Código Negro

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Código Negro, de Steven Soderbergh, es el tipo de película que ya no se ve con mucha frecuencia en la cartelera local: un thriller de espionaje para adultos, que reemplaza las grandilocuentes secuencias de acción y explosiones y efectos visuales con suspenso, tensión e interacciones significativas entre personajes. Si Código Negro resulta fascinante, es porque logra hacer mucho con poco, presentándonos a un grupo pequeño personajes que se desenvuelven en un contexto más bien claustrofóbico, en donde los riesgos son grandes pero nunca nos centramos en perspectivas externas. Esto le permite a Soderbergh presentarnos personajes bien desarrollados, todos con perspectivas e intereses muy humanos.

Al comenzar Código Negro, nos enteramos de que la pareja de espías británicos de George (Michael Fassbender) y Kathryn (Cate Blanchett) ha invitado a dos parejas de colegas a una cena en su casa en Londres. No porque quieran conversar y pasarla bien, si no más bien porque George quiere encontrar a un topo en su organización; a un colega que, potencialmente, ha vendido información relacionada a una peligrosa arma, capaz de causar una fusión nuclear. Es así que llegan las siguientes personas a la casa: el alcohólico y agresivo Freddie Smalls (Tom Burke, de Furiosa: de la saga Mad Max) y su novia considerablemente menor, Clarissa (una excelente Marisa Abela, del videojuego Five Datesy la bio-pic Back to Black). Y el coronel James Stokes (Regé-Jean Page, de Bridgerton) y su novia, la psiquiatra Zoe Vaughan (Naomie Harris, de The Wasp).

Dicha cena culmina de forma chocante, pero le permite a George entender quiénes podrían ser los traidores que está buscando. No obstante, todo cambia cuando James le informa que su esposa podría ser también una sospechosa, ya que su alias ha aparecido en el contexto de un retiro millonario en un banco en Zurich, Suiza. Es así que comienza un tenso juego de gato y ratón, en el que George intenta descubrir la identidad del topo con la ayuda de sus colegas (especialmente la de Clarissa), y Kathryn va descubriendo un plan aparentemente diseñado por su jefe, Arthur Stieglitz (el gran Pierce Brosnan) para desacreditar a su esposo. Lo que muy bien podría haber resultado confuso y enredado, entonces, termina siendo increíblemente intrigante y bien pensando.

Interesante, pues, que el mismo equipo que hace poco nos entregó la poco convencional historia de fantasmas Presencia (el director Steven Soderbergh y el guionista David Koepp) ahora hayan desarrollado esta atípica historia de espías. Lo que diferencia a Código Negro de otros exponentes del subgénero, fuera del tono y su madurez, es que se centra en una relación romántica ya consolidada. George no es alguien que encuentra el romance en un contexto de espionaje y peligro; es alguien que ya lo tiene, y que a través de su búsqueda del traidor, pretende mantenerlo. De hecho, Código Negro se podría considerar como una cinta profundamente romántica, en donde cada miembro de una pareja hace todo lo posible por salvar y mantener con vida al otro. Sin importar lo que pasa, George y Kathryn son tremendamente devotos el uno a la otra.

Ayuda, además, que Soderbergh haya incluido a actores de renombre para interpretar a sus personajes centrales. Fassbender desarrolla a George como un hombre meticuloso y extremadamente ordenado; como un espía que es muy bueno en su trabajo porque lo sabe todo, y porque cuando se equivoca, encuentra la forma perfecta para arreglar la situación. Resulta tremendamente satisfactorio tener a alguien tan eficiente y verdaderamente inteligente como protagonista. Por su parte, Cate Blanchett resulta fascinante como Kathryn, por más de que el filme se centre más en la perspectiva de George que en la suya. La interpreta como una mujer misteriosa, pero de la que uno jamás duda, al menos cuando se trata del amor y devoción que siente por su esposo.

Los personajes secundarios también destacan. Tom Burke está muy creíble como Freddie, un tipo desagradable e inmaduro, pero a la vez, muy bueno en su trabajo. Regé-Jean Page interpreta a James como alguien que mantiene una dura coraza emocional para no revelar lo que verdaderamente siente; esto resulta en una hilarante (y curiosamente creíble) escena de ruptura con la Zoe de Naomie Harris, quien intenta mantener el profesionalismo en un contexto que no siempre lo permite. Finalmente, la MPV (no tan) secreta de la película es Marisa Abela, cuya Clarissa contrasta perfectamente con sus colegas más experimentados. Mientras que el resto está acostumbrado a mentir, engañar y matar, ella es mucho más naif, tratando de ayudar al resto pero desesperándose cuando descubre cómo son realmente.

Ahora, como película de género, Código Negro se siente como un filme de Sodebergh al cien por ciento, desde la propuesta visual —con puntos de luz diegéticos fuertes, y varias escenas compuestas principalmente por primeros planos de rostros— hasta la banda sonora compuesta por su usual colaborador, David Holmes, quien mantiene su estilo funky y con bajos intensos, pero con un tono más tenebroso y serio. Código Negro genera suspenso gracias a los problemas en los que se meten sus personajes, y al hecho de que no sabemos las intenciones de muchos de ellos durante buena parte de la historia. Incluso George, nuestro protagonista, le esconde mucha información al espectador, lo cual convierte a la cinta en una suerte de misterio, que va develando verdades gradualmente, metiendo de lleno al espectador en un mundo de mentiras y emociones reprimidas.

Código Negro es un gran ejemplo de lo versátil que es Soderbegh como cineasta, capaz de estrenar algo como Presencia y este filme en el mismo año. Pero fuera de eso, se trata de una película intrigante que aprovecha al máximo los talentos de su excelente reparto para desarrollar una narrativa misteriosa, oscura e imprevisible, que sabe cómo alimentar al espectador gradualmente con información verdadera, falsa o parcialmente fidedigna. El estilo visual es sencillo pero atractivo, la música de David Holmes complementa perfectamente a la historia, y aunque en general se trata de una propuesta parca y precisa, igual incluye algunos momentos de humor sutil, como para generar respiros entre tanto engaño y agresividad. ¿Y lo mejor? Soderbergh logra hacer todo esto en tan solo hora y media, lo cual es canda vez menos frecuente hoy en día. Código Negro terminó siendo una grata sorpresa, y una que recomiendo tengan en la pantalla más grande que puedan encontrar.

Avance oficial:

90%
Puntuación
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