Querida Gente Blanca

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Querida Gente Blanca no es necesariamente una película fácil o entretenida en el clásico sentido de la palabra; es un poco densa, comienza de una manera bastante directa, y está estructurada de manera poco convencional. Sin embargo, me parece que también se trata de un filme admirable, una cinta que trata sobre temas como el racismo y las crisis de identidades de manera madura y sutil, con una historia que muy bien podría haberse transformado en un “After School Special” (esos especiales baratos que transmiten algunos canales de cable en las tardes y que tratan sobre temas familiares o sentimentalones) pero que gracias al escritor/director Justin Siemen, terminó siendo algo mucho mejor.

La película se desarrolla en una universidad Estadounidense estilo “Ivy League”; carísima, en donde van estudiantes privilegiados, y en donde la mayoría de estos son hombres blancos. “Querida Gente Blanca” es el nombre del programa radial que tiene Samantha White (Tessa Thompson) en esta universidad, en donde se expresa sobre la diferencia entre gente blanca y gente afroamericana, y la manera en que muchas veces los segundos son racistas con los primeros dentro del campus. Mucha gente es afectada por el programa: Troy (Brandon P. Bell), ex novio de Sam; Coco (Teyonah Parris) una blogger algo alienada y con ambiciones de convertirse en celebridad, y Kurt (Kyle Gallner), el editor de una revista de comedia en la Universidad. Adicionalmente, también tenemos a Lionel (Tyler James Williams, más conocido por ser el protagonista de la serie de TV Everybody Hates Chris), un chico gay, tímido, y fanático de Star Trek que no parecer encajar en ninguna parte.

 

Uno de los temas principales de la cinta (pero no el único) es el del racismo en las universidades Estadounidenses, el cual es tratado con madurez y sutileza por parte de Siemen. Jamás uno siente que está viendo un documental o un noticiero, o una miniserie barata que trata todo de manera exagerada. Nada de lo que sucede en el filme (incluyendo una fiesta increíblemente racista durante el tercer acto) se siente inverosímil; todo lo contrario, cuando sucede algo sorprendente, como la anteriormente mencionada fiesta, uno reacciona en shock porque no hay duda de que este tipo de cosas suceden de verdad en EE.UU. Siemen ha mencionado que muchos de los eventos del filme se han basado tanto en hechos reales (la prueba de ello se encuentra en los créditos finales) como en sus experiencias como Universitario. Es esto lo que le da tanta honestidad y tanto realismo a Querida Gente Blanca.

Por otra parte, Siemen también tiene mucho que decir sobre las crisis de identidades, sobre la hipocresía y sobre la gente que no parece encajar en ninguna parte. Es bueno pelear por los derechos de la gente y por cualquier cosa en lo que uno crea… ¿pero por qué se está peleando? ¿Por ganar la aceptación de alguien? ¿O de un grupo? ¿Para vengarse de alguien? ¿O simplemente para volverse notorio o famoso? Esto último se ve en la inclusión del representante de un reality show en la narrativa, quien interactúa más que nada con Coco, quien está obsesionada con la fama.

La mayoría de protagonistas tienen un problema de identidad: Lionel no encaja en ninguna parte (hay una escena al principio, en donde observa a un grupo de nerds y luego a un grupo de chicos más abiertamente gays, que representa esto de manera perfecta); Sam no sabe si ser una líder revolucionaria o ser una chica normal que no tenga que representar ello todos los días (su relación con un chico blanco simboliza esto excelentemente); Troy no sabe si sobresale en la Universidad porque él quiere o porque quiere hacer feliz a su padre (el rector), y Coco, a pesar de ser morena, no se identifica como afroamericana. La escena en que graba un video para su blog, y menciona que es “oscura… pero no tanto” dice todo lo que hay que saber sobre el personaje.

 

Pero he ahí la belleza del guión de Siemen; toda la información y todo el desarrollo de los personajes se transmite a través de actitudes y de su interacción con el resto o su reacción a la trama, mas no a través de diálogo exageradamente expositivo o plot points torpes o poco creíbles. Todos los personajes se me hicieron absolutamente reales porque están exquisitamente delineados, y porque es muy fácil identificarse por ellos, tanto gracias a las actuaciones (en su mayoría buenas) como al guión. Ningún personaje es un estereotipo; lo que Siemen ha hecho es agarrar los estereotipos y crear personas reales basadas en ellos, y comenzar a cuestionar la definición de “negro”, al menos en lo que respecta a la sociedad Norteamericana. ¿Cómo defines a una persona “negra”? ¿Qué características tiene que tener, qué gustos tiene que tener? La cita anteriormente mencionada de Coco dice mucho sobre ello, al igual que algunas frases de Sam (su director favorito es Spike Lee, pero jamás lo admitiría) o de Lionel (no le gusta que le digan que es negro.) ¿Podría decirse que Siemen trata de introducir temas sobre “racismo interno” en la película? Quizás, pero creo que él está más interesado en el tema de la identidad, de las etiquetas sociales.

