Attack on Titan: el ataque final

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El caso de “Attack on Titan: el ataque final” es bastante interesante. Por un lado, se trata de un final extremadamente satisfactorio para uno de los animes más influyentes y complejos de los últimos tiempos. Pero por el otro, se trata de una compilación de un especial de dos partes llamado “Attack on Titan: la temporada final, capítulos finales”. Por ende, no se trata de algo nuevo, si no más bien de una experiencia que seguramente muchos fans querrán tener en la sala de cine, pero que igual se siente como lo que es: algo ya existente que ha sido transformado en una película, y no una historia que fue concebida desde cero para este formato.

Ahora, al ser “Attack on Titan: el ataque final” una compilación de algo que ya se ha visto antes —y que además había estado originalmente dividido en dos partes—, no debería sorprender que se trate de una película bastante larga. Lo que tenemos acá es una experiencia de dos horas y media, sin contar la escena post-créditos (la cual no spoilearé acá), por lo que los fans seguramente quedarán encantados. Sin embargo, si son espectadores más casuales del anime, o si solamente han leído el manga, quizás se podría sentir como…. mucho. Después de todo, por algo la historia fue partida en dos en su versión original; como un filme, “Attack on Titan: el ataque final” es innegablemente entretenido y narrativamente satisfactorio, pero no se puede negar que uno también termina algo cansado luego de verlo.

La trama en “Attack on Titan: el ataque final” es a la vez sencilla y enredada. No cuesta mucho resumirla, pero es presentada a través de diferentes perspectivas, haciendo uso de varios personajes principales y secundarios, e incluyendo diversas escenas de batalla en la que los protagonistas tratan de detener “El Retumbar”. En fin, la cosa es que Eren (Yūki Kaji) ha puesto en marcha su plan para destruir el mundo con los Titanes por lo que, mientras se dirige hacia Marley, comienza a acabar con todo lo que se encuentra en su camino. Como se deben imaginar, el punto de la película está en detener a Erin, y es ahí donde entran a tallar todos sus amigos, incluyendo a Armin Arlet (Marina Inoue), último comandante del Cuerpo de Exploración.

Básicamente: los protagonistas tienen que detener toda la destrucción causada por “El Retumbar” de los Titanes. Nada complejo, pero donde “Attack on Titan: el ataque final” se enreda un poco es en las interacciones entre personajes; sus motivaciones, sus culpas, sus ambiciones y sus objetivos. Esto no debería sorprender, considerando que se trata de la culminación de un anime entero de varios años, pero sí resulta en una experiencia que claramente no debería ser vista por nadie que no esté familiarizado con la serie. Quienes hayan estado con “Attack on Titan” desde el inicio, quedarán extremadamente felices con esta cinta (al menos eso es lo que percibí en la función a la que fui). Los fans más casuales no la pasarán mal; el resto, en realidad no entiendo por qué irían a ver una película como esta.

En todo caso, a nivel narrativo, la única diferencia verdaderamente considerable entre “Attack on Titan: el ataque final” y el especial de dos partes está en la escena post-créditos anteriormente mencionada. Nuevamente, no quiero spoilear nada, por lo que solo diré que, por más de que la historia ya haya terminado —se supone—, esta parte de la película deja la puerta abierta para que pueda haber una continuación. Adicionalmente, se trata de un momento inesperadamente metatextual, casi como si el creador de la historia, Hajime Isayama, le estuviese hablando directamente a sus fanáticos. Interesante concluir el filme de esta manera, especialmente considerando que le da un poco de esperanzas al público de que pueda haber más “Attack on Titan” en el futuro.

Elogiar la animación de “Attack on Titan: el ataque final”, en todo caso, no debería resultar ni controvertido ni complicado. Lo que tenemos acá es una película de animación en 2D que luce increíble, y que incluye momentos verdaderamente cinéticos de enfrentamientos entre titanes, pero que muchas veces también incluyen a los personajes humanos. Los movimientos de todo personaje son fluidos, la violencia es palpable y frecuentemente sangrienta, y en la pantalla grande se lucen ciertas decisiones visuales interesantes que quizás no se aprecian igual en la televisión o computadora, como las sombra que los rostros a veces tienen en los momentos más dramáticos, y las referencias a técnicas visuales reales, como el contraluz o el fuera de foco. Quizás podrían criticarle algunas cosas a “Attack on Titan: el ataque final”, pero de la calidad de animación y el apartado visual no se puede decir prácticamente nada negativo.

“Attack on Titan: el ataque final” es una película hecha para fanáticos, que les permite reunirse con sus personajes favoritos por lo que se supone es la última vez, desarrollando un final satisfactorio para la serie que, nuevamente, igual deja abierta la posibilidad de seguir contando historias en este mundo. Se trata de una experiencia oscura, agresiva, con pocos —pero notables— momentos de ligereza y humor, y que logra calar en el espectador, especialmente a nivel emocional. Los neófitos deberían verse la serie entera antes de animarse a experimentar este filme —lógicamente—, pero los demás se encontrarán con una experiencia que vale mucho la pena tener en la pantalla grande. “Attack on Titan: el ataque final” no es nada nuevo, pero a veces con algo familiar basta y sobra.

Avance oficial:

80%
Puntuación
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