Pantera Negra
Justo cuando uno comenzaba a pensar que Marvel —o más específicamente, el Universo Cinematográfico de Marvel, o MCU— se estaba estancando, estrenan un filme como “Pantera Negra”. Ahora, no me tomen a mal, siempre he disfrutado de sus producciones; algunas, como “Guardianes de la Galaxia” son increíblemente divertidas y coloridas, pero otras, como la reciente “Thor Ragnarok”, son tan ligeras y hasta absurdas, que es imposible tomarlas en serio, por más que nos quieran contar historias sobre el fin del mundo (o en ese caso, el fin de Asgard).
“Pantera Negra”, no obstante, es un caso aparte. Sí, maneja la misma estética que las películas anteriores del MCU — después de todo, igual se tiene que sentir como parte del mismo universo—, pero su guion es un poco más inteligente e incisivo, sus actuaciones son un poco más realistas, y sus secuencias de acción son un poco más tensas. Esta es una película de Ryan Coogler (“Fruitvale Station”, “Creed”) al 100%, cubierta por una brillante —y costosa— lámina marca Marvel.
Después de todo, se nota que Marvel le otorgó suficiente libertad como para contar la historia de T’Challa a su manera; sí, las secuencias de acción están llenas de efectos visuales digitales, y la trama es, al menos a primera instancia, bastante sencilla, pero a la vez, “Pantera Negra” es una de las cintas de súper héroes más políticas que hayamos visto en mucho tiempo. La opinión política de Coogler y su equipo se va haciendo más obvia mientras uno va adentrándose en la historia, y hasta una de las primeras escenas post créditos —de las cuales no escribiré mucho, lógicamente— logra transmitir, con la sutileza del martillo de Thor, el mensaje del filme. Hasta cierto punto, “Pantera Negra” es una película valiente y arriesgada; mucha gente —especialmente en los Estados Unidos— podrían llegar a odiar el filme debido a lo que tiene que decir sobre la inmigración y la ayuda a refugiados políticos (digamos que T’Challa no está de acuerdo con la construcción de muros divisorios…)
Felizmente, fuera del comentario alegórico político, “Pantera Negra” es una excelente película de aventuras. De hecho, presenta todo lo que uno esperaría de un filme de este tipo: acción, efectos especiales, humor, y personajes memorables. Lo que la diferencia de otras películas de Marvel, sin embargo, es que se siente como una historia individual bien contenida. Sí, hay ciertos guiños a películas como “Capitán América: Guerra Civil”, que fue donde conocimos a Pantera Negra por primera vez, pero fuera de eso, Coogler está más interesado en contar una historia con inicio, medio y final, sin depender de referencias a otras aventuras, personajes o súper héroes. Hace varios años que Marvel no nos deleitaba con una cinta que pueda funcionar por sí sola (desde la primera “Guardianes de la Galaxia”, probablemente).
La película se desarrolla en el país ficticio de Wakanda. Mientras que el resto del mundo piensa que son una pequeña nación de agricultores, pobre y del tercer mundo, sus habitantes esconden una increíble verdad: en realidad son el país mas avanzado de la Tierra, lleno de maravillas tecnológicas, todo gracias a que cuentan con una cantidad casi ilimitada de Vibranium, el metal más fuerte y valioso que existe.
Luego de la muerte del Rey T’Challa, su hijo, T’Chaka (Chadwick Boseman) tiene que regresar a su país para asumir el trono, y rápidamente, encuentra una nueva misión. Acompañado por su científica hermana, Shuri (Letitia Wright), su ex, la valiente Nakia (Lupita Nyong’o), y su general, Okoye (Danai Gurira), viaja a Corea del Sur para atrapar a un mercenario sudafricano llamado Ulysses Klau (Andy Serkis), quien ha estado vendiendo Vibranium en el mercado negro. En el camino, se encuentran con el agente de la CIA Everett Ross (Martin Freeman), quien termina viajando a Wakanda junto con ellos, luego de que fallan en la misión. Poco tiempo después, sin embargo, un extraño que se hace llamar el Killmonger (Michael B. Jordan) llega a la próspera nación, con intenciones de retar al Rey a una batalla y llevarse el trono.
