Guardianes de la Galaxia

El estreno de Guardianes de la Galaxia es un riesgo para Marvel Studios, no sólo porque se trata de una propiedad muy poco conocida por aquellos que no leen cómics – de hecho yo no sabía de la existencia de estos personajes hasta que anunciaron la producción de la película -, sino también porque contrataron a un director-guionista bien loco, James Gunn, para traer a estos curiosos personaje a la pantalla grande. Considerando esto, asumo que Marvel tampoco quiso hacer algo demasiado rayado – la cinta tenía que ser una mezcla entre lo mainstream y lo original, entre lo nuevo y lo predecible. Y eso es efectivamente lo que Marvel y Gunn nos traen en esta nueva entrega de su Universo Cinematográfico.

La película comienza introduciendo a Peter Quill de niño (Wyatt Oleff). Su madre (Laura Haddock) está en el hospital, muriendo de cáncer, y antes de dar un último respiro, le da un pequeño regalo a su hijo. Llorando, Quill sale corriendo del hospital, sólo para ser abducido por una impresionante nave especial. Se trata de una muy buena introducción para quien será nuestro protagonista, dándole una creíble historia de fondo con un contenido emocional que no se siente ni forzado ni fingido.

La película continúa años después. Peter Quill (Chris Pratt) ya es un adulto, y no vive en la Tierra. Se encuentra en un planeta abandonado, tratando de robar una misteriosa orbe para un cliente, pero es atrapado con las manos en la masa por Korath (Djimon Hounson), un secuaz del temible Ronan el Acusador (Lee Pace), un terrorista de la raza Kree que se quiere vengar del Imperio Nova y su ejército, liderado por Nova Prime (Glenn Close), quienes son responsables de firmar un tratado de paz con los Kree con el cual Ronan no está de acuerdo. En fin, después de una serie de eventos, Peter termina en una cárcel espacial, en donde se vuelve aliado de Gamora (Zoe Saldana), supuesta hija del temible Thanos y asesina experta, quien acaba de tratar de traicionar a su padre; Drax el Destructor (Dave Bautista), un maníaco que se quiere vengar de Ronan por haber asesinado a su familia; y de Rocket el Mapache (voz de Bradley Cooper) y Groot el Hombre Árbol (voz de Vin Diesel), un dúo de mercenarios que quieren cobrar la recompensa que los Nova están dando por la captura de Peter. Eventualmente escaparán juntos y, gracias a una información que les da El Coleccionista (Benicio del Toro), se enterarán de que la orbe que Peter trataba de robar no es nada menos que una Piedra Infinita, capaz de destruir galaxias enteras, razón por la cual Ronan la quiere. Y para esto, nuestro villano mandará a la hija favorita de Thanos y una experta asesina, Nebula (Karen Gillan.)

Al principio la trama puede parecer enredada, y hasta cierto punto lo es, pero debo decir que Gunn hace un buen trabajo al explicarla. El principio del filme puede ser algo expositivo, pero no fue algo que me molestara demasiado—después de todo, es comprensible teniendo en cuenta que la película nos está presentando con un mundo, una mitología, personajes y razas alienígenas nuevas. En ese sentido, Gunn y su equipo fueron más que capaces de crear un universo que se siente vivo y es verosímil, lleno de planetas locos e impresionantes y personajes memorables. Además, es cuando nuestros héroes se escapan de la cárcel que la acción se vuelve más constante (nunca tanto como en Transformers 4, felizmente) y sus objetivos mucho más claros. Sin embargo, igual debo decir que el ritmo de la cinta es perfecto desde el principio—rápido sin ser confuso, lo cual le sienta muy bien a la historia que Gunn está contando.

