Rey Richard
La historia de las hermanas Venus y Serena Williams estaba llena de potencial para ser convertida en un drama emotivo e inspirador. Después de todo, fueron ellas las que demostraron que no era necesario que fuesen hombres blancos y privilegiados para poder triunfar en un deporte como el tenis, el cual, en aquella época (los años 90) era manejado principalmente por… ¡ya saben! Hombres blancos y privilegiados. Sin embargo, y combatiendo todo tipo de obstáculos, las hermanas Williams se convirtieron en dos de las atletas más famosas y talentosas de la industria, lo cual le permitió a muchas chicas más seguir la misma trayectoria, sabiendo que tenían dos excelentes modelos a seguir.
No obstante, lo que hace “Rey Richard”, de Reinaldo Marcus Green, es algo un poco distinto. En vez de enfocarse en las hermanas Williams y su trayectoria deportiva, la película nos cuenta la historia de su padre, Richard Williams (Will Smith), quien fue muy importante para el desarrollo de la carrera de las hermanas. De hecho, fue él quien desarrolló un plan maestro para convertirlas en campeonas; fue él quien aparecía más en los medios, y sí, fue él quien daba las declaraciones más controvertidas, impidiendo, incluso, que Venus compita en torneos juveniles por años, lo cual la alejaba del camino que habían tomado la mayoría de jugadoras de tenis exitosas de la época. En pocas palabras: Richard Williams fue una figura controvertida e interesante, lo cual lo convierte en el protagonista perfecto para una película de ficción.
Lo cual, por supuesto, no termina por justificar (al menos del todo) el que “Rey Richard” se concentre más que nada en la figura del padre, dejando un poco de la lado a las hermanas, y eventualmente, más a Serena (Demi Singleton) que a Venus (Saniyya Sidney). Considerando que ellas eras las atletas; que ellas eran las que tenían que entrenar y salir a jugar frente a miles de personas, hubiera sido genial poder ver una película que se concentre en sus deseos y ambiciones. En el por qué de su decisión de convertirse en atletas. Obtenemos un poco de eso en “Rey Richard”, sí, pero no lo suficiente. Como el título lo sugiere, terminamos por conocer más a Richard que a cualquiera de sus hijas.
Pero no vale la pena lamentarse demasiado sobre lo que pudo ser y no fue. Lo importante es lo que “Rey Richard” sí hace, y en ese sentido, no se trata de una propuesta decepcionante. De hecho, la cinta funciona muy bien como un drama feel-good e inspirador, de esos que a Hollywood le encanta producir para la época de premios y festivales año tras año. El hecho de que desarrolle una historia llena de adversidades, donde sus protagonistas tienen que superar todo tipo de obstáculos para seguir adelante, ciertamente ayuda —por ende, resulta casi inevitable terminar la película aplaudiendo y gritando, apoyando tanto a las hermanas Williams como a su padre, quienes tuvieron que pasar por mucho para llegar a donde llegaron.
Lo cual es interesante, porque Richard no es caracterizado como el Padre del Año, precisamente. De hecho, aparentemente en el vida real era todo un caso, y se podría argumentar que sus mayores defectos fueron suavizados para “Rey Richard” (lo cual no sorprende, considerando que Will Smith es tanto el protagonista como el productor del filme). Sin embargo, las pistas que obtenemos sobre su verdadera naturaleza son fascinantes: el hecho de que abandonó a los hijos que tuvo con otra esposa para criar a las hermanas Williams; el hecho de que fue abusado de niño y no contaba con una buena figura paterna; o el hecho de que es increíblemente obstinado y necio, convencido de que solo él tiene la razón sobre los planes futuros para Venus y Serena. Es una caracterización suficientemente compleja, que convierte a Richard en una figura fácil de admirar pero con la que resulta complicado empatizar.
Felizmente, Will Smith está a la altura de dicha tarea. Lo que hace acá es entregarnos uno de sus mejores trabajos desde “Ali”, presentando a un Richard lleno de defectos, algo volátil y empecinado en hacer las cosas a su manera. Smith logra convertirse en el personaje sin problemas, utilizando sus manierismos y patrones de voz para crear a alguien que no se siente como una caricatura, si no más bien como una persona real, con unas hijas a las que quiere mucho, y con una esposa que lo tolera por el bien de las chicas. Smith destaca en las secuencias más melodramáticas, de eso no hay duda, pero también brilla durante los momentos más sutiles (como cuando está a punto de tomar una decisión lamentable en relación a unos matones /acosadores del barrio donde vive).
Considerando, incluso, que las actuaciones son todas excelentes —fuera de Smith, tenemos a un Jon Bernthal más gentil de lo normal, y a unas carismáticas Saniyya Sidney y Demi Singleton como Venus y Serena, respectivamente—, no se puede negar que “Rey Richard” es una película previsible. De hecho, la experiencia de verla les hará recordar a varias otras historias inspiradoras de deportes —la trama nunca hace nada para ir en contra de las expectativas o clichés del subgénero, y más bien parece contentarse con cumplir con lo cometido. Funciona, sí, pero podría haber sido un poco más subversiva.
Sin embargo, lo interesante de “Rey Richard” es que, finalmente, logra generar una reacción emocional en el espectador: uno termina muy interesado en la historia de Venus, Serena y Richard, y termina encariñado con ellos, preocupado por que todo les salga bien (a pesar de que uno sabe que, al final, las cosas efectivamente salieron bien). Es por eso que “Rey Richard” se puede considerar como una cumplidora y entretenida película tipo feel-good: algo previsible, sí, pero emocionalmente satisfactoria. Súmenle a eso las excelentes actuaciones y la dirección competente, y el filme se transforma rápidamente en una de las experiencias más agradables que uno pueda tener en el cine este fin de año.
Ahora, más bien, sería buen momento para que nos den una película sobre Venus y Serena. Ya sabemos la historia de su padre (y todo bien). Ahora debería ser el turno de las chicas.
Avance oficial:
- Mi calificación