“Ella dijo” es el tipo de película que no podría sentirse más relevante hoy en día, por más de que trate sobre un tema que se ha estado llevando a cabo por años de años. Lo que tenemos acá, pues, es un drama periodístico que se siente muy similar a otros filmes del mismo corte y género, y que felizmente resalta gracias a sus excelentes actuaciones, y por supuesto, a su tema central. “Ella dijo” no es el tipo de cinta que revolucionará el género o hará que el espectador salte sobre su asiento, pero ciertamente le permitirá reflexionar sobre lo que ha visto, considerando no solo los eventos reales en los que se basa, si no también sucesos similares que podrían estar pasando a su alrededor.
“Ella dijo” tiene como protagonistas a Megan Twohey (Carey Mulligan) y Jodi Kantor (Zoe Kazan), dos periodistas del New York Times que comienzan investigar las acusaciones de acoso sexual hacia el megaproductor de Hollywood Harvey Weinstein. Megan estuvo antes investigando a Donald Trump por similares acusaciones, por lo que tiene algo de experiencia en ese tipo de trabajo, pero Jodi está un poco más verde. Juntas, irán encontrando a ex empleadas de la productora Miramax, como la irlandesa Laura Madden (Jennifer Ehle), y a otros testigos de los repugnantes actos de Weinstein. Pero tienen que trabajar rápido; no solo deben entregarle un artículo bien investigado y relevante a sus jefes, Rebecca Corbett (Patricia Clarkson) y Dean Bacquet (Andre Braugher), si no que también deberán evitar las respuestas de Weinstein y sus abogados, algunas bastante agresivas.
Lo más probable es que ya conozcan un poco de la historia real en la que se basa “Ella dijo”, por lo que seguramente ya saben cómo termina. De hecho, hasta la fecha de redacción de este texto, Weinstein sigue en medio de un proceso judicial por todas las acusaciones que ha recibido. No obstante, eso no le quita nada de inmediatez o tensión a la historia. Resultan fascinantes, por ejemplo, todos los obstáculos que nuestras protagonistas deben enfrentar, desde testigos que se niegan a hablar (comprensible), hasta pruebas prácticamente imposibles de encontrar debido a las prácticas legales cuestionables de Weinstein y su equipo. Y por supuesto, hay cierta paranoia que se va desarrollando tanto en Megan como en Jodi; nada demasiado terrible, pero al menos resalta en una escena donde vemos a un carro siguiendo a Jodi en la calle.
El proceso de investigación en sí, además, es suficientemente interesante, y resulta en momentos tanto sorprendentes como emocionalmente impactantes. Consideren, si no, a Zelda Perkins (Samantha Morton), una ex empleada de Weinstein a quien Jodi entrevista en el Reino Unido. Es ella quien finalmente le entrega una de las pruebas más importantes para el caso, y también quien le cuenta una de las historias más asquerosas y perturbadoras sobre el productor. Morton aparece en una sola escena, pero destaca gracias a su excelente actuación, presentándonos a Zelda como un personaje muy humano; como alguien cuya vida tanto profesional como personal fue arruinada por Weinstein. Y lo peor es que ella es solo una de muchas.
No obstante, vale la pena decir que la presentación de “Ella dijo” es un poco muy parca. No hay nada de malo en la dirección de Maria Schrader; no llama la atención a sí misma, y más bien deja que sus actrices ocupen la pantalla, otorgándole humanidad a una historia que podría haber sido mucho más “académica”. Pero es esa simpleza, precisamente, la que le quita un poco de suspenso a la experiencia, por más de que nuestras protagonistas, en teoría, estén trabajando contra el reloj. Entiendo que la idea era no explotar la situación, pero al tratarse de una película, de una versión ficcionalizada de hechos reales, creo que ciertos recursos audiovisuales se hubieran podido aprovechar mejor para desarrollar una cinta un poco más emocionante.
Lo cual no quiere decir que “Ella dijo” sea una mala película. Nuevamente; todo el proceso de investigación es presentado de manera interesante (resalta, por ejemplo, la actuación de Ashley Judd como ella misma, y hasta el rol telefónico de Gwyneth Paltrow), y tanto Mulligan como Kazan dan actuaciones realistas y potentes, trascendiendo sus roles de representantes del público en la historia. Pero en términos generales, “Ella dijo” se tiene un poco contenida, como si tanto la directora como su guionista estuviesen tratando de no ir más allá, con miedo de ofender a las involucradas en la vida real. Es una decisión creativa totalmente entendible —por ejemplo, me gustó que no se incluyan recreaciones de mal gusto de las interacciones entre Weinstein y sus víctimas—, pero que resulta en un producto final meramente cumplidor. Potente por momentos, definitivamente, pero algo plano.
En todo caso, no se puede negar que los temas tocados por “Ella dijo” deberían resultar en un proceso de reflexión por parte del público. Después de todo, la película nos dice mucho sobre los abusos de poder por parte de hombres privilegiados hacia mujeres con menos oportunidades; sobre el sexismo, los roles de poder en las oficinas de trabajo, y sobre cómo ciertos hombres sienten que merecen tratar a las mujeres como les dé la regalada gana. Todo eso, tanto a nivel de subtexto como de texto, está muy bien. Y tanto Mulligan como Kazan terminan por elevar un material cumplidor e intrigante, haciendo que el espectador empatice con los eventos de “Ella dijo”. Ahora solo tocar seguir trabajando para que este tipo de cosas dejen de pasar (porque, aunque algunos lo quieran negar, sí siguen pasando).
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