Además, ayuda el que el director le haya inyectado bastante humor a la película. Guardianes de la Galaxia no es necesariamente una comedia, pero sí una película de acción y ciencia-ficción que logra mantener un tono bastante ligero y divertido, a pesar de que maneja escenas de muerte y destrucción y el potencial fin de la galaxia entera. El diálogo entre los protagonistas es perfecto, bastante inteligente y a veces muy chistoso, y la película está llena de momentos que harán que más de un miembro del público se mate de risa y se encariñe con los protagonistas. La historia no es necesariamente la más original del mundo, por lo que Guardianes de la Galaxia es una de esas películas que tiene éxito más por la forma en que está contada que por lo que está contando. La cinta funciona debido a su guión gracioso y personajes memorables, y porque logra mantener un balance casi perfecto entre lo ligero y lo serio, entre la tragedia y el humor. Porque, aunque el tono general de la película es bastante light, Gunn igual logra meter escenas bastante emocionales que funcionan casi a la perfección, desde el flashback a la niñez de Peter Quill hasta ciertos eventos que se llevan a cabo durante el clímax de la película. No son como para llorar, pero sí hubo un par de momentos que me afectaron emocionalmente, cosa que no me sucedía hace un buen tiempo con una película de este tipo.

El cásting de Guardianes de la Galaxia es casi perfecto. Chris Pratt es excelente como Peter Quill, un bromista medio patán con el cual, sin embargo, es fácil encariñarse, no sólo porque se convierte en un excelente líder, sino también porque Pratt logra balancear muy bien su personalidad algo chusca con sus características más humanas, sus emociones y el eventual cariño que desarrolla hacia sus nuevos amigos. Zoe Saldana es algo más dura, pero a pesar de que comienza la cinta como una asesina fría, logra desarrollar a Gamora y convertirla en un personaje tridimensional, una mujer fuerte y decidida que sin embargo no se convierte en un cliché. Como Drax, un maníaco súper musculoso que se toma todo lo que le dicen literalmente, Dave Bautista (ex luchador de la WWE) me sorprendió; no se trata de un personaje particularmente complejo, pero Bautista lo aprovecha al máximo. El hombre no será un gran actor, pero al igual que La Roca, tiene una gran presencia frente a cámaras, y convence tanto en las escenas de acción (como era de esperarse) como en momentos más callados.

Pero los que se roban la película definitivamente son Rocket y Groot. El mapache es uno de los personajes más graciosos y memorables, y con una voz casi irreconocible, Bradley Cooper logra convertirlo en alguien real (especialmente debido al backstory implícito que se le da), a pesar de ser completamente digital y bueno… un mapache que habla. Como Groot, Vin Diesel sólo tiene que decir una línea varias veces (“Soy Groot”) pero es a través de sus acciones y expresiones faciales (Diesel usó un traje de captura de movimiento para darle vida al árbol parlante) que se convierte en uno de los personajes más entrañables, un alien muy poderoso e intimidante que a la vez es tierno de corazón. Las actuaciones secundarias por parte de la gran Glenn Close (quien, como Nova Prime, le otorga algo de clase y distinción a la cinta), John C. Reilly, Karen Gillan (a quien vimos hace poco en Oculus y que aparece casi irreconocible), Peter Serafinowicz y Michael Rooker (Merle de The Walking Dead, quien interpreta a Yondu, un compañero de “trabajo” de Peter) son igual de buenas.

Visualmente, la película es una maravilla. Al ser una cinta de ciencia-ficción, Guardianes de la Galaxiaestá llena de efectos digitales: planetas enteros, ciudades futuristas, alienígenas, naves especiales y demás, y todos funcionan perfectamente. Groot y Rocket están impresionantemente renderizados; uno nunca duda que son personajes reales, a pesar de haber sido generados enteramente en computadoras. Las escenas de acción son emocionantes y bien coreografeadas (tanto los combates mano a mano como las batallas de naves) y, a diferencia del último blockbuster que vi, Transformers 4, no saturan. Esto se debe a que la película tiene personajes bien desarrollados y con los cuales es fácil identificarse (especialmente Peter) y porque también contiene escenas calladas y emocionales, las cuales nunca resultan demasiado cursis o innecesarias. Por otra parte, el filme lo vi en una función de prensa en 3D… lo cual no afectó mucho mi experiencia. El efecto tridimensional está bien hecho, supongo, a pesar de haber sido post-convertido, pero tampoco mejora la experiencia de ver la cinta. La mayor parte del tiempo casi ni se nota, y algunas escenas se tornan un poco muy oscuras debido al efecto. Yo recomendaría verla en 2D; es más barato, y no se perderán de nada.

