Cuando “Chip y Dale al rescate” se anunció por primera vez, no se sabía qué esperar. Y peor cuando se dio a conocer que sería una película que mezclaría elementos de acción en vivo con animación, al más puro estilo de “¿Quién engaño a Roger Rabbit?”. Y PEOR, incluso, cuando se reveló que el grupo de The Lonely Island sería parcialmente responsable por la película, con Andy Samberg interpretando a la voz de Dale. ¿Sería una parodia? ¿Una película que se burle de la caricatura original, haciéndola quedar mal? ¿O sería una suerte de homenaje modernizado, como para apelar tanto a quienes vieron la serie original de niños, como a las familias más contemporáneas?
Felizmente, el resultado final es una mezcla de todo. “Chip y Dale al rescate” es una de las películas más curiosas que pueden ver en Disney Plus; un filme que utiliza a los personajes clásicos de este show, para desarrollar una narrativa increíblemente metatextual (lo cual claramente está de moda hoy en día). De hecho, el filme se lleva a cabo en un mundo donde las caricaturas (ya sean en 2D ó 3D) son actores que participan personalmente en diferentes películas y series, y donde las dos ardillas del título tuvieron carreras muy exitosas participando en la caricatura original que muchos recordamos. Es una premisa con bastante potencial, que felizmente dudo llegue a arruinar los recuerdos de sus infancias. Espero.
Años después de que el show terminó, Dale (Samberg) y Chip (John Mulaney) están viviendo vidas muy distintas, por más de que ambos sigan en Los Ángeles. El segundo tiene un trabajo de oficina totalmente mundano, mientras que el primero todavía depende de la fama que ganó cuando era más joven, firmando autógrafos y atendiendo conferencias y eventos junto a otros actores y artistas animados (los cameos en estas secuencias, como deben imaginarse, no se hacen esperar). Pero cuando un viejo colega de sus años mozos es secuestrado, las dos ardillas tienen que trabajar juntas para detener a un misterioso villano. Felizmente, también reciben la ayuda de una policía humana llamada Ellie (KiKi Layne), y su capitán de policía hecho de masilla, Putty (J.K. Simmons).
“Chip y Dale al rescate” no llega a estar al nivel de la ya mencionada “Roger Rabbit” (una de mis películas favoritas de todos los tiempos), pero felizmente es superior a algo como la nefasta “Space Jam: una nueva era”. Mucho del encanto de la película está en la creatividad que se pone en evidencia en pantalla: las casas enanas donde viven las caricaturas pequeñas como Chip y Dale, que conviven con edificaciones de tamaño regular; el perro enorme que vive con Dale; las interacciones entre personajes con distintos estilos de animación; la revelación de la identidad del antagonista principal; y conceptos como la existencia de una “cirugía 3D” (a cual explica la diferencia de “look” entre Chip y Dale), o elementos satíricos, como la abundancia de secuelas y crossovers realmente absurdos (¿querían ver una escena entre E.T. y Batman? ¡Pues acá podrán hacerlo!).
Adicionalmente, la película puede llegar a ser realmente graciosa, y no solo gracias a los elementos ya mencionados. Mucho del diálogo es bastante inteligente, haciendo referencia a muchas de las prácticas cuestionables de Hollywood, o parodiando a ciertas películas que seguramente vieron (o no) en el cine. La relación entre Chip y Dale, además, está bien construida; el contraste entre sus personalidades resulta en secuencias jocosas, pero también le permite al filme tener un centro emocional muy potente, otorgándole un arco de personaje a cada protagonista. No es que la narrativa sea particularmente original, pero al menos está lo suficientemente bien desarrollada, como para que no se sienta como una simple excusa para llenar a la película de cameos y gags exagerados.
Y hablando de los cameos; como muchos de los comentarios iniciales habían dado a entender, “Chip y Dale al rescate” está llena de apariciones inesperadas de personajes curiosos, muchos de los cuales ni siquiera pertenecen a la corporación Disney, lo cual seguramente hará que se pregunten: “¿cómo hicieron eso?”. Están los ya mencionados Batman y E.T., pero también tenemos a cierto “Avenger”, a personajes de series de televisión bastante longevas, a protagonistas de películas clásicas de Disney, e incluso a la versión “fea” de un personaje que ha protagonizado dos películas de acción en vivo muy populares. Esta última aparición terminó siendo la más sorprendente de todas, no solo porque se atrevieron a incluirla, y si no también por lo importante que termina siendo para la trama. ¡Tenía que ser The Lonely Island!
En términos técnicos, tengo sentimientos encontrados en relación a “Chip y Dale al rescate”. Por un lado, creo que la integración de elementos animados —en 2D Y en 3D— en la acción en vivo es impecable, perfeccionando lo que se ha hecho en filmes previos de similar corte. Pero por otro lado, me resulta extraño que las caricaturas supuestamente en 2D… no estén realmente en 2D. Personajes como Chip, que deberían sentirse diferentes a Dale —quien se hizo la “cirugía” para verse realista y en 3D—, igual están animados por computadora y con shading en 3D, lo cual se siente algo barato y my distinto a lo que se vio en televisión años atrás. Entiendo que es mucho más esfuerzo y dinero, pero creo que la película en general hubiera funcionado mejor si es que los personajes en 2D eran animados a mano, como para que contrasten más con los demás.
No obstante, no puedo decir que la haya pasado mal con “Chip y Dale al rescate”. Sí, las actuaciones de los personajes humanos son increíblemente acartonadas —después de todo, están actuando frente a la nada, la mayor parte del tiempo—, y sí, hacia el final la experiencia se va tornando más tediosa y previsible, abandonando los gags metatextuales por un clímax más bien regularón. Pero nada de esto logra arruinar un filme que, siendo justos, requirió de muchas agallas para ser realizado de esta forma. Seguramente algunos considerarán a “Chip y Dale al rescate” como un ejercicio cínico de mercadotecnia y escenas inherentemente “memeables”, pero incluso si dicha afirmación es cierta, tampoco se puede negar que funciona bastante bien como una comedia autoreferencial, ocasionalmente inteligente, y en general, muy entretenida. “Roger Rabbit” sigue estando en el trono, y “Looney Tunes: Back in Action” le sigue de cerca, pero tampoco es que “Chip y Dale al rescate” se encuentre muy lejos.
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