Con todos menos contigo

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“Con todos menos contigo” representa el entretenido retorno del género de la comedia romántica a la pantalla grande. Se trata de un estilo de películas, pues, que de un tiempo a esta parte había sido relegado al streaming, pero que según lo que se puede observar gracias al éxito de taquilla de esta nueva película, la gente quiere ver de vuelta en los cines. Y aunque “Con todos menos contigo” no es un GRAN exponente del género, debo admitir que verla me hizo recordar lo bien que la pasaba con este tipo de historias en la pantalla grande —y también, lo mucho que se benefician de quedarse por mucho tiempo en cartelera, versus la poca recordación que generan cuando salen en plataformas virtuales.

“Con todos menos contigo” es una versión modernizada y llena de cambios de la obra “Mucho ruido y pocas nueces”, de William Shakespeare. Si no están familiarizados con la historia original, no se perderán con este filme —e igual, como una suerte de detalle curioso (más que nada para los entendidos), la película incluye ciertas citas de la obra, tanto como para del diálogo entre personajes, como en forma de sobreimpresiones en ciertas escenas. Este trabajo de adaptación, vale la pena mencionar, TAMBIÉN representa un retorno a tiempo pasados —especialmente, a un periodo en los 90s, en los que varias de las obras del Bardo fuero convertidas en comedias o dramas románticos de considerable éxito (como “Romeo + Julieta”, de Baz Luhrmann, o “10 cosas que odio de ti”, con Health Ledger y Julia Stiles).

La película comienza con un divertido prólogo, en el que vemos como Bea (Sydney Sweeney) y Ben (Glen Powell) se conocen de casualidad en una cafetería en Boston, para luego pasar una memorable noche juntos. Desgraciadamente, debido a un malentendido, terminan peleándose la mañana posterior, y dejan de verse. Meses después, sin embargo, se reúnen al enterarse de que la hermana de Bea, Halle (Hadley Robinson) se está casando con Claudia (Alexandra Shipp), la hermana de Pete (GaTa), el mejor amigo de Ben. Y por supuesto, ambos han sido invitados a la boda, la cual se lleva a cabo en Sidney, Australia.

Es así, pues, que Bea y Ben se ven obligados a interactuar a pesar de odiarse. Pero es cuando descubren que tanto la ex de Ben, Margaret (la modelo australiana Charlee Fraser), como el ex de Bea, Jonathan (Darren Barnet) están también de invitados, que hacen un trato: fingirán estar juntos para no causar mayores desastres en la boda, pero más importante, para causar celos en sus respectivos exes, y así puedan regresar con ellos. Pero como se deben imaginar, es a través de esta treta que las cosas comienzan a salir al revés, y nuestros protagonistas se dan cuenta que, de repente, preferirían quedarse el uno con la otra.

Vale la pena comenzar siendo claros: “Con todos menos contigo” no es una magnífica comedia romántica. La química entre los actores principales es irregular, carecen de suficientes escenas juntos sin pelearse como para que el eventual enamoramiento resulta completamente creíble, y en general, no logran ENCENDER la pantalla con pasión, como lo hacen los protagonistas de los mejores exponentes del género. Por ende, quienes estén esperando algo espectacular, o que los haga sentir como de seguro les hicieron sentir ciertas películas de similar corte en los 90s y en los 2000s, mejor bajen sus expectativas. “Con todos menos contigo” es un filme correcto, pero que incluso a comparación de varias de las entregas en la filmografía del director y coguionista Will Gluck (“Easy A”, “Amigos con beneficios”), se siete menor.

Y sin embargo, no puedo dejar de admitir que la pasé bien con “Con todos menos contigo”. La mayoría de momentos de comedia funcionan, aprovechando al máximo las situaciones jocosas y a veces enredadas en la que se meten Bea y Ben. El diálogo es frecuentemente astuto, y varias escenas ponen en evidencia, todavía, lo graciosas que pueden ser las diferencias culturales entre países como los Estados Unidos y Australia —esto se pone en evidencia durante la mayoría de escenas en las que aparece Beau (Joe Davidson), la nueva pareja “surfer” de Margaret, y el hombre más australiano (y con DEJO más australiano) que se haya visto en la pantalla grande en un buen tiempo. Quizás el romance no sea el más interesante, pero la película nunca se torna aburrida.

E incluso habiendo dicho eso, el romance en sí igual cuenta con ciertos momentos que llegan a convencer. Destacan la pequeña aventura que Bea y Ben tiene en el agua (que comienza con ellos tratando de recrear la escena más famosa de “Titanic” en un yate, y termina con un rescate en helicóptero); la forma en la que intentan parecer “intensos”, tocándole el trasero la una al otro, supuestamente, en frente a sus amigos, y por qué no, el clímax de la historia, que sin tener ningún interés en evadir clichés, incluye una persecución desesperada, una confesión final de amor, y un beso intenso y romántico en un lugar público. “Con todos menos contigo” conoce los clichés del género, y se ENORGULLECE de ellos.

Glen Powell y Sydney Sweeney están… bien. La química entre ellos no siempre es la mejor, como se ha mencionado ya, pero eso también se puede deber a que pasan buena parte de la película peleándose. Él interpreta a Ben como un tipo de apariencia ruda pero corazón sensible, y ella a Bea como una chica algo torpe, inocentona, pero de buen carácter. Eso sí, Sweeney, desgraciadamente, y al igual que en producciones previas (comenzando con “Euphoria” y pasando por películas como “Los Voyeurs”) aparece todavía muy sexualizada, su vestuario enfatizando sus senos casi todo el tiempo. Espero que, poco a poco, la joven actriz vaya saliendo de ese encasillamiento (estrenos cercanos como “Inmaculada” parecen estar yendo en dicha dirección). Y del reparto secundario, destacan Dermot Mulroney y Rachel Griffiths como los padres de Bea, Alexandra Shipp y Hadley Robinson como la pareja a casarse, Charlee Fraser como Margaret (quien felizmente no es presentada como villana), GaTa como el estereotípico mejor amigo gracioso, y Bryan Brown como Roger, el bienintencionado padre de Claudia.

Como suele pasar con varias películas pertenecientes a este género, “Con todos menos contigo” no hará que las comedias románticas ganen nuevos adeptos. Los espectadores más cínicos encontrarán poco de valor en esta nueva propuesta, pero quienes decidan ir a ver el filme con la mente más abierta, y por supuesto, los fanáticos del género, la pasarán súper bien con “Con todos menos contigo”. Se trata de un filme absolutamente previsible, pero a la vez, frecuentemente hilarante, dirigido con algo de estilo, y como para romper ligeramente con el molde, para mayores de dieciocho años (cuenta con muchísimos diálogos con malas palabras, y una escena de sexo bien justificada y sensual sin llegar a ser explícita). Lo mejor que hace “Con todos menos contigo” es demostrar que la gente QUIERE ver más comedias románticas en el cine; ojalá ayude a que el género regrese para quedarse en la pantalla grande.

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