Debo admitir que nunca antes había visto una película Cubana. Será porque todavía soy bastante joven y he consumido, mayormente, cine de Hollywood, junto con un poco de cine latinoamericano, cintas británicas y una que otra película de otros países. Por ende, no sabía qué esperar de Conducta(de Ernesto Daranas), una de las representantes de dicho país en el Festival de Cine de Lima de este año. Podía ser una cinta “pequeña” o “grande”; podía ser mala o buena, podía ser inteligente o tonta. Felizmente, me llevé una grata sorpresa.
Chala (Armando Valdés Freire) tiene once años, vive solo con su madre drogadicta (Yuliet Cruz) y entrena perros de pelea para buscar un sustento económico. Este mundo de brutalidad y violencia a veces sale a relucir en la escuela. Carmela (Alina Rodríguez) es su maestra de sexto grado, por la que el muchacho siente cariño y respeto; pero cuando ella enferma y se ve obligada a abandonar el aula durante varios meses, una nueva profesora, incapaz de manejar el carácter de Chala, lo traslada a una escuela de conducta. Al regresar; Carmela se opone a esta medida y a otras transformaciones ocurridas en su clase. La relación entre la veterana maestra y el niño se hace cada vez más fuerte, pero este compromiso pondrá en riesgo la permanencia de ambos en la escuela.
La historia no es nada del otro mundo; es otra cinta sobre un profesor inspirador (o bueno, en este caso, profesora), que ayuda a sus alumnos de pocos recursos que llevan vidas complicadas o son influenciados por gente de mal vivir. No es nada que no hayamos visto anteriormente, pero a pesar de eso es bastante buena. Me gustó el que no caiga en clichés, a pesar de tener una trama predecible, y el que nunca se vuelva demasiado melodramática o exagerada. Al igual que Refugiado, Conductatenía el potencial de ser casi una telenovela, pero felizmente no fue así.
En todo caso, la película resalta, más que por la trama que maneja, por sus personajes y actuaciones. Chala es un protagonista muy interesante, un niño que tiene que desenvolverse como adulto debido a lo irresponsable que es su mamá y que, a pesar de meterse en problemas y estar involucrado con gente no muy honesta, realmente no es una mala persona. Toma malas decisiones porque tiene influencias negativas, pero el niño es capaz de amar; quiere mucho a su madre, a pesar de ser un pésimo ejemplo para él, y se pasa buena parte de la película tratando de ganarse el afecto de una compañera de colegio. Chala habla y se comporta como adulto no porque la película esté mal escrita, sino porque el personaje tiene que ser así. Chala es quien gana el dinero para su casa (con las peleas de perros) y quien se tiene que acordar de todas las responsabilidades de su madre mientras ella se involucra con personas turbias y se mete drogas.
Carmela no es igual de interesante, pero igual funciona. Se trata de una profesora de muy alta moral, que realiza su trabajo de manera excelente y le gusta hacer las cosas a su manera, sin importarle quién se pueda poner en su camino. Es una inspiración para los niños y todos la quieren. Quizás para algunos se podría tratar de un personaje muy “perfecto”, quien muchas veces se ve ya demasiado superior al resto, pero no fue algo que me molestó demasiado. De cuando en cuando le dan suficientes problemas o cuestionamientos morales como para que no resulte exageradamente intachable.
Definitivamente lo que más me gustó de la película fueron las actuaciones. Los actores infantiles me sorprendieron mucho, por ejemplo. Trabajar con niños y dirigirlos es bien difícil, lo cual muchas veces puede resultar en actuaciones tiesas o poco convincentes. Ese no es el caso con Conducta. Como Chala, Armando Valdés Freire es excelente, realmente convenciendo a uno de que es un niño agrandado, con demasiadas responsabilidades y un problema de actitud. No siento que haya tenido un solo momento poco convincente, e incluso logra hacer un buen trabajo en las escenas más emocionalmente crudas. Como Carmela, Alina Rodríguez también es buena, y como la mamá de Chala, Yuliet Cruz logra interpreta con éxito a una mujer destruida emocionalmente, qué no sabe cómo manejar un hogar o educar a su hijo. Nadie hace un mal trabajo, pero de hecho los que dejaron una impresión más fuerte en mí fueron los niños.
Visualmente, la película me sorprendió. No sé si fue grabada en digital o filmada en cinta, pero la imagen tiene cierta textura, cierta calidez que no he visto en muchas otras producciones latinoamericanas recientes. Hay varias tomas que me sorprendieron desde el punto de vista técnico, y en general el filme tiene un acabado visual satisfactorio, haciendo que se vea realmente bien pero sin llamar demasiado la atención. Daranas definitivamente sabe lo que está haciendo, ya que su uso de cámara en mano en yuxtaposición con movimientos de cámara más suaves es excelente, pero jamás le quita la atención a sus actores y al excelente trabajo que hacen.
Conducta me gustó bastante. De repente es un poco lenta por partes (hubo escenas que muy bien hubieran podido ser removidas, y una que otra secuencia en donde el ritmo se hacía un poco muy letárgico) pero en general me parece que es una propuesta que funciona. La trama no es particularmente original, pero la película no sufre debido a ello gracias a sus excelentes actuaciones, impactante estilo visual y personajes bien desarrollados e interesantes. Si, como yo, nunca antes han visto una cinta Cubana, Conducta es una sólida opción para comenzar.
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