Artemis Fowl

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Recuerdo haber visto varias copias de las novelas de “Artemis Fowl” en la biblioteca de mi colegio cuando era pequeño —nunca me animé a leerlas (principalmente porque estaba obsesionado con “Harry Potter”), pero ahí estaban. No obstante, y a lo largo de los años, las novelas de “Artemis Fowl”, escritas por el irlandés Eoin Cofler, se han ganado una fanaticada considerable. Después de todo, tienen como protagonista a un chico que termina siendo menos heroico de lo que uno se imaginaría; de hecho, algunos fans argumentarían que se trata, más bien, de un antihéroe o hasta de un villano, lo cual le otorga a estos libros un tono muy diferente al que manejan propuestas similares (y desgraciadamente para Cofler, más populares o comerciales).

Es por todo esto, sin embargo, que resultaba interesante el que Disney se animase a traer a este personaje a la pantalla grande, bajo la dirección de Kenneth Branagh, quien ha sabido adaptar todo tipo de historias al cine, desde las más grandes obras de William Shakespeare (su “Hamlet” es prácticamente perfecto), hasta los cómics de Marvel (“Thor”) o los clásicos cuentos de hadas (“Cenicienta”). ¿Cómo harían para desarrollar a este personaje a veces detestable de manera creíble? ¿Serían capaces de satisfacer las expectativas de los fanáticos de los libros sin llegar a alienar a quienes sepan poco o nada sobre los mismos? ¿Y qué significado tendría el que el filme, gracias (parcialmente) al Coronavirus, fuese a saltearse un estreno en cines, para salir directamente en la plataforma de streaming Disney Plus?

Pues esto último es fácil de contestar: significa que ni Disney ni Branagh fueron capaces de contestar las dos primeras preguntas de manera satisfactoria. “Artemis Fowl” es, lamentablemente, una de las peores adaptaciones de una novela fantástica que haya visto en un buen tiempo, haciéndome recordar a producciones de principios de la década pasada, como “The Golden Compass” o “Eragon”, más que a sagas populares como la anteriormente mencionada “Harry Potter”. Narrativamente inerte, por momentos hasta incoherente, y visualmente decepcionante, no hay nada en la carrera de Branagh que me dijera que sería capaz de dirigir un producto tan lamentable. Y considerando que la mayoría de escenas que aparecen en el primer trailer de la película simplemente no están en el producto final, no me queda más que pensar que Disney terminó por arruinar una película que, al menos, tenía el potencial de ser interesante.

El joven Ferdia Shaw interpreta a Artemis Fowl II: un niño prodigio, extremadamente inteligente y hábil y culto, que no se lleva bien con nadie en la escuela (ni estudiantes, ni profesores). De hecho, solo se divierte cuando se ve con su padre, Artemis Fowl I (Colin Farrel), quien desgraciadamente tiene que viajar todo el tiempo para atender asuntos de trabajo. Es precisamente durante su último viaje que el padre de nuestro protagonista es secuestrado por un misterioso ser, quien tiene una única petición para soltar al millonario coleccionista de arte: Artemis Fowl hijo debe descubrir el secreto mundo de las hadas, y encontrar un objeto de misterioso poder, que podría poner en peligro el futuro de nuestro planeta.

Sí, se trata de otra historia fantástica en donde el protagonista descubre un mundo antes secreto, y en donde los cuentos que había estado escuchando durante toda su infancia terminan siendo ciertos. No es nada nuevo en el mundo del cine, o de la ficción siquiera, pero si los libros de Colfer funcionan, es porque el autor construye dicho mundo de manera rica y detallada, y porque le otorga una personalidad muy particular a Artemis hijo, un chico no podría ser considerado, necesariamente, como un protagonista común y corriente. Hay cierta oscuridad en las novelas de Cofler que uno no suele encontrar en este tipo de historias, así como una resonancia emocional que las diferencia de otros productos de similar corte.

Lamentablemente, todo eso se ha perdido en la adaptación de Disney. Más que un villano o siquiera un antihéroe, el Artemis Fowl II de Ferdia Shaw es un héroe púber más del montón, que comienza como alguien arrogante y egoísta, pero que poco a poco se va tornando más amable y comprensivo. No es un arco mal construido, pero si es algo que va en contra del personaje de los libros. Sus interacciones, además, con Holly Short (Lara McDonnell), una hada que trabaja para la Comandante Root (Judi Dench), se sienten forzadas y poco naturales. De hecho, esta última se convierte en la mejor amiga del protagonista de manera frustrantemente repentina, como si una buena porción del desarrollo de dicha relación hubiese sido eliminada del corte final.

De hecho, la película en general se siente como una versión incompleta de una historia mucho más compleja. Para ser un blockbuster millonario basado en DOS (¡!) libros, es realmente corta (poco más de hora y media), y muchos de los cambios de actitudes e interacciones entre personajes no tienen sentido o hasta contradicen lo establecido durante los primeros minutos de metraje. Si de por sí el combinar dos novelas en una sola película no suele funcionar —la mayoría de fanáticos preferirían adaptaciones fieles de cada libro—, el cortar todos los detalles interesantes, ciertos personajes secundarios, subtramas intrigantes, y conflictos adicionales, no hace más que dañar al producto final. Por ende, “Artemis Fowl” termini sintiéndose como un intento de blockbuster, como un filme realizado por alguien que simplemente no entendió por qué las novelas han sido tan populares por tanto tiempo.

Me imagino, además, que al estar siendo estrenada en Disney Plus y no en cines, la compañía del ratón decidió escatimar en algunos costos. Los efectos digitales, por ejemplo, parecen haber sido extraídos de producciones menores de hace más de veinte años; el enfrentamiento final con un troll, por ejemplo, es suficientemente entretenido, pero la criatura en sí es luce tan realista como el Rey Escorpión de “La Momia Regresa”. Y el hecho de que la mayor parte de la historia se lleve a cabo en la Mansión Fowl, con una que otra visita al reino subterráneo de las hadas, denota una alucinante falta de confianza en el material. “Artemis Fowl” es un blockbuster extraño; no se siente épico ni importante o siquiera emocionante.

Es una verdadera pena el que Disney haya destruido una franquicia con potencial de esta manera. Después de todo, considerando la popularidad de los libros, el que nos hayan entregado una película corta, carente de personajes bien desarrollados, con un villano patéticamente aburrido, actuaciones poco convincentes, y efectos visuales lamentables, debería considerarse como un pecado. Sí, la dirección de los actores jóvenes no es del todo mala —Lara McDonnell es particularmente carismática, y me gustaría verla en mejores películas—, y Josh Gad logra ser gracioso en algunos momentos, pero fuera de eso, no hay mucho para recomendar en “Artemis Fowl”. Si este es el tipo de producto que llenará los servidores de Disney Plus, no creo que vayan a convencer a muchos más usuarios de suscribirse al servicio —mucho menos aquellos que hayan estado esperando por años una (buena) adaptación de su adorado libro.

 

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