“Hellboy: el Hombre Retorcido” tenía el potencial de representar un nuevo comienzo para la franquicia. Después de todo, ya ha quedado más que claro que ni Guillermo del Toro ni Ron Perlman regresarán a este mundo, así que no queda más que mirar hacia adelante. ¿Y por qué no, a través de una película escrita tanto por el creador del personaje, Mike Mignola, como por Christopher Golden, un autor que ha trabajado en los cómics de Dark Horse? Puede que los trailers hayan estado bastante malos, pero eso no tiene que significar, necesariamente, que el PRODUCTO FINAL vaya a ser malo. Valía la pena ver “Hellboy: el Hombre Retorcido”, entonces, con la mente abierta, dándole el beneficio de la duda.
Bueno, eso fue lo que hice, precisamente, e igual salí decepcionado de la sala de cine.
Veo el potencial en “Hellboy: el Hombre Retorcido”. Veo la INTENCIÓN de haber desarrollado una historia de corte más gótico, más enfocada en lo misterioso y demoníaco y relacionado a las brujas. Me gustó que la trama se desarrollase en los años 50 (por más de que la mayoría de personajes humanos hablen como personas más bien contemporáneas). Y me gustó que el filme estuviese basado en una serie limitada de los cómics, abandonando la amenaza de un apocalipsis global, para más bien centrarse en un conflicto pequeño, que involucra a un puñado de personajes y que se lleva a cabo en una sola locación. Todo eso podría haber convertido a “Hellboy: el Hombre Retorcido” en una interpretación distinta, pero no por eso menos interesante, de los cómics de Mignola.
Toda esa promesa, sin embargo, fue tirada por la borda.
Quienes sepan poco o nada de los cómics, pues, entenderán poco o nada de “Hellboy: el Hombre Retorcido”. Los fanáticos de aquellas historias, por otro lado, seguramente apreciarían lo fiel que es (aparentemente) este filme a su fuente de inspiración, pero igual notarán sus varias deficiencias narrativas. Y quienes simplemente quieran ver una buena película, se encontrarán con una experiencia carente de sustos y suspenso, mal estructurada, peor editada, y que desperdicia a su reparto considerablemente talentoso. Pensé que la adaptación anterior, dirigida (aunque sea a medias) por Neil Marshall era terrible, pero esta le hace la competencia. No hay mucho para disfrutar en “Hellboy: el Hombre Retorcido”.
La película comienza lanzándonos de frente en el mundo de Hellboy, sin establecer bien el contexto en el que se llevará la historia. ¿No saben nada de los cómics? ¿No han visto las películas anteriores? Pues friéguense, es su “roche”. El punto es que agarramos al demonio del título (Jack Kesy) en un tren junto a un agente y a una académica, Bobbie Jo Song (Adeline Rudolph, de “El mundo oculto de Sabrina”, y quien interpretará a Kitana en “Mortal Kombat 2”), pasando cerca a un bosque, llevando algo de valor en una caja. Pero de pronto la criatura en su interior se escapa, el vagón del tren se suelta, y Hellboy y Jo terminan tirados en medio de la nada.
Es así que, de pura casualidad, se encuentran con Tom Ferrell (Jefferson White), quien ha llegado a casa luego de pelear en la Segunda Guerra Mundial, para encontrarse con un lugar infestado de brujas, maldiciones y espíritus demoníacos. Pero más importante: está siendo acechado por el Hombre Retorcido (Martin Bassindale), un ser que intercambia almas por monedas, y sus lacayos, incluyendo a una sensual bruja llamada Effie Kolb (Leah McNamara). Siendo Hellboy y Jo expertos en temas como este, deciden ayudar a Tom a deshacerse de estos personajes, lo cual, por supuesto, terminará siendo más complicado de lo que inicialmente creían.
Nuevamente: la intención es buena. La ambición es loable. Tratar de entregaros una historia de Hellboy más enfocada en leyendas y mitos, en el mundo de brujas y hechizos, es una buena idea. La premisa es interesante; es en la ejecución donde la película falla. Como se ha dicho ya, comienza sin establecer bien el contexto de la historia, y a lo largo de la primera mitad de metraje, va distribuyendo exposición narrativa de forma torpe, obligando a sus personajes a recitar líneas de diálogo explicativas para entender, por ejemplo, quién es Tom, quién es el Hombre Retorcido, quiénes son las brujas que viven en el bosque, cómo funciona la magia, a qué se dedica Jo, etc. Nunca vemos a Hellboy y a Jo en la oficina o fuera de esta misión, por lo que quienes sepan poco de los cómics, no entenderán exactamente para quiénes trabajan o qué hacen. Todo se explica de forma muy ambigua y difícil de entender.