Como mencioné antes, la mayoría de actuaciones son buenas; sin embargo, definitivamente es la bella Tessa Thompson la que da el performance más interesante y poderoso. Junto con Siemen, es capaz de crear a un personaje fascinante, una chica de madre negra y padre blanco que sufrió mucha discriminación de niña y que ahora sufre de una serie de problemas de identidad y de vergüenza, lo cual hace que actúe, muchas veces de manera extrema, en contra de la “gente blanca” de su universidad. Es una actuación realista, nada exagerada pero memorable. No siempre te identificarás con Sam; es más, me “cayó mal” durante varias escenas de la película, pero al final del día, es casi imposible no simpatizar con ella, admirarla incluso.

 

Como Lionel, Tyler James Williams da una actuación madura y creíble. Como el resto de los protagonistas, jamás interpreta a su personaje como el gay exagerado o estereotípico, más bien logrando crear a una persona tímida que no sabe con quién interactuar ni cómo reaccionar cuando otro chico trata de besarlo. Habiendo sido extremadamente tímido de chico (cosa que he logrado superar, creo yo), me puedo identificar mucho con el personaje, el cual se siente extremadamente honesto, y puede que tenga características autobiográficas (recientemente, Siemen se declaró públicamente homosexual.) Como Coco, Teyonah Parris hace un buen trabajo; el Troy de Brandon P Bell no estuvo mal (aunque por momentos me pareció algo tieso) y como Kurt, Kyle Gallner es suficientemente odioso y desesperante.

A nivel técnico, la película me sorprendió bastante, y creo yo que, junto con el guión, es lo que la eleva por sobre otros filmes de temas similares. La fotografía es simplemente bella; Siemen favorece los lentes teleobjetivos para crear planos con fondo desenfocados, resaltando los rostros de los personajes y dándole a la cinta un aspecto etéreo. De hecho, mucho del apartado visual, desde la paleta de colores fría hasta los movimientos de cámara lentos y elegantes me recordó a La red socialde David Fincher, sin ser una copia exacta, claro está. A veces la selección de planos es un poco repetitiva (two-shots para muchas conversaciones, por ejemplo), pero en otras escenas las composiciones son hermosas y memorables. La selección de música también me gustó; hay bastante música clásica, lo cual contribuye a la elegancia general del filme, pero también hay varias canciones de rap y otros géneros, dependiendo de la escena.

 

Justin Siemen definitivamente no subestima a su público; Querida Gente Blanca comienza de frente “en la acción”, sin demasiadas introducciones. Adicionalmente, la estructura es como una mezcla entre en el cine de Tarantino y el de Wes Anderson, con pantallas de título entre cada “capítulo” y varias escenas entrelazadas. Puede que al principio esto confunda ligeramente a la audiencia, pero si uno se logra meter en la historia y logra comprender los temas tratados y la manera en que los personajes se desenvuelven e interactúan, no debería haber mayor problema. Es cierto, el guión y la dirección de Siemen dependen mucho de la capacidad de atención de su público; muchos de los sentimientos de los personajes quedan en el subtexto o son presentados visualmente, sin ser hablados necesariamente, pero eso es precisamente lo que hace que la cinta sea tan buena: su sutileza.

Querida Gente Blanca es una admirable exploración de las crisis de identidades en los estudiantes de una universidad norteamericana; de lo que implica ser “diferente”, de la hipocresía que se puede encontrar en la gente más vocal o más “publica” y, por supuesto, del racismo. No todas las actuaciones son grandiosas (sólo Tessa Thompson me pareció realmente excelente), la estructura del filme no es tan fácil (al menos al principio) y quizás hubiera servido que dure un poco más (con 1 hora y 40 minutos de duración, creo 20 minutos más le hubieran dado más espacio para respirar, más escenas para desarrollar sus temas y sus personajes), pero en general, con sus grandes cualidades técnicas y su guión tan inteligente, Querida Gente Blanca me pareció una película que vale mucho la pena ver. Jamás la estrenarán en cines peruanos, así que si la pueden ver a través de otros medios, háganlo. Justin Siemen es un director/guionista con mucho qué decir, y que sabe cómo expresarlo. No puedo esperar a que estrene su siguiente producción.

Avance oficial:

88%
Puntuación
  • Mi calificación

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