Algo que también diferencia a la película de otras producciones de ciencia-ficción es su banda sonora. La música de Tyler Bates no está mal, supongo, pero lo que verdaderamente resalta es la selección de canciones pop de los 80s que Gunn incluye en varias escenas. No sólo hace que la cinta obtenga una identidad propia, sino que también sirve dentro de la narrativa. Peter Quill lleva un Walkman que su mamá le regaló de niño a todas partes, el único recuerdo de su vida en la Tierra y de su familia, por lo que muchas veces nosotros, como audiencia, escuchamos las canciones que Peter escucha, e incluso en un momento el Walkman se vuelve un objeto que une, aunque sea temporalmente, a Peter y Gamora. Las canciones en sí funcionan perfectamente para las escenas en las que son insertadas, y hacen que la película se sienta más original y diferente.

Si hay algo que le criticaría a la película, es su último tercio. No me tomen a mal, no estoy diciendo que el clímax de la cinta sea pésimo ni mucho menos; es más, se trata de una secuencia bien lograda, más que nada porque, al habernos encariñado con los protagonistas durante todas las escenas previas, realmente nos preocupamos por ellos cuando están en peligro. El problema es que la situación en la que se encuentran, la cual involucra una nave espacial cayendo hacia un planeta, se siente demasiado parecida al clímax de otros blockbusters recientes como Star Trek en la Oscuridad o Capitán América y el Soldado de Invierno. Es una pena y una sorpresa el encontrar una secuencia que se sienta tan derivativa en una película que, por lo demás, es sumamente original y hasta un poco rara (en el buen sentido), por lo que no pude evitar sentirme muy ligeramente decepcionado. Es casi como si Marvel ya tuviese una fórmula ganadora y tenga miedo de alejarse de ella, a pesar de haber contratado a uno de los directores más únicos de la industria para dirigir su película. No es un problema que me haya destruido la experiencia entera de ver Guardianes de la Galaxia, pero sí me fastidió un poquito.

En fin, puede que mi queja anterior se sienta como algo insignificante… y eso es porque lo es. Guardianes de la Galaxia no es una película perfecta; no es particularmente profunda y en muy pocos momentos me puso los pelos de punta de la misma manera que otras cintas de similar corte lo hicieron, pero en general me gustó bastante. Se trata de una película de ciencia-ficción y súper-héroes diferente; tiene personajes realmente memorables y bien desarrollados; una historia que, aunque no es particularmente original, es interesante y tiene una que otro enlace con cintas del Universo Cinematográfico de Marvel a pesar de sentirse totalmente independiente; los efectos especiales son perfectos, y la acción es emocionante. Siento que James Gunn por sí solo probablemente hubiera hecho una cinta bastante más rara y excéntrica, pero con las restricciones de Marvel, nos trajo una producción que balancea muy bien sus idiosincrasias con las características que uno espera de una película de este tipo, a pesar de que admito que su clímax sí se sintió algo derivativo. En fin, Guardianes de la Galaxia no me decepcionó en lo absoluto: se trata de un filme sumamente divertido y único, una suerte de “Star Wars light” que llenará mi sed de óperas espaciales hasta que se estrene el Episodio VII. Los créditos finales prometen que “Los Guardianes de la Galaxia estarán de vuelta.” Teniendo en cuenta la alta calidad de su primera aventura, espero que ese sea el caso.
Nota: la función de prensa a la que atendí no tuvo ninguna escena adicional después de los créditos, pero teniendo en cuenta que se trata de Marvel, es muy posible que esto cambie para las funciones normales.

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