“Pantera Negra” es la primera película de superhéroes en tener a un protagonista afroamericano en mucho tiempo, y la primera, posiblemente, en tener a un reparto casi enteramente afroamericano. Sí, en el pasado hemos tenido películas como la trilogía de “Blade”, pero “Pantera Negra” es la primera cinta en realmente celebrar su naturaleza afroamericana. De hecho, el filme es arriesgado no solo por su comentario político, si no también porque va en contra del antiguo pensamiento Hollywoodense sobre el poco potencial monetario de las películas centradas en personajes afroamericanos, riesgo que ha rendido sus frutos. “Pantera Negra” ha sido todo un éxito de taquilla, rompiendo récords por doquier, y demostrando que, oh sorpresa, al público le gusta verse representado en pantalla, especialmente en historias tan empoderadoras y entretenidas como esta.
De hecho, resulta divertidísimo el que Coogler decida revertir algunos clichés del blockbuster común y corriente. En vez de tener un personaje afroamericano estereotípico, tenemos a un personaje blancoestereotípico (Martin Freeman); los únicos otros personajes no afroamericanos son el Ulysses Klau de Andy Serkis (a quien vimos por primera vez en “Avengers: Era de Ultrón”) y, si es que cuenta, Stan Lee, en sucameo usual.
Me gustó, también, el que los personajes femeninos sean tan fuertes y memorables, tanto así, que en muchos momentos se roban el show, opacando un poco al T’Challa de Chadwick Boseman. Lupita Nyong’o es excelente como la ex de la “Pantera Negra”; extremadamente fuerte y valiente, y hasta un poco idealista (consideren la razón por la cual estuvo ausente de Wakanda por tanto tiempo), pero a la vez, orgullosa de su propia sexualidad y sensualidad (consideren el vestido verde que usa en la escena del casino). Danai Gurira es una verdadera “badass” como Okoye; una de las guerreras más fuertes de Wakanda, fiel a su país hasta el final. Y Leitita Wright es muy divertida como Shuri, mezclando joven inocencia y emoción con un gran intelecto; es algo así como la “Q” de “Pantera Negra”, pero con una personalidad mucho más divertida.
Lo cual no quiere decir, claro está, que Chadwick Boseman haga un mal trabajo. Todo lo contrario, su Pantera Negra es un gran protagonista porque quiere hacer lo correcto, cosa que le resulta difícil la mayor parte del tiempo. Como le dice su padre en algún momento, es difícil ser Rey cuando se es un buen hombre, y las tribulaciones que tiene que enfrentar a lo largo del filme lo van convirtiendo, poco a poco, en un monarca más fuerte y con ideales mejor establecidos. Michael B. Jordan, por su parte, nos entrega a uno de los mejores villanos del MCU hasta ahora. Sus motivaciones son creíbles —tanto así, que uno realmente entiende por qué se siente así, a pesar de no aprobar sus métodos— y sus enfrentamientos con nuestros protagonistas son tensos y emocionantes.
“Pantera Negra” es una de las mejores entregas del Universo Cinematográfico de Marvel, de eso no hay duda. Nos lleva a un mundo nuevo, emocionante y visualmente atractivo —aunque, debo admitir que algunos de los efectos digitales dejan algo que desear, especialmente durante el tercer acto de la película—, y desarrolla una historia difícil de clasificar en un solo género. Es emotiva, ocasionalmente graciosa, frecuentemente emocionante, y narrativamente imprevisible. Marvel y Coogler definitivamente se arriesgaron con “Pantera Negra” —especialmente si consideramos la anticuada forma de pensar de algunos productores de Hollywood— pero a final de cuentas, demostraron haber estado en lo correcto. Dudo que muchos blockbusters lleguen a superar —o hasta igualar— a “Pantera Negra” este 2018.
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