Interesante lo que el director David F. Sandberg (“Annabelle: la creación”, “Shazam”) ha hecho con “Until Dawn: noche de terror”. En vez de adaptar directamente el videojuego del mismo nombre, ha utilizado el concepto central para desarrollar una narrativa completamente distinta, que sin embargo se lleva a cabo en el mismo universo. El resultado es una cinta de terror un poco genérica, pero que igual incluye suficientes secuencias de tensión, jump scares y hasta gore como para apelar al fanático más acérrimo del género. Eso sí, igual entiendo a los fanáticos del juego que no están muy contentos con lo que la película hace, especialmente si estaban esperando ver una adaptación más fiel a la experiencia interactiva original.
“Until Dawn: noche de terror” se centra en un grupo de amigos que ha estado viajando por los Estados Unidos en busca de una chica desaparecida llamada Melanie (Maia Mitchell). Primero tenemos a Clover (Ella Rubin, muy parecida a Imogen Poots), la hermana mayor de la desaparecida, y una chica que sufre de depresión y que incluso ha intentado suicidarse un par de veces. Luego está Max (Michael Cimino), su ex, y un tipo bastante gentil. También tenemos a Megan (Ji-young Yoo), una joven muy perceptiva, que hasta se podría decir cuenta con poderes psíquicos. Y finalmente, está Nina (Odessa A’zion), quien ha venido con su nuevo enamorado, el cínico estudiante de psicología Abe (Belmont Cameli).

Al comenzar la película, los vemos llegar a la estación de servicio donde se vio por última vez a Melanie. Es ahí donde Clover conversa con un viejo (el gran Peter Stormare), quien le dice que deberían ir a un pueblo cercano. Lamentablemente, en camino a dicho lugar el grupo se pierde en una tormenta, y termina en un centro de visitas abandonado. Refugiándose ahí de la lluvia, poco a poco se van dando cuenta de que no se trata de un lugar normal. De hecho, no pasa mucho tiempo para que sean acosados por un psicópata de rostro deforme, quien los mata muy fácilmente. Pero algo más pasa: los cinco reviven poco tiempo después, al comienzo de la noche, como si nada hubiese pasado.
Resulta, pues, que nuestros protagonistas se meten en un bucle temporal, el cual, a diferencia de los que hemos visto en películas como “Groundhog Day”, va introduciendo nuevas situaciones, conceptos y peligros con cada nueva repetición. Al inicio, los chicos no saben qué deben hacer para poder salir de esta pesadilla, pero gradualmente se van dando cuenta de varias cosas: 1) si se quedan sin hacer nada, igual se mueren, 2) al parecer, por lo menos uno de ellos tiene que morir si quieren poder irse del lugar inmediatamente, y 3) si es que logran moverse y sobrevivir todos la noche, también podrían ser perdonados. Es así que los chicos se ven obligados a investigar el centro de visitas y sus alrededores, con la esperanza de que puedan sobrevivir, apropiadamente, hasta el amanecer.
El concepto central de “Until Dawn: noche de terror”, en algunos aspectos similar al del juego de Supermassive Games, y en otros no tanto, no carece de potencial. El que los protagonistas estén metidos en un bucle temporal que cambia con cada repetición le permite al filme introducir novedades y mantenerse relativamente imprevisible, haciendo que los personajes principales tengan que improvisar constantemente y buscar pistas relacionadas a su situación. Y aunque ciertamente se podría haber hecho algo un poco más original con el lore que nos presenta, así como con los antagonistas que tiene (incluyendo a unas criaturas llamadas Wendigos), en términos generales, aprecio lo que “Until Dawn: noche de terror” hace para meternos de un lleno en un contexto terrorífico y tenso.
De hecho, hasta me animaría a decir que la dirección de Sandberg eleva al material, o en otras palabras, que su trabajo de dirección es bastante superior al guion de Blair Butler y Gary Diuberman. El filme cuenta con varios momentos de innegable tensión —muchos de ellos hacia el último tercio de metraje—, así como jump scares eficientes, y gore asqueroso (esto último no me lo esperaba). Destacan las diferentes muertes por las que pasan nuestros protagonistas (incluyendo una particularmente explosiva), la forma en que matan a cierto personaje inmenso, y por supuesto, un encuentro con una vieja perturbadora en su cabaña (un personaje arquetípico en este tipo de cine, valgan verdades). No hay nada súper original en lo que se refiere a los antagonistas de “Until Dawn: noche de terror”, pero todos están presentados con suficiente estilo, felizmente, y Sandberg utiliza efectos prácticos para el gore, como para que se sienta más real y desagradable.
Ahora, si el guion no es nada del otro mundo, es principalmente porque no logra hacer mucho con sus personajes. Claramente, quien resalta más es la Clover de Ella Rubin, una chica proactiva y fuerte que, además, cuenta con una motivación personal creíble para estar donde está (encontrar a su hermana). De los demás, solo destacan Ji-young Yoo como una muy perceptiva Megan, y Odessa A’zion como Nina, una chica insegura y de relaciones cortas, que sin embargo actúa como la voz de la razón la mayor parte del tiempo. Y cómo olvidarnos del gran Peter Stormare, quien en “Until Dawn: noche de terror” interpreta a una versión alterna de su personaje del videojuego. Si creen que alguien de la talla de él saldría únicamente al inicio y nada más, puede créanme que (felizmente) están muy equivocados.
La pasé bien con “Until Dawn: noche de terror”. Puede ser porque fui con bajas expectativas, o porque no esperaba ver nada particularmente fiel al juego, pero salí de la sala de cine bastante sacudido y satisfecho. Como adaptación, pues, es un producto muy libre (por más de que haya sido producido por PlayStation Productions y todo), pero como película de terror, funciona bastante bien sin llegar a ser nada extraordinario. Con sus secuencias de innegable tensión (especialmente hacia el final, cuando la cuenta regresiva de un reloj de arena se torna particularmente importante), buen trabajo de maquillaje y gore, y momentos verdaderamente chocantes, “Until Dawn: noche de terror” termina siendo una experiencia recomendable para quienes quieran ver un filme de horror algo genérico, pero eficiente. Si son fans del juego, más bien, puede que queden algo decepcionados —especialmente si lo que esperaban era una copia exacta de lo que ya jugaron en sus PlayStations 4 ó 5.
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