La primera película del Capitán América no es una de mis favoritas del Universo Cinematográfico de Marvel. Es divertida y bastante emocionante y supongo que sirve muy bien su función de crear una conexión fuerte con Los Vengadores, pero a la vez se me hizo bastante genérica, a pesar de ser el único filme del Universo en desarrollarse en el pasado (durante la Segunda Guerra Mundial.) En realidad esto no debió haberme sorprendido, teniendo en cuenta que el director, Joe Johnson (Jurassic Park III), no ha probado necesariamente que es un visionario, a pesar de ser un gran artista conceptual (trabajó en las películas originales de Star Wars.)
Es por todo esto que no tenía demasiadas expectativas antes de ver la secuela, pero a la vez pensaba que tenía el potencial de ser mucho mejor–después de todo, había bastante qué mejorar. También me intrigaba el hecho de que los directores fueran los hermanos Anthony y Joe Russo (más conocidos por sus comedias televisivas), pero también me preocupaba que fuera escrita por los responsables del guión de Thor 2–nuevamente, no es una mala película, pero tampoco es de mis favoritas de Marvel. Sí, tenía sentimientos encontrados antes de ir a ver el filme, pero felizmente Capitán América y el Soldado de Invierno logró probar que mis miedos no tenían fundamento.
En pocas palabras, se trata de la mejor película de la Fase 2 de Marvel, y definitivamente una gran mejora en comparación a su predecesora. Manejando un tono bien particular, una estética – hasta cierto punto – realista y escenas de acción realmente emocionantes, se trata de la mejor película de Marvel desde Los Vengadores. Es más seria y creíble que Iron Man 3, menos genérica que Thor 2, y más emocionante que la primera aventura del Capitán.
La película nos presenta con una pregunta bastante intrigante: ¿qué pasaría si el Capitán América (Chris Evans) no pudiese confiar en la institución para la que trabaja? La película no trata solamente de ver como el Capitán se adapta a nuestros tiempos, a un lugar mucho más cínico en donde tiene que lidear con tonos de gris en vez de solamente lo blanco y lo negro, los buenos y los malos, si no también con situaciones de tensión que vienen del mismo SHIELD. No sabe si confiar en su jefe, Nick Fury (Samuel L. Jackson), quien lo manda a misiones sin avisarle que miembros de su equipo pueden tener sub-misiones propias; tampoco sabe si confiar en la Viuda Negra (la gran Scarlett Johansson), quien parece decirle menos de lo que sabe, y cuando aparece un nuevo enemigo, el Soldado del Invierno, un misterioso asesino cubierto con una máscara, que comienza a destruir a SHIELD desde adentro, tendrá que aliarse tanto con la Viuda como con Falcon (Anthony Mackie), un veterano de guerra como él, para descubrir la verdad.
Lo que más me llamó la atención de la película, y por tanto una de las cosas que me más me gustó, fue el tono que maneja. A diferencia de otras películas de Marvel, que manejan un tono más fantástico y alegre, películas que dejan bastante en claro que tratan sobre súper-héroes y por lo tanto desbordan efectos digitales y monstruos y explosiones, Capitán América y el Soldado de Invierno es un filme algo más discreto y realista. Al menos durante la primera hora y media, se trata más de un thriller de intriga, o como los directores mencionaron en varias entrevistas, un homenaje a los thriller políticos de los 60s y 70s. Es debido a esto que el cásting de Robert Redford como Alexander Pierce, el jefe de Nick Fury, es particularmente brillante. Se pueden ver muy claramente las influencias de películas como Los tres días del Condor en la nueva aventura del capitán: un claro enfoque en la intriga, en los aspectos y dilemas políticos de nuestros personajes, en misterios y mentiras. Esto no solo hace que la película sea más interesante que otras del Universo Marvel, si no también le da una identidad propia y la separa de su predecesora.
Además, a diferencia de otras películas de súper-héroes, Capitán América y el Soldado de Invierno logra crear personajes identificables y momentos emocionales muy bien logrados. No quiero malograrles la película a quienes no la hayan visto, pero una escena de hospital es la que más se me viene a la mente como ejemplo de lo que el filme puede lograr a nivel de emociones. Dicha escena contiene de todo: nostalgia, tristeza, desarrollo de personaje para el buen Capitán, e incluso un trabajo de maquillaje sorprendentemente bien logrado (usualmente cuando maquillan a un actor o actriz joven de viejo los resultados son horribles… si no véase las últimas escenas de Una mente brillante… ugh.)
También me sorprendió lo bien ejecutadas que están las escenas de acción, teniendo en cuenta que los directores del filme son más conocidos por dirigir capítulos de la serie cómica Community. La coreografía de las peleas mano-a-mano es simplemente espectacular, y las escenas de pelea, ya sean combates cuerpo-a-cuerpo o tiroteos, están expertamente filmadas, con tomas claras y sin demasiados cortes. La cámara en mano es usada con sabiduría, sin sacudirla demasiados pero a la vez desarrollando una palpable sensación de tensión, dándonos a entender en dónde está cada personaje en relación al otro y sin confundir a la audiencia. Son de las escenas de acción mejor logradas que haya visto en cualquier película de Marvel, y aunque el tercer acto sí se pone un poco más fantástico y lleno de efectos digitales, no llega a perder totalmente esa sensación de realismo y verosimilitud que los Russos le pudieron dar al resto del filme.
Las actuaciones también son muy buenas, debido de repente a que los Russos tiene experiencia con escenas de diálogo y desarrollo de personajes. Chris Evans es el Capitán América; se nota que está completamente cómodo con el rol, dándole bastante humanidad y complejidad, pero también demostrando físicamente porque es de los Vengadores más fuertes y valientes a pesar de no ser el más súper-humano. Scarlett Johansson tiene mucho más que hacer acá que en Iron Man 2 y Los Vengadores, creando un personaje complejo y una gran dupla con el Capitán. Anthony Mackie también es muy bueno como Falcon; de repente su traje es uno de los aspectos más fantásticos de la película, pero tampoco es algo que vaya a resaltar negativamente. Como mencioné antes, Robert Redford es perfecto como Alexander Pierce (da gusto cuando un actor de su calibre le pone empeño a un rol que muchos de sus compañeros consideraría inferior a ellos) y Sam Jackson resalta, como siempre, en su rol de Nick Fury. Sebastian Stan vuelve como Bucky (aunque no quiero revelar en qué capacidad), y aunque su rol es enano, me da curiosidad saber como van a usar a la Agente 13 de Emily VanCamp en el futuro.
En fin, Capitán América y el Soldado de Invierno me gustó bastante, como pueden haberse dado cuenta. Tiene de todo: acción bien lograda, una trama intrigante, un contenido emocional bien desarrollado, excelentes actuaciones, y pequeñas pero efectivas referencias a otras películas y personajes del mundo Marvel. Se trata de la mejor película de Marvel desde Los Vengadores, y uno de los filmes de súper-héroes más emocionantes y verosímiles que haya visto. No sé si me atrevería a llamarlo el «Dark Knight del Universo Marvel», como algunos críticos lo han hecho, pero definitivamente está muy cerca.
Nota: Como – casi – siempre, hay dos escenas adicionales, una en medio de los créditos y otra al final. La primera es la mejor, y sirve como un pequeño «teaser» para Los Vengadores: La edad de Ultron, mientras que la segunda es algo aburrida (aunque más relevante a esta película.)
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