Es hacia la mitad de la película, sin embargo, que las cosas parecen mejorar ligeramente. El director Brian Tayor logra incluir algunos momentos ligeramente perturbadores (nada verdaderamente terrorífico, eso sí), y hasta logra involucrar a Hellboy en una escena de acción (después de casi una hora, sí, pero peor es nada). Pero la esperanza se esfuma eventualmente, y uno se termina dando cuenta que “Hellboy: el Hombre Retorcido” es el tipo de película que deja a sus protagonistas sin mucho que hacer, haciendo que deambulen en el bosque, deambulen en el interior de una mansión abandonada, dentro de una Iglesia, o en unos túneles antiguos. La emoción y la tensión brillan por su ausencia.
Lo cual es curioso, porque estamos hablando de una película centrada en demonios, brujas y maldiciones. ¿Cómo pudieron ser capaces de hacer que algo así sea tan tedioso? Pues este crítico y cineasta tiene dos teorías: 1) mucho se podría solucionar al reestructurar la película. Básicamente, el componente emocional de la historia (Hellboy y su relación con su madre) está completamente separado de la trama principal (el conflicto entre Tom y el Hombre Retorcido). Por ende, habría que enlazarlos más, quizás comenzar la película con una visión de la madre de Hellboy, para que quede claro desde un inicio que es ahí donde están sus conflictos internos. Y de alguna manera, hacer que tanto él como Jo se sientan mucho menos pasivos en la narrativa.
Y 2), “Hellboy: el Hombre Retorcido” necesitaría ser reeditada. La versión que vi carece de ritmo, haciendo que muchas escenas se sientan eternas, mostrándonos a un Hellboy que se mueve como un tanque a pedal, reaccionando súper lento a eventos graves (como una chica siendo apretada por una serpiente), y usando su pistola muy ocasionalmente. Este Hellboy no es un hombre (o demonio) de acción; es alguien pasivo en su propia historia, que está acá para posar, fumar cigarrillos, y recitar líneas de diálogo supuestamente graciosas. No creo que ESTA versión de “Hellboy: el Hombre Retorcido” sea totalmente salvable, pero si fuese reestructurada y reeditada como se ha mencionado, creo que podría convertirse en algo mucho más tolerable. Porque nuevamente: la INTENCIÓN y el POTENCIAL están aquí.
Eso sí, de los actores, sorprendentemente, no tengo quejas. Jack Kesy no está mal como Hellboy; tiene presencia, no se le ve incómodo en el maquillaje y las prótesis, y algo de carisma tiene. El problema, nuevamente, es que este Hellboy no tiene mucho que hacer (especialmente si se le compara a las dos versiones anteriores). Como Tom, Jefferson White es convincente, especialmente considerando que está interpretando a un hombre de muchos traumas (tanto de la infancia —más sobrenaturales— como de la adultez —más relacionados a su experiencia en la Guerra). Y como Bobbie Jo, Adeline Rudolph es quien brilla más, otorgándole encanto y hasta algo de humor al personaje, interpretándola como una chica más bien académica que se está metiendo en un mundo de brujas y demonios por primera vez. Espero que vaya a aparecer en más y mejores proyectos (o en todo caso, que su siguiente película, “Mortal Kombat 2”, esté mejor que su predecesora).
“Hellboy: el Hombre Retorcido” es una película curiosa: no es horrible porque sea ofensivamente incompetente, si no más bien porque tenían un concepto intrigante, una buena fuente de inspiración y un reparto sólido, y lo utilizaron todo para desarrollar una experiencia tediosa, por momentos incoherente, y en general, decepcionante. No esperaba que “Hellboy: el Hombre Retorcido” fuese a superar a las películas de Del Toro, pero el que ni siquiera haya logrado cruzar la valla (súper baja) que dejó la versión del 2019 es simplemente inaceptable. Y no, no tiene nada que ver con presupuesto; este es un filme que utiliza su menor escala y trama más humilde para intentar mostrarnos un lado distinto de Hellboy, pero que al final del día, falla debido a sus problemas de guion, montaje, ritmo y desarrollo de personajes. La tercera (versión de Hellboy) no ha sido la vencida, y honestamente, no sé si tengo ganas de ver una cuarta.
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