle una reaccionar visceral al espectador. No obstante, si es que uno comienza a analizarlo post-visionado, será capaz de encontrarle más huecos a la historia que un queso suizo. Pero eso no importa. Lo importante de “Desconectada” es que termina siendo extremadamente tenso y satisfactorio mientras se ve, y que demuestra que este formato tan peculiar —una suerte de found footage, pero siempre visto a través de las cámaras de los aparatos que nos rodean— todavía tiene mucho qué ofrecer.
Storm Reid interpreta a June, una adolescente que está un poco harta de su sobreprotectora madre, Grace (Nia Long, a quien no veía en nada desde hace un tiempo). Está feliz, sin embargo, porque esta última se está yendo de viaje a Colombia con su nuevo novio, el aparentemente bonachón Kevin (Ken Leung, de “Rush Hour” y “X-Men 3”). Aprovechando que tiene la casa sola, June invita a sus amigos a tomar y bailar y tener fiestas casi todas las noches… hasta que llega el día en que tiene que ir a recoger a su madre al aeropuerto. Pero hay un problema: ella nunca llega. Preocupada, la chica llega a casa, y se dispone a averiguar qué ha pasado exactamente con Grace, con miedo de perderla de la misma manera en que perdió a su padre unos años atrás.
El atractivo central de “Desconectada” está en el misterio de la desaparición de Grace; de eso no hay duda. Es lo que motiva a June como protagonista, y es lo que mantiene al espectador al borde de su asiento. Y narrativamente hablando, funciona bastante bien. La película incluye varias pistas —algunas falsas, otras verdaderas—, así como posibles sospechosos, desde el mismo Kevin, hasta personajes como la abogada de Grace, Heather (Amy Landecker), o un amigo virtual que June hace en Colombia, Javi (Joaquim De Almeida). La historia nunca se torna demasiado previsible, felizmente, y las sorpresas son presentadas con suficiente aplomo, como para que uno nunca llegue a adivinarlas antes de tiempo.
Lo cual no quiere decir que “Desconectada” sea la película más redonda del mundo, por supuesto. Especialmente hacia el final, las situaciones se van tornando más descabelladas, y los personajes se van comportando de manera más estúpida. Hay cierta escena, por ejemplo, en donde el cine ENTERO al que fui le gritó a un personaje: “¡muévete, MUÉVETE! ¿QUÉ HACES?”. Es el tipo de interacción con una película que da gusto ver en una sala llena de cine —claramente, el público estaba viviendo la historia—, pero que a la vez demuestra que los personajes podrían haber tenido mejores reacciones hacia el final de la cinta. No obstante, como se dijo líneas arriba, y en términos generales, “Desconectada” funciona en el momento. Es tensa, es emocionante, y ciertamente hace que el público se sienta cercano a sus personajes.
Esto último se debe, en gran parte, al formato en el que el filme ha sido diseñado. El hecho de que veamos todo a través de pantallas de computadoras, celulares, cámaras de seguridad y smart watches le otorga una verosimilitud a la historia que simplemente sería imposible de obtener con un formato más tradicional. Y de hecho, ayuda bastante a opacar algunos huecos narrativos o actitudes difíciles de creer por parte de los personajes… al menos MIENTRAS uno está viendo la película. Ayuda, además, que en general, “Desconectada” utilice sitios web y aplicativos reales, desde Facebook hasta FaceTime y Whatsapp. Por más de que todo el aspecto gráfico fue recreado desde cero, nada en la película se siente falso o artificial, lo cual le permite al espectador sentir que está acompañando a personajes muy similares a uno, que podrían ser sus vecinos o amigos.
Las actuaciones también ayudan al tono realista de “Desconectada”. Storm Reid está muy bien como June, transmitiendo de manera efectiva el arco de personaje por el que tiene que atravesar —pasando de ser una chica engreída y hasta malagradecida hacia su madre soltera, a ser una joven mucho más madura y amable. Por su parte, Nia Long resalta en las pocas escenas que tiene —después de todo, pasa la mayor parte de la película desaparecida (o desconectada). Y actores de la talla de Joaquim De Almeida (quien ha aparecido en cientos de series y películas) y Ken Leung completan un reparto notable.
“Desconectada” es la película perfecta para los fanáticos y fanáticas de los thrillers. Se mueve a buen ritmo, no es demasiado larga, cuenta con personajes creíbles, y más importante, sabe desarrollar su misterio central de manera que uno (casi) nunca se siente más inteligente que el guion. Nuevamente; si uno se pone a pensar demasiado en la historia LUEGO de que la película acaba, seguro que le encontrará miles de huecos e incoherencias y falencias. Pero lo importante es que mientras se está en la sala de cine, rodeado de gente igual de metida en la historia que uno, “Desconectada” funciona realmente bien. Resulta que todavía hay mucho qué hacer con este formato, pues. ¡Que venga la tercera entrega!
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