Si han visto cualquiera de las últimas dos películas de Makoto Shinkai — “Your Name” o “Weathering with you”—, sabrán exactamente qué esperar de “Suzume”. Lo cual no es algo malo, por supuesto. De hecho, las tres producciones comparten contenido temático y estilo visual, haciendo que se sientan parte de una suerte de saga no oficial centrada en personajes jóvenes, comunes y corrientes, que pasan por circunstancias extraordinarias. Y aunque “Your Name” sigue siendo mi preferida, no se puede negar que “Suzume” es una muy buena producción. Se trata, pues, de una historia emotiva y emocionante, que debía apelar tanto a los fanáticos de Shinkai, como a quienes recién se estén metiendo en el mundo del anime.
La protagonista de la película es, lógicamente, una chica llamada Suzume (voz de Nanoka Hara), una joven de diecisiete años totalmente normal. Vive en un pueblo japonés junto a su tía, Tamaki (Eri Fukatsu), y está ya en su último año de colegio. Su vida se torna complicada, sin embargo, cuando, camino a la escuela, se cruza con un misterioso y atractivo chico llamado Souta (Hokuto Matsumura). Éste le pregunta a Suzume por la ubicación de unas ruinas y, luego de dársela, decide seguirlo. Esto le permite encontrar una misteriosa puerta que aparentemente no lleva a ninguna parte, pero que al abrirse, se convierte en un portal al Más Allá. Curiosamente, se parece a una que ella ve constantemente en sus sueños, pero en otro contexto.
Lamentablemente, Suzume abre dicha puerta Y remueve un sello que se encontraba cerca, lo cual hace que una criatura —un Gusano gigante— comience a salir por el portal. Es así que la chica se adentra una aventura con Souta quien, dicho sea de paso, es convertido en silla (¡!) por un dios en forma de gato —una suerte de guardián de estas puertas. El chico, además, la revela a nuestra heroína que es un Cerrador —alguien dedicado a cerrar estas puertas (que se encuentran por todo Japón) para que las criaturas del Más Allá no invadan ni destruyan nuestro mundo. Juntos, tienen que cerrar dichos portales, encontrar al Gato para que Souta vuelva a ser humano, y ubicar el sello para evitar que el Gusano gigante mate a medio mundo.
Si la trama suena algo enredada, es porque hasta cierto punto lo es. Felizmente, Shinkai hace un buen trabajo explicando todo de manera gradual, adentrando a Suzume en este mundo fantástico de a pocos, como para que el espectador nunca se pierda o se sienta desorientado. Seguramente hay elementos culturales que quizás por estos lares no llegaremos a entender del todo —especialmente en lo que se refiere a la interpretación del Más Allá, y el rol de los dioses en esta historia—, pero en términos generales, “Suzume” se desarrolla como una aventura fantástica memorable. Nuevamente —es el tipo de historia que mete a personajes jóvenes comunes y corrientes en situaciones extraordinarias, las cuales los obligar a revaluar tanto su pasado como sus sentimientos. En ese sentido, no resulta difícil relacionarse con la mismísima Suzume.
Eso se debe, además, a que la joven protagonista está bien desarrollada. Reacciona a todo lo que le pasa como lo haría cualquier adolescente, y la manera en que se termina enamorando de Souta —un chico un poco mayor que ella, físicamente atractivo y misterioso y valiente— es totalmente creíble. Además, disfruté de la manera en que su pasado —relacionado al trágico suceso en el que murió su madre— se conecta con sus dilemas del presente. Y también resultan verosímiles las relaciones que entabla con otros personajes; principalmente, su tía Tamaki y, por supuesto, el heroico Souta. Suzume es una chica carismática y dulce, pero por momentos se comporta como cualquiera adolescente común y corriente.
Es así, pues, que de forma similar a las dos películas previas ya mencionadas, “Suzume” logra mezclar elementos emocionales bastante efectivos, con las características que uno esperaría de un anime fantástico, y por qué no, de un “road movie”. Suzume tiene que pasar por varios lugares de Japón en su travesía para cerrar los portales al Mas Allá, partiendo de su pequeño pueblo al oeste, para finalmente llegar a Tokio. Esto resulta en secuencias visualmente variadas y diversas situaciones de peligro, en donde la vemos desarrollar su valentía —y su aparentemente miedo inexistente a la muerte— para ayudar tanto a Souta, como a la gente que moriría debido a la llegada del famoso Gusano gigante.
Además, como suele pasar en este tipo de historias, es un viaje que la obliga a cambiar y madurar y mejorar sus relaciones, pero también uno que le permite conocer a toda suerte de personajes que la ayudan (una chica repartidora de mandarinas, una señora dueña de un bar, una mamá soltera con dos hijos, y más). El hecho de que se haga amiga, principalmente, de mujeres (a excepción de Serizawa, el mejor amigo de Souta) resulta, además, refrescante, y logra mostrarnos de manera emotiva la manera en que mujeres mayores y de mayor experiencia tienden a ayudar a chicas que recién están comenzando a madurar. “Suzume” no se concentra solo en lo fantástico o sobrenatural, si no también en relaciones humanas creíbles y cálidas.
Como era de esperarse, la animación en “Suzume” es simplemente sublime. Las locaciones lucen todas hermosas, mostrándonos diferentes zonas de Japón de manera espectacular, desde los pueblos pequeños hasta los campos, las ciudades, y por supuesto, las zonas abandonadas donde se encuentran los famosos portales. Por su parte, los personajes han sido diseñados para que resulten lo más simpáticos posibles —Suzume es adorable, Souta luce como un arquetípico y valiente héroe, a la tía Tamaki se le ve severa pero amable, y el Gatito que todos persiguen realmente luce como un ser de otro mundo. Y claro, también llama la atención la manera en que Shinkai y sus animadores logran otorgarle características cinematográficas a su filme; desde “lens flares”, hasta cámaras que se sacuden, planos con paneos o tilts imperfectos, o cambios de foco similares a los que uno vería en una película “live-action”.
Si “Suzume” no llega a estar al mismo nivel que “Your name” o “Weathering with you”, es simplemente porque no llega a conectar de manera tan emotiva con el espectador como aquellas historias. Aquellas dos películas lograron arrancarme un par de lágrimas — “Suzume”, por su parte, no tuvo el mismo éxito. Además, hay cierta revelación tardía que resulta DEMASIADO obvia para el espectador, lo cual hace que ambos protagonistas —pero Souta principalmente— se sientan un poco tontos. Fuera de eso, sin embargo, “Suzume” termina siendo una experiencia totalmente recomendable —una historia fantástica y compleja, protagonizada por personajes entrañables, y animada de forma experta y visualmente impactante. Es decir, todo lo que uno debería esperar de una producción de Makoto Shinkai. ¡No puedo esperar a que saque su siguiente película!
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