De un tiempo a esta parte, y sin mayor fanfarria, Gerard Butler se ha convertido en el rey de las películas de acción de mediano presupuesto —un subgénero que, con la llegada del streaming y la mayor presencia de blockbusters trillonarios en las salas de cine, ha ido perdiendo potencia. Pero no para Butler. Él sabe que sigue siendo un rostro conocido para los fanáticos de la acción. Y los estudios lo saben, también, ya que le siguen dando proyectos para protagonizar, los cuales suelen generar suficientes ganancias como para mantener el negocio a flote. ¿Lo mejor? Butler genuinamente ama estos proyectos, y no parece estar interesado en dejar de salir en ellos. Mejor para nosotros, digo yo.
Su más reciente película, entonces, es “Alerta Extrema”. Pero no dejen que aquel título “marketeable” los engañe. El verdadero nombre de la película, en su idioma original, es “Plane” —o “Avión”, en español. Sí, “Avión”. Nada más ni nada menos. Súper sencillo. Una filosofía, de hecho, que también es seguida por la película en sí, la cual no podría ir más al grano. Se trata, pues, de un thriller carente de grasa o relleno, que se resuelve en menos de dos horas, y que contiene suficientes secuencias de tensión y balaceras como para satisfacer a cualquier fanático del género. Agréguenle a eso un Butler muy comprometido con su papel, y tenemos la receta ganadora. No necesitamos más, la verdad. Así como la película no necesitaba otro nombre más que “Avión”.
Butler interpreta a Brodie Torrance, el capitán de un avión comercial que solo quiere regresar a casa antes de Año Nuevo. Para ello, tiene que realizar un vuelo con varias paradas en el que, además de los catorce pasajeros regulares con los que sabía iba a contar, también se encuentra un convicto llamado Louis Gaspare (Mike Colter, el mismísimo Luke Cage). Las cosas comienzan a salir mal, sin embargo, cuando Butler es obligado a llevar al avión por sobre una tormenta; un rayo les cae encima, lo cual termina por freír muchos de los sistemas del avión, haciendo que tengan que aterrizar de emergencia en una isla cerca de las Filipinas. Pero como nada de esto podía ser sencillo, resulta que la isla es controlada por mafiosos y rebeldes con muchas armas. Dispuesto a mantener a sus pasajeros con vida, Brodie tendrá que aliarse con Gaspare para tratar de encontrar algo de ayuda.
“Alerta Extrema” es un thriller de supervivencia; ni más, ni menos. Se trata de una historia que coloca a un protagonista común y corriente en una situación extraordinaria, obligándolo a realizar todo tipo de actos violentos para poder sobrevivir y ayudar a los demás. No es nada fuera de lo común —de hecho, hasta se podría decir que es bastante genérico, especialmente considerando que ni el director ni los guionistas parecen estar muy interesados en darle una dimensión adicional. Consideren, si no, lo mal desarrollado que está el Gaspare de Colter; nos enteramos muy poco sobre él —sobre su presente o sobre su pasado—, y las razones por las que se anima a ayudar a Torrance nunca llegan a convencer. Colter hace lo que puede con el rol, pero desgraciadamente el guion lo termina por decepcionar.
No ayuda, además, que lo que se supone era el gancho principal de la película —la alianza entre Brodie, un tipo común y corriente, y Gaspare, un convicto misterioso y violento— no dura casi nada. Hasta me animaría a decir que no es el foco de la historia. Previsiblemente, el énfasis está en las acciones y decisiones de Torrance, y por supuesto, en sus habilidades como piloto de avión. La sección en la que vemos a los dos personajes juntos dura muy poco, y es más bien abandonada a favor de la introducción de un equipo de rescate liderado por Shellback (Remi Adeleke) quien, valgan verdades, termina siendo más útil y más importante para la trama que el mismísimo Gaspare. Huh.
Y sin embargo, la película no me decepcionó tanto. Quizás porque ya sabía que no iba a ser una obra maestra, o porque al ser un fanático de Butler (sí, lo soy), sabía qué esperar: un filme sencillo, directo al grano, y previsible. “Alerta Extrema” es como un “combo” de comida rápida: no es particularmente nutritivo, pero si tienen hambre y muy pocas ganas de pensar, entonces los satisfará. Ayuda, además, que el director Jean-François Richet sepa manejar muy bien el suspenso, agregándole algo de estilo (sucio, inmediato) a las secuencias de combate y disparos. Y por supuesto, destaca la secuencia de aterrizaje forzoso —verdaderamente tensa (de hecho, más de lo que esperaba) y visualmente clara. Puede que “Alerta Extrema” no sea particularmente original, pero al menos los mantendrá al borde de sus asientos.
Gerard Butler, como siempre, hace un buen trabajo —en este caso, interpretando a un capitán de avión que se encuentra en el lugar incorrecto, en el momento incorrecto. Convence como alguien completamente normal —pero a la vez, competente y fuerte— que simplemente quiere mantener con vida a sus pasajeros y regresar donde su familia. El buen Gerardo interpreta a Torrance con suficiente intensidad y verosimilitud, pero sin exagerar. Por su parte, y como se dijo líneas arriba, Mike Colter hace lo que puede con un personaje terriblemente mal desarrollado. Y actores como Daniella Pineda (a quien vieron en las dos secuelas de “Jurassic World”), Tony Goldwyn (como un representante de la aerolínea, que manda al equipo de Shellback a donde Torrance), y Evan Dane Taylor (como el líder de los rebeldes, Junmar) destacan en sus respectivos papeles.
Si ya tienen algo de experiencia con el cine de Gerardo, sabrán exactamente qué esperar de “Alerta Extrema”. No es tan sorprendente como “Greenland” (de lo mejor que ha sacado estos últimos años), pero felizmente es superior a algo como “Geostorm”. Entregándonos una historia sencilla y previsible, pero llena de momentos de tensión, secuencias de acción viscerales, y una que otra línea de diálogo graciosa, “Alerta Extrema” termina funcionando bastante bien como lo que es: un thriller de supervivencia y violencia, anclado en el trabajo del siempre convincente Gerard Butler. Honestamente, me encanta poder ver este tipo de películas de cuando en cuando en el cine; es como comerte un McDonalds ocasionalmente. ¡No pares de “chambear”, Gerardo!
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