Ted 2: una secuela cumplidora
Nunca fui muy seguidor de Padre de Familia, la exitosísima serie de televisión creada por Seth MacFarlane, pero los pocos episodios que he visto me han hecho reír gracias a su sentido del humor irreverente y capacidad de burlarse de literalmente todo. Por otra parte, el primer largometraje de MacFarlane, Ted, me hizo reír a carcajadas, y el segundo, Pueblo Chico, Pistola Grande, me decepcionó un poco debido a su excesiva duración y humor irregular.
Así que no sabía qué esperar de Ted 2. Podía resultar ser un éxito, al igual que su predecesora, pero podría decepcionarme al igual que la más reciente película de MacFarlane. Felizmente, tengo el agrado de decir que me divertí mucho viendo la película. Ahora, no llega a igualar a la primera entrega; después de todo, al ser una secuela, ya se ha perdido un poco de la novedad de ver a un oso de peluche hablar groserías y fumar marihuana. Sin embargo, gracias a una trama simple pero relevante y a una cantidad de enorme de chistes que funcionan, Ted 2 cumple su cometido: hacerme reír.
La cinta comienza con la boda del osito Ted (voz Seth MacFarlane) con Tammi-Lynn (Jessica Barth.) El padrino de la boda, y mejor amigo de Ted, John (Mark Wahlberg) está deprimido porque su novia, Lori (interpretada por Mila Kunis en la película anterior) lo ha dejado. Un año después de estas primeras escenas, la relación de Ted y Tammi-Lynn va mal, por lo que deciden tener un bebé para tratar de arreglar la situación.
Después de darse cuenta que una inseminación artificial no es una opción, la pareja trata de adoptar. Sin embargo, resulta que, al ser un oso de peluche (por muy vivo que esté), Ted es considerado como propiedad por el gobierno, lo cual resulta en la anulación de su matrimonio, y en que les prohiban adoptar. Evidentemente, nuestros protagonistas tomarán cartas en el asunto, por lo que Ted y John contratarán a una abogada con poca experiencia llamada Sam L. Jackson (Amanda Seyfried) para pelear por sus derechos civiles.
Hay que ser honestos: la trama de Ted 2 no es particularmente compleja. De hecho, es una excusa para desarrollar una secuela a una de las comedias más exitosas de los últimos tiempos. Sin embargo, debido a que maneja temas de derechos civiles, me pareció bastante relevante, especialmente acá en Perú, en donde constantemente se le niegan derechos a cierto grupo de ciudadanos que se los merecen. El guión de MacFarlane no es particularmente sutil—contiene unos cuantos discursos que nos dicen los temas que la cinta maneja en vez de enseñárnoslos, pero considerando lo exagerada que es la cinta, no fue algo que desentone demasiado.
Ahora bien, nadie va a ver un filme como Ted 2 para reflexionar sobre temas de derecho civil. La gente va a ver una película de este tipo para reírse, y en ese sentido, Ted 2 funciona. No es igual de original que su predecesora, y hay algunas escenas que sobran (la mayoría involucran a Giovanni Ribisi, quien repite su papel de la primera cinta), pero no puedo negar que me haya divertido. Los cameos son excelentes – Jay Leno, Liam Neeson y Patrick Warburton son particularmente hilarantes; un pequeño homenaje a Jurassic Park me sorprendió (al igual que una parodia de escenas musicales de Disney), la secuencia situada en Comic-Con contiene varios detalles que serán disfrutados por geeks como yo, y un par de chistes que hacen referencia a los ojos de Amanda Seyfried casi hacen que escupa mi gaseosa de la risa. Algunos momentos son más asquerosos que graciosos – la escena de la clínica de fertilidad de se me viene a la mente – pero si han disfrutado antes del estilo de humor de MacFarlane – exagerado, rápido, políticamente incorrecto -, Ted 2 no los decepcionará.
Las actuaciones son variadas. Como la voz de Ted, Seth MacFarlane logra desarrollar incluso más la personalidad del protagonista que creó para la primera cinta. Mark Wahlberg se ve aburrido la mayor parte del tiempo (incluso más que en Transformers 4), y la bella Amanda Seyfried (quien reemplaza a Mila Kunis) no carece de carisma, interpretando a su abogada de manera enérgica y divertida. Jessica Barth y Giovanni Ribisi no resaltan demasiado, y Morgan Freeman se ve un poco fuera de lugar. Su actuación es 100% seria (quizás ese era el chiste), lo cual contrasta demasiado con el tono irreverente y excesivo de la cinta.
A nivel técnico, Ted 2 es cumplidora. Al igual que en la primera entrega, el personaje principal se ve totalmente convincente. Desde sus movimientos hasta la textura de su “pelo”, se trata de una representación realmente verosímil de un oso de peluche con vida, la cual, junto con la animada actuación de voz de MacFarlane, hace que realmente creamos en el personaje. (De hecho, esto ayuda a que apoyemos el caso de Ted….) El estilo de dirección de MacFarlane es básico, pero funciona—un par de escenas de acción están escenificadas de manera efectiva, y aunque el clímax en el Comic-Con pudo ser un poco más ambicioso, le otorga algo de variedad visual a la cinta. La música, como era de esperarse, está llena de temas estilo Big Band, estilo que se hace evidente durante los créditos iniciales—si había algo que no me esperaba de Ted 2, era una secuencia de baile que homenajease a los musicales de la Era Dorada de Hollywood.
Muy pocas secuelas cómicas llegan a igualar a sus predecesoras, y Ted 2 no es la excepción. Ahora, eso no quiere decir que la película sea una decepción—de hecho, es bastante graciosa, y aunque tiene un par de momentos muertos y una trama poco sutil, me divirtió gracias a su humor políticamente incorrecto (si se ofenden fácilmente, no recomiendo ir a verla) y situaciones inesperadas. Eso sí, creo que MacFarlane debería parar con esta entrega—estrenar una tercera entrega de la franquicia sería estirar una premisa que depende mucho de la sorpresa y la originalidad, y que ya en esta secuela ha evidenciado estar quedándose sin novedades.
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