Nunca fui un fanático de la franquicia de Rápidos y furiosos. Creo que esa oración ya debería ser suficiente para que se den una idea de por donde irá este artículo – le di una oportunidad a Rápidos y Furiosos 6, (¿o los Furiosos 6? Al menos eso dice el título al principio de la cinta), la vi entera, me divertí por ratos… pero nunca me llegó a convencer. Sé que un blockbuster de acción no aspira a ser particularmente inteligente o realista, pero también creo que debe haber límites. Es decir, si una película de este tipo es ya demasiado idiota o demasiado exagerada, me cuesta trabajo disfrutarla, por más ligera y graciosa que sea. Y lamentablemente, ese es el caso de Rápidos y Furiosos 6.
La trama no es particularmente complicada (es más, probablemente sea sólo una excusa para incluir explosiones, peleas y persecuciones en el filme.) Tenemos a Hobbs (Dwayne Johnson, antes conocido como La Roca, quien está cada día más musculoso), quien, después de haber tratado de capturar a un criminal llamado Owen Shaw (Luke Evans) y fallado, decide llamar a Dominique Toretto (un inexpresivo Vin Diesel) y a su equipo para que lo ayuden. Por si no han visto las películas anteriores, dicho equipo consiste de los siguientes personajes: su mejor amigo Brian (Paul Walker, quien ahora sólo se dedica a aparecer en esta franquicia, aparentemente); su esposa Mia (Jordana Brewster), quien casi no aparece en esta secuela; el loco Roman (Tyrese Gibson); Han (Sung Kang, quien hizo un mejor trabajo en Bullet to the Head, con Sly Stallone); la Brasileña Gisele (Gal Gadot, quien no es Brasileña); el encargado de las computadoras Tej (Ludacris) y la ex policía Elena (Elsa Pataky.) Hobbs también viene acompañado de la inteligente y fuerte Riley (Gina Carano), y la persecución a Shaw eventualmente llevará a que Dom se encuentre con Letty (Michelle Rodriguez), quien milagrosamente está viva después de haber muerto en una de las películas anteriores. ¿Cuál es la motivación de nuestros protagonistas? Si ayudan a Hobbs, le perdonarán todos sus crímenes y Dom será reunido con Letty.
No sé si se dieron cuenta, pero en el párrafo anterior pasé más tiempo describiendo a los protagonistas que hablando sobre la trama. Eso se debe a que la historia es bastante simple – uno de los problemas de la película, más bien, es que hay demasiados personajes, y para colmo ninguno es particularmente memorable o bien desarrollado. Siendo justos, algunos de los principales (especialmente Vin Diesel y Paul Walker) de hecho habían sufrido cambios en los filmes anteriores, pero lo curioso es que en esta secuela cualquier desarrollo en los personajes ha sido suplantado por… acción, explosiones y diálogo minimalista. Vin Diesel es inexpresivo como Dom, Paul Walker parece no estar esforzándose, Michelle Rodriguez se ve medio dormida, y el resto de actores no llama la atención.
Los únicos que le inyectan un poco de energía a sus personajes son Dwayne Johnson y Luke Evans. El primero es suficientemente macho y aguerrido pero sin ser demasiado serio. Su físico ciertamente es imponente (uno de estos días se va a volver una roca de verdad), pero también participa en momentos ligeros. En fin, el carisma de La Roca es innegable. Por otra parte, Evans trata de hacer algo memorable con su villano, interpretándolo como alguien inteligente y rápido, un personaje que siempre está un paso más allá de los protagonistas, alguien perfeccionista y despiadado. Es una caracterización que funciona; un filme de acción siempre funciona mejor si es que cuenta con un buen villano.
Lamentablemente no puedo ser igual de positivo al hablar de las escenas de acción. Lo cual es curioso, teniendo en cuenta que el atractivo principal de esta serie, más allá de los personajes o los actores o la historia o incluso los carros (al menos en el último par de películas), es la acción. No me tomen a mal, en términos generales, las persecuciones y explosiones y peleas están bien filmadas – limpias, sin demasiados cortes y con coreografías efectivas. El problema es que no hay tensión. Y esto se debe a que son demasiado exageradas. Por ejemplo, tenemos la secuencia más ambiciosa de la película: una persecución en una carretera española que incluye carros deportivos y un tanque. El concepto ya de por sí es un poco exagerado pero aceptable. El problema es la conclusión de la secuencia – como no quiero malograrle a nadie la sorpresa, basta con decir que la persecución concluye de la manera más exagerada, falsa, caricaturezca y tonta que se puedan imaginar. (Yo me maté de risa.) Si nuestros personajes son súper hombres que pueden salir volando encima de carros y saltar metros de metros sin rasguñarse… ¿cómo podría haber tensión?
De hecho es interesante la evolución que ha sufrido esta franquicia – empezó como una serie de películas sobre carreras ilegales, bajó bastante de calidad con la tercera entrega, pero de ahí vino Justin Lin, quien agregó elementos de otros géneros para revivir a la serie y convertirla en algo diferente. La quinta entrega función porque, a pesar de ser exagerada, no lo era tanto como esta, y a fin de cuentas las secuencias de acción eran inventivas y emocionantes. No estoy diciendo que esta película en particular sea aburrida – de hecho es tan ligera y por momentos graciosa que nunca me aburrió. Lo que estoy diciendo es que como película de acción no funciona del todo porque no tiene lugar en mundo como el nuestro. Los eventos de Rápidos y Furiosos 6 suceden en un mundo donde cualquiera puede romper las leyes de la física e incluso revivir después de que todo el mundo creía que estaba muerto. Si Letty regresó – se supone que porque los fans así lo querían – entonces todo es posible.
En fin, supongo que si uno ya es fanático de la franquicia y ha disfrutado inmensamente de las entregas anteriores y sólo le importa la acción y las explosiones y las peleas, es posible divertirse bastante con Rápidos y Furiosos 6. Después de todo, tenemos a un Dwayne Johnson más musculoso que nunca; a un Vin Diesel que nadie puede matar; a Gina Carano, una de las mujeres más creíblemente fuertes que jamás haya visto en un filme (aunque para eso mejor miren Haywire); a un Luke Evans creíble e inteligente y secuencias de acción sacadas de un video-juego. Es una fórmula que funcionó para la película anterior y que ha sido llevada al extremo en esta. Rápidos y Furiosos 6 no es una película aburrida, pero con sus diálogos tontos y cursis (¿en serio es necesario decir a cada rato que nuestros protagonistas son una «familia»?), una historia floja, escenas de acción poco creíbles y actuaciones desinteresadas, tampoco me pareció un gran filme de acción. Ojalá James Wan haga un mejor trabajo con la siguiente entrega – de repente Justin Lin ya se había cansado de estos personajes.
Nota: Chequeen la escena adicional durante los créditos. Al menos promete que uno de mis actores favoritos de acción estará en la siguiente entrega.
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